El hospital de San Andrés de Belmonte | Las Pedroñeras

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lunes, 23 de febrero de 2015

El hospital de San Andrés de Belmonte

Vista aérea del hospital de San Andrés.


EL HOSPITAL DE SAN ANDRÉS


por Miguel Ángel Vellisco Bueno



El hospital de S. Andrés de Belmonte fue fundado en 1415 por el primer señor de Belmonte D. Juan Fernández Pacheco, con la aprobación Apostólica del Papa Luna en el año 1417. En el documento que se encuentra en la Biblioteca Nacional, Mss 13124, folio 170,  dice lo siguiente sobre su fundación: “Considerando yo, Juan Fernández Pacheco, sennor de Belmonte, fijo de Diego López Pacheco, otrossi menbrandome de las muchas gracias fechas a mi en la vida presente por nuestro sennor Dios, e de los muy grandes peligros de que fut librado por la misericordia e piedad, e de la honra e victoria que sin mis merecimientos alcance en batallas e en escaramuzase en otros muchos peligros lugares donde me acaecio, propuse por servir de Dios e remisión de mis pecados e por la alma de la noble sennora donna Inés Téllez ,mi muger, fija del conde D.Gonzalo, facer un un hospital con su capilla en la dicha mi villa de Belmonte a honra e loor de Nuestro Sennor Dios e de la su piadosa Madre, regna de Misericordia, e a vocacion del bienaventurado sennor Sant Andrés, su apóstol...”

En 1418 el papa Benedicto XII lo favoreció con diferentes gracias. Más tarde el Pontífice Martín V, confirmó y aprobó la construcción del hospital en el año 1423.

Las Bulas Papales concedidas al hospital fueron gestionadas por el cardenal de S.Angelo, su sobrino, hijo de su hermano D. Pedro Fernández Pacheco.

La primera fundación ocupaba una construcción adosada al castillo (que mandó construir D.Juan Manuel en 1323), en el cerro llamado de S.Antonio Abad, junto a la Colegiata,  al que dotó generosamente para su mantenimiento.

Para su regimen redacto unas ordenanzas, que fueron renovadas en 1442 por su yerno D.Alfonso Téllez Girón, que también fué un insigne bienhechor del hospital junto a su mujer, María Pacheco.

D. Juan Pacheco, III señor de Belmonte, y I Marqués de Villena, Gran protector del hospital de San Andrés, como su abuelo materno y su padre, cedió su Castillo de Belmonte, (el construido por D. Juan Manuel) uniéndolo al viejo  edificio del hospital, por escritura que pasó en Villarrobledo el 10 de junio de 1457 ante Juan Fernández de Hermosilla, y haciéndole dotación para su mantenimiento de diversos bienes  y heredades de Belmonte y  la Ossa.

En 1458 mediante Bula del Papa Calixto III, consiguió el Marqués, que el Obispo de Cuenca no se entrometiera en el Hospital.

Por Bula del Papa Pio XII de 1459, consiguió el Patronato del hospital, redactando nuevas Ordenanzas.

Por otra escritura que otorgó en Segovia  en 1472 ante Juan Gonzales  de la Parra, ordenó la construcción de un nuevo edificio para la ubicación del hospital, “una casa de hospital cerca del monesterio de san Francisco, porque  aquella casa está muy apartada del agua e  asimismo del concurso de la gente” (refiriéndose a su Casa palacio que en su día había cedido para el Hospital)

 Para su construcción cedió 340.000 maravedíes, encargando la obra: “a ciertos maestros vecinos de Toledo” y otros 100.000 para “ arreos e camas e menudencias”.



Reconstrucción del patio del hospital.


Lo dotó de nuevo con diversas memorias piadosas, con 50.000 Maravedíes anuales de las Tercias Reales de Belmonte y su tierra, una heredad y unas casas en Tresjuncos, una viña en Belmonte y una heredad en Osa de la Vega.

Para su administración nombró al Padre guardián del convento de S. Francisco y al Cabildo de Clérigos de la Colegiata.




Fotografía de un artesonado del hospital.


Estos tenían al facultad de nombrar al Mayordomo del hospital y serían los encargados de supervisar su cuentas dos veces al año, el Día de todos los Santos y  en pascua de resurrección.

Para su inspección establece que se realizará a primeros de cada año. Para lo cual  La Colegiata, el convento de San Francisco y el Concejo de Belmonte debían de nombrar  unos inspectores “para que “fagan todas las cosas que yo mismo faría presente”.



Hospital antes de su hundimiento

El hospital de S. Andrés  ha estado cumpliendo función benéfica hasta los años 1960, y el mismo edificio con bellísima iglesia gótica, espléndido patio Castellano e interesante artesonado del siglo XV, se mantuvo en pie hasta el mes de mayo de  1977 cuando una pala mecánica lo redujo a escombros.


1.2.3. DESCRIPCIÓN:

Descripción del hospital de San Andrés

En la villa de Belmonte a veinte de mayo de 1763, la Excma. Sra. Dña. María Ana López Pacheco, marquesa de Villena, única patrona de este hospital del San. San Andrés (...) visitando por su misma persona su iglesia, enfermería, cocinas, cuartos de habitación y demás oficinas y servidumbres halló su Excma. que la sacristía que tuvo desde su fundación, estaba hundida y arruinada por haberse podrido las maderas a causa de su mucha humedad. Que las piezas de la enfermería destinadas sobre el cuerpo de la iglesia una para hombres y otra para mujeres (…) que en los salones grandes espaciosos y de mucha elevación, que con luces a poniente están en el corredor a la derecha como se sube a la escalera, sirviendo de paneras que guardan granos (…) que la entrada y puerta principal por el patio de arriba, por estar desde dicha puerta hasta la escalera, a un descubierto incómodo para todos tiempos, estaba indecente e indecoroso (…) por tener contra la calle a la mano izquierda, las ruinas de la sacristía hundidas, más adelante un corralillo vertedero de la enfermería y sin salida por lo que estancada en él la basura causaba gran fetor y luego más dentro hasta cerca de la escalera una caballeriza con pajar encima para el caballo del administrador que el cuerpo de la iglesia es corto para el entierro de los pobres que mueren en dicho hospital por lo que en varias ocasiones ha sido preciso llevarlos a la iglesia colegial; y que por no haber osario los huesos estaban en el rincón del corral que está al cabo de dicho patio con sobrada indecencia; y por tanto ( ... ) sobre la pared y arco de la puerta principal del patio de arriba, tomando todo el hueco de la sacristía antigua desde la pared de la capilla hasta la que divide el corral de Francisco Moreno y con el ancho correspondiente a toda costa para su seguridad y perpetua estabilidad, se haga un cuarto que sirva por arriba de panera (...) y por lo bajo del dicho cuarto dejando un espacio soportal a la entrada de dicha puerta; sirva lo del lado izquierdo contra dicha capilla para sacristía, con la misma luz y entrada que antiguamente tenía en que se procure la mayor perfección y aseo que pide oficina destinada a tan sagrado fin (...) y al lado derecho de dicha entrada contra la dicha pared divisoria de Francisco Moreno un cuarto bajo con ventana a la calle que podrá servir para habitación del portero (...); y que para precaver la humedad de dicha sacristía, portal y cuarto de habitación bajo la panera por delante al lado de poniente, y lo que es el sitio de dicho corralillo vertedero se haga un segundo portal espacioso y sencillo, el cual esté descubierto sobre columnas  y se una con el otro portal que viene desde la puerta de la escalera y quitando la dicha caballeriza para que toda la entrada quede seguida y por bajo descubierto haciendo aquella en otra parte cómoda que lo podrá ser al cabo del segundo portal junto a la escalera, con su respiración al corral, dejando por arriba comunicación para que a él caiga el vertedero, y poniendo en la calle frente de dicha puerta una cadena como antiguamente la había para que no puedan entrar bestias a dicho patio (...); el cual destina su Excmo. a camposanto, así como se decide instalar un nuevo osario. . con lo cual podrán quedar y quedarán desembarazadas las dichas dos salas para extensión dela enfermería con dos salas una para hombres y otra para mujeres”. Estas obras comenzaron a primeros de mayo de 1764 y al descubrir los cimientos se halló una mina que iba desde la calle hasta el final del portal junto a la puerta de la escalera que servía para sacar agua y preservar de la humedad la iglesia y sacristía. Una vez dado conocimiento de la tal mina al marqués se mandó alargar hasta la esquina principal que está más abajo de la puerta de la iglesia, y por arriba se alargó dentro del corral haciendo en la punta una alcantarilla (donde verterían las dos salas de la futura enfermería) y otra alcantarilla sobre la misma mina cerca de la escalera donde vertería la enfermería actual”.

Estas reformas nos han aportado datos para elaborar el plano del hospital; otras obras y reparaciones posteriores nos permiten enumerar las siguientes dependencias:

* Capilla, iglesia con distintas sepulturas.
* Un corredor que caía al cerrillo.
* Un huerto al que llamaban de “los olivos” con una noria
* Escalera principal.
* Una cocina baja y a su lado otro cuarto.
* Panera.
* Corillo.
* Cocina de enfermería.
* Cocina baja y a su lado otro cuarto.
* Cuarto de camarera.
* Cuarto de hospitalero.
* Cuarto de hospitalera.
* Cuarto de administrador.
* Sala de abajo con dos poyos donde dormían los pobres viandantes.



Bibliografía:

-Historia genealógica y Heráldica de la Monarquía Española de D.francisco Frnández de Béthencourt.

-Iglesia, Territorio y Sociedad en la Mancha Oriental ( Alcaraz y Marquesado de Villena) durante la Baja Edad Media  de Carlos Ayllón Gutierrez.

-Aportación a la Historia de la Farmacia en le provincia de Cuenca de Mª Luisa González sánchez.

-Belmonte Cuna de Fray Luis de León, Su Colegiata, de Luis Andújar Ortega.


 ©Miguel Ángel Vellisco Bueno

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