Esta mañana hicimos la preceptiva visita a san Isidro, a su ermita y su pinar. Es obligado para todo pedroñero. No solemos hacer choza en el pinar porque los amiguetes están la mayoría fuera, aunque sí que lo celebramos todos los años el sábado más próximo al día 15. No obstante, como digo, siempre hacemos la visita a la feria (por cierto, pocos puestos este año, según hemos podido observar), a la "romería", como aquí siempre se ha dicho, y, por supuesto, al bar que lleva desde hace unos años Jesús "Marcelo", para tomar unas cervezas acompañadas de pincho moruno o chorizo y, así, hacer un poco de gasto y disfrutar del ambiente. Con el pincho en una mano y el botellín en la otra uno se siente ya plenamente integrado en la colectividad. Echa la cascaílla, saluda a todo conocido con que se va encontrando, recorre visualmente el pinar (por fuera) y observa a los chiquetes que van de un lado a otro andando o en moto y, en fin, disfruta del momento, porque, además, hacía un día estupendo y, felizmente, no se han cumplido los agoreros pronósticos de lluvia continua. Y el sábado, como digo, haremos nuestro segundo San Isidro en buena y amical compañía. Para dejar constancia del momento, hicimos algunas fotos del momento, que os dejamos por aquí abajo. ¡Viva San Isidro!