EL PRISIONERO Nº 3496 DEL CAMPO DE CONCENTRACION DE MAUTHAUSEN
por Miguel Ángel Vellisco Bueno
DAMIÁN CAMPOS REDONDO, nacido
en Belmonte el 12 de febrero de 1916,
prisionero del campo de concentración de Mauthausen ( Austria) en el que entró
el 26 de abril de 1941, con el nombre de XI-A (Altengrabow) nº de matrícula
3496, fue liberado por las tropas
aliadas el 5 de mayo de 1945. Murió en
Francia el 8 de noviembre de 2003.
Se había enrolado y luchado en el bando Republicano, de nuestra guerra civil de 1936-1939, no sé si por sus ideas o por que el destino lo había decidido así, como ocurrió con tantos otros españoles.
Al acabar la guerra, nuestro
personaje se vio obligado a huir de
España, debido a la persecución franquista, desde donde pasó a Francia.
Pero el recibimiento no fue el esperado. Los españoles Republicanos fueron
tratados como ganado y llevados a campos de internamiento de las playas de Argelés,
Saint-Cyprien y Le Barcarés, sin ninguna instalación de abrigo, donde pasaron
una larga temporada antes de poder conseguir la libertad.
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Campo de internamiento de
españoles en Francia
Durante la ocupación alemana de
Francia en la segunda guerra mundial, fue detenido por los nazis, e internado en el campo de
concentración de Mauthausen (Austria), junto con otros deportados españoles. Considerados
como “apátridas”, durante su permanencia sufrieron un auténtico calvario,
muchos de ellos murieron durante su cautiverio.
Campo de concentración
de Mauthausen
Después de su liberación y ante
la imposibilidad de volver a España,
como refugiado político se quedó a vivir en Francia, donde se casó y nacieron sus
hijos.
A lo largo de su vida nunca
olvidó su patria, siempre anheló poder volver al pueblo que le vio nacer, a reencontrase
con su familia, a saludar a sus
paisanos, a recorrer sus calles, a
perderse entre esos lentos atardeceres de su tierra que se funden con la
llanura, a revivir sus recuerdos, a disfrutar del silencio…
Quiero aprovechar este artículo,
como homenaje a un gran hombre que vivió una trágica historia que ha quedado
velada y olvidada, y que formó parte de un colectivo que nunca ha tenido el reconocimiento que realmente merecía.
Tras su muerte, cumpliendo su deseo, volvió por fin a su patria chica.
¡Bienvenido paisano¡
©Miguel Ángel Vellisco Bueno
Qué pena,y qué tiempos aquellos Dios quiera que no pasemos nada parecido estás generaciones,y qué no vengan las guerreras que no traen nada más que hambre y desgracias
ResponderEliminarHola. Gracias por el artículo. Soy la sobrina y ahijada de Damián Campos. Dónde encontraste los datos? Un saludo.
ResponderEliminarGracias por hacer visible el horror y el sufrimiento que pasaron muchos esoañoles, en este caso mi tío abuelo
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