El 15 de mayo del año 1950, día de San Isidro (cuando este aún no se celebraba, menos aún como ahora, en el Lugar), llegaba a Las Pedroñeras el Padre Rodríguez, un misionero (como la Santa Misión se conocía su peregrinar) que recorría nuestra geografía predicando, acercando, la palabra de Dios. Fueron unos días en los que la iglesia, las plazas (ambas) se llenaron de gente a rebosar. Vino gente de otros pueblos, mucha gente: del Pedernoso, de Belmonte, de Las Mesas, del Provencio, de Socuéllamos, del Cañavate, de Campo de Criptana... El Padre Rodríguez tuvo que hablar desde el balcón del Ayuntamiento para conseguir que sus palabras llegasen a todos, a esa multitud arremolinada en torno a él. Rezos, confesiones (unas 7.000 hostias consagradas se sirvieron), misas... Nuestro pueblo al completo estuvo por unos días levitando en una atmósfera de suma espiritualidad.