El amigo Jesús Antonio Madrigal nos hace llegar una oración dedicada a los santos Abdón y Senén, en concreto una oración rogativa contra la piedra que posiblemente se rezase en Pedroñeras, pues lo encuentra en una hoja volante impresa en Valencia que reposaba en el interior de un libro que perteneció a su abuela, Catalina Izquierdo Carrión, cuyo nombre ya os sonará a los lectores de este blog pues de ella es la versión pedroñeras del romance de Santa Bárbara que podéis leer por aquí y que nos proporcionó también Jesús Antonio.
Es el caso que, como podemos leer en las Relaciones de Felipe II (1575) en el apartado dedicado a nuestro pueblo, ya en el siglo XVI se veneraban en Pedroñeras con especial devoción los santos san Abdón y san Senén ("los mártires san Adón y Ansenén", podemos leer en el original). Son los llamados santos de la piedra, pues la Iglesia los instituyó como protectores de los campos en ese sentido. Su festividad se celebra el día 30 de julio.
Pero antes de dar cuenta de esa oración pedroñera (que complementaremos con otra más extendida de la misma), os quisiera poner en conocimiento de quiénes fueron Abdón y Senén.
Son varias las versiones que corren sobre el martirio sufrido por estos dos santos, pero os copiaré por aquí abajo dos de las más extendidas, para que tengáis aprovechada noticia de las circunstancias que ornaron sus vidas como cristianos.
Primera versión:
"Bajo el imperio de Decio, Abdón y Senén, de nacionalidad persa, fueron acusados de enterrar en sus propiedades los cuerpos de los cristianos que eran dejados insepultos. Habiendo sido detenidos por orden del emperador, intentose obligarles a sacrificar a los dioses; mas ellos se negaron a hacerlo, proclamando con toda energía la divinidad de Jesucristo, por lo cual, después de haber sido sometidos a un riguroso encarcelamiento, al volver Decio a Roma los obligó a entrar en ella cargados de cadenas, caminando delante de su carroza triunfal. Conducidos a través de las calles de la ciudad a la presencia de las estatuas de los ídolos, escupieron sobre ellas en señal de execración, por lo que fueron expuestos a los osos y a los leones, que no se atrevieron a tocarles. Por último, después de haberlos degollado, arrastraron sus cuerpos, atados por los pies, delante del simulacro del Sol, pero fueron retirados secretamente de aquel lugar, para darles sepultura en la casa del diácono Quirino."
Fuente
Segunda versión:
"Los santos Abdón y Senén, conocidos popularmente como "los Santos de la Piedra", han tenido gran influencia en el área mediterránea española sobre todo, y también en Italia y Francia. Su fiesta se celebra, ya desde muy antiguo, el día 30 de julio.
Según varios documentos, los santos Abdón y Senén habrían sido martirizados en Roma seguramente durante la segunda mitad del siglo III, bien en la persecución del emperador Decio (+251), una de las más crueles contra la Iglesia, o bien en la persecución de Valeriano (+260), que derrotó a los persas primero y, posteriormente, fue derrotado. La fecha del martirio oscila entre los años 249 y 260, aunque a menudo se sitúa entre el año 250 y 256.
La primera hagiografía de los santos Abdón y Senén es del siglo IV. Al comienzo del siglo VI se redactó una nueva versión. Ambas han sido recogidas en relatos posteriores, alguno de los cuales ha llegado hasta nuestros días.
Abdón y Senén eran dos jóvenes hermanos pertenecientes a la nobleza persa y ostentaban el título de virreyes. Los dos eran cristianos. El cristianismo se había extendido con anterioridad en el mundo persa, donde gozaba de más libertad que en Roma. A pesar de la terrible persecución de Decio, los dos hermanos continuaron fieles al Evangelio, y atendían a los cristianos que habían sido encarcelados y daban sepultura a quienes habían sido martirizados. Esto delató su vinculación al cristianismo, por lo que los dos hermanos fueron deportados a Roma, en donde, al parecer, trataron de reeducarlos según las costumbres romanas. Los jóvenes no quisieron renunciar al cristianismo y fueron juzgados en presencia del mismo emperador. Se les forzó a abjurar de su fe y a rendir culto a las divinidades romanas. Su negativa les acarreó la cárcel cargados de cadenas. Después fueron azotados con bolas de plomo y condenados a las fieras. Una vez en la arena del circo, las fieras (dos leones y cuatro osos) se negaron a devorarlos y, en cambio, se acercaron a lamerles los pies. Finalmente, fueron condenados a ser sacrificados y ejecutados delante de la estatua del dios Sol. Allí los decapitaron y descuartizaron, quedando sus restos abandonados durante tres días, hasta que el diácono Quirino los recogió de noche, los guardó en un arca y fueron depositados finalmente en el cementerio de Ponciano. La propagación de su culto y extensión por Europa se debe a los peregrinos, a las relaciones comerciales con Roma y a las reformas eclesiásticas de Gregorio VII (1073-1085).
La primera hagiografía de los santos Abdón y Senén es del siglo IV. Al comienzo del siglo VI se redactó una nueva versión. Ambas han sido recogidas en relatos posteriores, alguno de los cuales ha llegado hasta nuestros días.
Abdón y Senén eran dos jóvenes hermanos pertenecientes a la nobleza persa y ostentaban el título de virreyes. Los dos eran cristianos. El cristianismo se había extendido con anterioridad en el mundo persa, donde gozaba de más libertad que en Roma. A pesar de la terrible persecución de Decio, los dos hermanos continuaron fieles al Evangelio, y atendían a los cristianos que habían sido encarcelados y daban sepultura a quienes habían sido martirizados. Esto delató su vinculación al cristianismo, por lo que los dos hermanos fueron deportados a Roma, en donde, al parecer, trataron de reeducarlos según las costumbres romanas. Los jóvenes no quisieron renunciar al cristianismo y fueron juzgados en presencia del mismo emperador. Se les forzó a abjurar de su fe y a rendir culto a las divinidades romanas. Su negativa les acarreó la cárcel cargados de cadenas. Después fueron azotados con bolas de plomo y condenados a las fieras. Una vez en la arena del circo, las fieras (dos leones y cuatro osos) se negaron a devorarlos y, en cambio, se acercaron a lamerles los pies. Finalmente, fueron condenados a ser sacrificados y ejecutados delante de la estatua del dios Sol. Allí los decapitaron y descuartizaron, quedando sus restos abandonados durante tres días, hasta que el diácono Quirino los recogió de noche, los guardó en un arca y fueron depositados finalmente en el cementerio de Ponciano. La propagación de su culto y extensión por Europa se debe a los peregrinos, a las relaciones comerciales con Roma y a las reformas eclesiásticas de Gregorio VII (1073-1085).
El entorno mediterráneo y el mundo agrícola
La fuerza de Cluny fue decisiva en la implantación del culto a los dos santos, sobre todo a partir de los siglos XII y XIII. El hecho que desencadenó su gran popularidad en las comarcas levantinas de la Península Ibérica fue la llegada de la reliquia de los mártires al monasterio de Santa María de Arles-sur-Tech, en el Rosellón. El abad Arnulfo solicitó a la Santa Sede unas reliquias para que protegieran las tierras y ahuyentaran las tormentas y temporales que destruían las cosechas. En Valencia, a partir del siglo XVI, se les consideraba ya como "abogados de los labradores contra el granizo y la tempestad", de ahí su nombre popular de "Santos de la Piedra". Muchas agrupaciones de labradores y hortelanos se pusieron bajo su patrocinio".
Fuente
Una vez conocidos los datos históricos o legendarios, o una mezcla de ambas cosas, os copio la oración pedroñera (reducida y escrita en redondillas) contra la piedra y el granizo que Jesús me pasa. Más abajo os dejo también una de las versiones más extendidas que circularon también en hojas volanderas, más aún por el este y centro peninsular.
Oración contra el pedrisco a san Abdón y San Senén
Pues por Dios sois tan amados
Y el que os sirve no medra (sic),
Guardad los campos de piedra
Abdón y Senén sagrados.
A las fieras y a los osos
Al fin de que os comieran
Os arrojan y os respetan
Halagüeños y amorosos.
Os respetan los Leones;
Los gentiles más infieles
Os descuartizan crueles
Hechos fieras y dragones.
De Persia el malvado Decio
Os trajo proceso a Roma
No hacéis al tirano aprecio
Escupiendo con desprecio.
Guardad los campos de piedra
Abdon y Senen benditos.
Versión extendida entre otras que leo en la Red
Pues por Dios sois tan Amados
Y el que os sirve tanto medra
Guardad los Campos de Piedra
Abdón y Senén sagrados.
1ª
A las fieras y a los osos
A fin de que os acometan
Os arrojarán y os respetarán
Halagüeños y amorosos
Oh! Santos nuestros dichosos
Sed nuestros abogados.
Guardad los Campos de Piedra
Abdón y Senén sagrados.
2ª
Si os respetan los leones
Os despedazan crueles
Los gentiles más infieles
Hechos fieras y dragones
Azotes llagas y baldones
Sufrís por Cristo callando.
Guardad los Campos de Piedra
Abdón y Senén sagrados.
3ª
Con rendido corazón
Ofrecemos nuestras mieses
Las plantas, frutos y reses
Bajo vuestra protección
Pues dadles la bendición
A los montes y sembrados.
Guardad los Campos de Piedra
Abdón y Senén sagrados.
4ª
De Persia el malvado decio
Os trajo presoso a Roma
Y al ver su furor que asoma
No haceis tirano aprecio
Escupiendo con desprecio
Sus ídolos adorados.
Guardad los Campos de Piedra
Abdón y Senén sagrados
5ª
La Piedad divina os hizo
Dulcísimos protectores
De todos los labradores
Contra la piedra y granizo
Pues por vosotros deshizo
Rayos, vientos y nublados.
Guardad los Campos de Piedra
Abdón y Senén sagrados.
6ª
Ambos sois todo el consuelo
Del penado labrador
Que al pedir vuestro favor
Lograsteis piedades del cielo
Sin alivios ni consuelo
Y el fruto de sus arados.
Guardad los Campos de Piedra
Abdón y Senén sagrados
7ª
Alivios en su amargura
Logra el hombre que os invoca
Que al pronunciaros la boca
Siente el corazón dulzura
Pues no podeis sin ternura
Santos míos ser nombrados.
Guardad los Campos de Piedra
Abdón y Senén sagrados
Pues por Dios sois tan amados
Y el que os sirve tanto medra
Guardad los campos de piedra,
Abdón y Senén sagrados.
ÁCS
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