A la actual calle Montoya, que sale desde la Montejano a la altura de la casa del cura, cuya esquina da a ambas calles, se le puso tal nombre en el año 1900, año en que se consideró cambiar el de gran cantidad de calles del pueblo (remito, a este respecto, al capítulo que dedico en el libro Mapa de Las Pedroñeras a este pormenor, así como a los distintos nombres que han ido teniendo nuestras calles a lo largo de la historia).
Se justifica en pleno consistorial pues don Ramón Montoya (ese era su nombre) fue un célebre médico que combatió "entre tres o cuatro provincias de España y en diferentes épocas la terrible epidemia del cólera-morbo-asiático, especialmente en año de 1854". Debido a sus servicios "estaba condecorado con la cruz de beneficencia". Es el caso que residió muchos años en nuestro pueblo de Las Pedroñeras, donde compró, en 1858, la casa llamada de la Tercia, la cual en el año 1900 pertenecía a doña Rosaura Montoya y Perea, que sería, imaginamos, hija de don Ramón.
Doña Rosaura, por cierto, se casó con don Fernando Francisco de Zea Bermúdez y Colombí (2º conde de Colombí), de cuya unión nació la escritora pedroñera Asunción de Zea Bermúdez. Añadir que, posteriormente, doña Rosaura se casaría en segundas nupcias con don Rodolfo Pelayo.
El caso es que la actual calle Montoya se llamaba anteriormente de la Tercia. Y se llamaba así porque la tercia estaba en esta calle y no era otro este edificio que la casa que todavía hoy llamamos "de la condesa" (en ella vivió la 4ª condesa de Colombí, doña Esperanza), colindante con la casa del cura. En la tercia (o tercia real, también llamada casa de bastimento) se cobraban los impuestos reales que nacieron ya en el siglo XIII como parte del diezmo que cobraba la Iglesia. Si el diezmo suponía el 10 % de lo que el agricultor o ganadero "cosechaban", la tercia vino a significar las dos novenas partes de tal diezmo. Así, la casa serviría también como almacén de lo que generaba lo recogido mediante este impuesto.
En octubre de 1859 la prensa del momento recogió determinadas decisiones del Consejo de Estado con respecto a cierta polémica levantada entre don Ramón Montoya al comprar la antigua casa de la tercia con el curato por ciertas habitaciones que no se sabía muy bien si pertenecían a la casa del cura o al edificio de la tercia. Es el caso que el vicario ecónomo, Victoriano Martínez, se vio de la noche a la mañana desposeído de su despacho por entender don Ramón que esa habitación pertenecía a la casa que había comprado (ambas casas se comunicaban). Os dejo por aquí lo que pudo leerse en esta prensa sobre jurisprudencia.
[Por cierto, qué bueno sería recuperar el nombre antiguo de esas calles].
Ángel Carrasco Sotos
Tirando del hilo y los documentos que todavía podemos ver, poco a poco se va reconstruyendo la historia de Pedroñeras. Buena labor la tuya. Muchas gracias.
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