El siguiente artículo vio la luz en marzo de 2006. Os lo recuerdo por aquí.
El conocido e influyente poeta chileno, premio Nobel de literatura, autor del popular libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada, nombró nuestro pueblo en un poema escrito en los años de la Guerra Civil.
Pablo Neruda (1904-1973), poeta chileno del que escribió Jorge Edwards que su “influencia sobre la poesía de lengua castellana [...] es comparable a la que ejerció Rubén Darío como iniciador del modernismo”, dejó impresas estas palabras: “Casi todo lo que he hecho en mi vida y en mi poesía tiene la gravitación de mi tiempo en España”. Aquí residió en 1934 y en años posteriores, mantuvo una relación de amistad con los poetas de la Generación del 27 (sobre los cuales ejerció un influjo decisivo) y vivió la Guerra Civil en defensa siempre del bando republicano. Precisamente el fusilamiento de Federico García Lorca lo dejó tocado, y fue justo en ese año de 1936 cuando comenzaría la escritura del libro titulado España en el corazón, que rompería con el hermetismo precedente de su poesía para sumarse decididamente a la de tipo social y política. Este libro se publicaría en 1938, y se incluirá en el titulado Viaje al corazón de Quevedo. Más tarde formaría parte de su Tercera Residencia (1947).
En España en el corazón (Himnos a las Glorias del Pueblo en la Guerra) podemos leer el poema “Cómo era España”, en el que, tras unos versos donde Neruda proclama su amor a esta tierra, se lanza a dar una larga ristra de pueblos de la geografía española por los que queremos pensar que pasaría o influirían en él de alguna manera, entre los cuales bucea el nuestro, Pedroñeras. Lo paso a copiar sin más dilación para el regocijo del curioso, y que cada uno haga su exégesis y extraiga sus conclusiones.
Cómo era España
Era España tirante y seca,
diurno tambor de son opaco,
llanura y nido de águilas,
silencio de azotada intemperie.
Cómo, hasta el llanto, hasta el alma
amo tu duro suelo, tu pan pobre,
tu pueblo pobre, cómo hasta el hondo sitio
de mi ser hay la flor perdida de tus aldeas
arrugadas, inmóviles de tiempo,
y tus campiñas minerales
extendidas en luna y en edad
y devoradas por un dios vacío.
Todas tus estructuras, tu animal
aislamiento junto a tu inteligencia
rodeada por las piedras abstractas del silencio,
tu áspero vino, tu suave
vino, tus violentas
y delicadas viñas.
Piedra solar, pura entre las regiones
del mundo, España recorrida
por sangres y metales, azul y victoriosa
proletaria de pétalos y balas, única
viva y soñolienta y sonora.
Huélamo, Carrascosa,
Alpedrete, Buitrago,
Palencia, Arganda, Galve,
Galapagar, Villalva.
Peñarrubia, Cedrillas,
Alcocer, Tamurejo,
Aguadulce, Pedrera,
Fuente Palmera, Colmenar, Sepúlveda.
Carcabuey, Fuencaliente,
Linares, Solana del Pino,
Carcelén, Alatoz,
Mahora, Valdeganga.
Yeste, Riópar, Segorbe,
Orihuela, Montalbo,
Alcaraz, Caravaca,
Almendralejo, Castejón de Monegros.
Palma del Río, Peralta,
Granadella, Quintana
de la Serena, Atienza, Barahona,
Navalmoral, Oropesa.
Alborea, Monóvar,
Almansa, San Benito,
Moratalla, Montesa,
Torre Baja, Ademuz.
Cevico Navero, Cevico de la Torre,
Albalate de las Nogueras,
Jabaloyas, Teruel,
Camporrobles, la Alberca.
Pozo Amargo, Candeleda,
Pedroñeras, Campillo de Altobuey,
Loranca de Tajuña, Puebla de la Mujer
Muerta, Torre de Cárcel, Játiva, Alcoy.
Puebla de Obando, Villar del Rey,
Beloraga, Brihuega,
Cetina, Villacañas, Palomas,
Navalcán, Henarejos, Albatana.
Torredonjimeno, Trasparga,
Agramón, Crevillente,
Poveda de la Sierra, Pedernoso,
Alcolea de Cinca, Matallanos.
Ventosa del Río, Alba de Tormes,
Horcajo Medianero, Piedrahita,
Minglanilla, Navamorcuende, Navalperal,
Navalcarnero, Navalmorales, Jorquera.
Argora, Torremocha, Argecilla,
Ojos Negros, Salvacañete, Utiel,
Laguna Seca, Cañamares, Salorino,
Aldea Quemada, Pesquera de Duero.
Fuenteovejuna, Alpedrete,
Torrejón, Benaguacil,
Valverde de Júcar, Vallanca,
Hiendelaencina, Robledo de Chavela.
Miñogalindo, Ossa de Montiel,
Méntrida, Valdepeñas, Titaguas,
Almodóvar, Gestalgar, Valdemoro,
Almuradiel, Orgaz.
©Ángel Carrasco Sotos
[El anterior artículo se publicó por vez primera en el periódico local Pedroñeras 30 Días, número 48, marzo 2006].
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