Continuamos con la laboriosa tarea de trasladar a las páginas de este blog las singulares y enriquecedoras respuestas que se dan en nuestro pueblo para el Catastro de Ensenada. Tenemos que trasladarnos a mediados del siglo XVIII, hacia 1752. Hoy vamos a compartir con vosotros parte de la extensa respuesta 32ª que da cuenta, por lo que respecta a este primer artículo (pronto el segundo) de quienes ejercían en Pedroñeras de tenderos (con tienda propia), de abogado, médico, boticario y escribano (notario), y lo que cada uno gana en su oficio (en ducados y reales), que es mayormente lo que interesa a la real casa, tener contabilizadas estas ganancias.
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lunes, 27 de febrero de 2017
Tiendas, abogado, médico, boticario y escribano en Las Pedroñeras del siglo XVIII
Continuamos con la laboriosa tarea de trasladar a las páginas de este blog las singulares y enriquecedoras respuestas que se dan en nuestro pueblo para el Catastro de Ensenada. Tenemos que trasladarnos a mediados del siglo XVIII, hacia 1752. Hoy vamos a compartir con vosotros parte de la extensa respuesta 32ª que da cuenta, por lo que respecta a este primer artículo (pronto el segundo) de quienes ejercían en Pedroñeras de tenderos (con tienda propia), de abogado, médico, boticario y escribano (notario), y lo que cada uno gana en su oficio (en ducados y reales), que es mayormente lo que interesa a la real casa, tener contabilizadas estas ganancias.
sábado, 25 de febrero de 2017
Gatos, animales de compañía: Vídeo casero
por Fabián Castillo Molina
Hoy nos saltaremos un poco el protocolo y tocaremos un tema que se sale ligeramente de las premisas de estas ventanas de comunicación. Aquí se debe hablar de asuntos del pueblo, de Pedroñeras y sus ajos, historias que tengan que ver con Pedroñeras y sus gentes, pero sin meterse en asuntos que produzcan debates o enfrentamientos, nada de política, fútbol, religión, etc., pero sí asuntos que a todos nos atañen. Por tanto, ¿por qué no decir o mostrar algo de animales de compañía o de animales en general?
martes, 21 de febrero de 2017
Oración para ahuyentar el miedo y el demonio (¿para exorcismo?)
Uno de los apartados del libro Folclore infantil de Las Pedroñeras es el dedicado a las oraciones para niños pequeños. Las hay exclusivamente infantiles y otras que bien podían rezarse también de mayores. En ese voluminoso libro (más de 500 páginas, recordad) dedicado a todo lo que estaba relacionado con la infancia pedroñera (juegos, adivinanzas, retahílas, cuentos, canciones, etc.) era lógico que encontrase un hueco este contenido de tipo religioso. Entre las 28 oraciones registradas os quisiera hacer partícipes de esta, que es usaba para ahuyentar el miedo.
sábado, 18 de febrero de 2017
Las recogedoras de hormigueros y paja para la lumbre
por Fabián Castillo Molina
Antes de amanecer, apenas empezaba a venir la luz del día, ya iba la menuda mujer por el camino de La Veguilla acompañada por su hija menor, avanzando hacia las eras con su escoba de mijo, un baleo de esparto, un costalejo pequeño para el grano, un saco y un rastrillo, todos los utensilios dentro de un remolquete de mano con ruedas de goma. A la madre, acostumbrada a estas labores de verano, no tenía que tocarle el despertador ni la llamaba nadie. En la madrugada el viento estaba en calma y un intenso olor a humedad lo invadía todo. Iba dispuesta a recoger la paja que hubiera en los caminos y las lindes próximas a donde la mañana y la tarde anterior a la nubá, habían estado ablentando las familias enteras aprovechando el viento solano favorable. En este caso, había dejado pasar un día de sol abrasador después del aguacero, porque ella sabía que ese día, siempre, las hormigas sacaban el grano mojado de sus almacenes y lo ponían a secar junto a la entrada del hormiguero, en montañas como cráteres de volcán, en muchos casos y, en otros sin cráter, hasta terminar en vértice perfecto.
Miles y miles de hormigas habían estado
trabajando horas y horas incesantemente hasta reunir aquella (para ellas) gran
montaña de granos junto a la era, y seguía aumentando el montón. Mientras, otras compañeras, una vez seco el grano, se encargaban de ir introduciéndolo,
en sus intrincados graneros
subterráneos, que habían excavado sus compañeras, con sus propios
medios, sin maquinaria ni herramienta alguna, como venían haciéndolo desde
tiempo inmemorial.
El
grano había sido traído a las eras, en sus espigas unidas a su paja, con carros y galeras con meriñaque y a veces peligroso
galumbo; por los estropeados caminos, tirando de ellos caballerías,
la mayoría borricas y mulas, y conducidos por hombres y mujeres, en muchos
casos ayudados por sus chiquetes, desde el
haza, en distintos parajes y campos
pedroñeros, tras haber segado la mies con hoces dentadas con buen filo. Tras haber
atado en haces esa mies y haber atesnalado como
siempre. Luego habían cargado de madrugada, con algo de relente, para evitar la
pérdida del menor número posible de espigas.
En
aquel preciso instante, la hormiga mayor, que trabajaba ya antes de que saliera
el sol, oyó la voz de la niña que acompañaba a su madre: “¡Madre, aquí hay otro
montón!”. La madre, que recogía con un
rastrillo la paja de la linde metida entre cardos y tamarillas, continuó
haciendo su trabajo, pero respondió: "Ahora voy hermosona", —sin darle demasiada importancia—. Pocos instantes después, la escoba
de mijo normal para la mujer y gigante para las hormigas, arrastraba todo su
gran trabajo, una verdadera montaña perfecta, al baleo y las que se encontraban
faenando fueron revueltas entre el grano,
pero no cesaron en su trajín.
Momentos después, sintieron que el baleo se elevaba y volvía a posarse en el
suelo y otra gran avalancha de grano y compañeras venía a incorporarse
violentamente y caía entre ellas a aquel lugar desconocido. Después, todas
fueron volcadas en la espuerta que iba sobre el remolque, y poco más tarde en
el costal.
Las
hormigas obedecían órdenes de sus superiores y éstas a su vez de una reina, de manera parecida a
como lo hacían las abejas, pero a diferencia de ellas, no ejercían la
polinización que tanto bien hacía al funcionamiento del mundo, sin que ellas lo
supieran, y sin que tampoco una inmensa mayoría
de las personas ni reparara en ello.
El último libro de Fabián:jueves, 16 de febrero de 2017
Relación de los moriscos o cristianos nuevos que vivían en Las Pedroñeras en 1589
En un artículo anterior, nuestro compañero Miguel Ángel Vellisco nos dejaba la lista de los moriscos que se registraban en Belmonte de 1589. Habían pasado 18 años desde que terminase la Guerra de las Alpujarras (tras tres años desde el levantamiento morisco) y tras ella, una parte de los moriscos de Granada se deportan hacia otros territorios por orden de Felipe II y son 1.575 los moriscos (cristianos nuevos procedentes de los mudéjares) que se encuentran relacionados con sus nombres y edad en esta lista mandada hacer por el Ilustrísimo señor D. Juan Fernández Vadillo, Obispo de Cuenca en ese año de 1589. No pasaría mucho tiempo en que se produciría la expulsión de los moriscos de España, salvo excepciones, pues en 1609, 20 años después de que se efectuase esta relación, Felipe III la ordenaba. No sabemos cuántos de estos y sus descendientes continuaron viviendo en nuestros pueblos, pero muchos de nuestros vecinos son sin lugar a dudas descendientes de aquellos moriscos a los que polémicamente se les expulsó de la tierra en que habían nacido, ellos y sus ascendientes, donde desarrollaban su trabajo y habían tenido su vida, pues no conocían otra vida, como tampoco otra tierra. Y de aquí marcharon con su pobreza a las espaldas.
lunes, 13 de febrero de 2017
Cazadores de pájaros en la nieve y pajarillos fritos
Foto: Luz del Monte
por Fabián Castillo Molina
Revolución
poema
Siempre
habrá nieve altanera
que vista
el monte de armiño
y agua
humilde que trabaje
en la presa del
molino.
Y siempre
habrá un sol también
—un sol verdugo y amigo—
que
trueque en llanto la nieve
y en nube
el agua del río.
León
Felipe (Versos y oraciones de caminante (1920-1929))
Cazadores
de pájaros en la nieve y pajarillos fritos
La nieve había vuelto a cubrir todo Pedroñeras de
blanco. Ya era el tercer día que nevaba sobre nevado y, los dos rodillos de la
era de Sebastián formaban dunas blancas perfectas. La cañada Vieja se divisaba
como un mar de sábanas impolutas, tendidas sobre la tierra y cubriendo las plantas. Se elevaban, haciendo
ondulaciones en los olivares y viñedos
junto al camino del cerro Ratón. Lo recuerdo bien, como si hubiera sido ayer.
viernes, 10 de febrero de 2017
Médicos de Las Pedroñeras en el siglo XIX (primera parte)
Si recordáis, en una entrada anterior dimos cuenta de la lista y los datos que se tienen sobre los médicos que ejercieron en Las Pedroñeras durante el siglo XVIII. A partir del artículo que hoy publicamos, afrontamos los que pasaron por nuestro pueblo durante el siglo XIX. Larga es la lista y abundantes los datos que de ellos se poseen por lo que este siglo (también el posterior) dará para varias entradas, más que nada para no agobiar con textos demasiado extensos y así poder ir digiriéndolos mejor. Empecemos:
martes, 7 de febrero de 2017
Los moriscos granadinos asentados en Belmonte: año 1589
Indumentaria de los Moriscos
Miguel Ángel Vellisco Bueno
A los musulmanes que habían quedado bajo dominio cristiano durante
la reconquista de la península, se les conocia con el nombre de mudéjares. A los que se les permitió la preservación de su lengua,
religión y costumbres.
En en el año 1492 se da por concluida la Reconquista con la capitulación de Granada. Sobre el año 1500, los mudéjares, descontentos de su situación, inician un levantamiento popular. Como consecuencia, en el año 1502 los Reyes católicos, mediante la llamada Pragmatica de Conversión forzosa al Catolicismo, obligaron a todos los mudéjares a convertirse al cristianismo, bajo amenaza de expulsión de sus hogares.
sábado, 4 de febrero de 2017
¿Qué es una ajada? ¿Habéis probado esta salsa?
A fuerza de lidiar en Pedroñeras con el ajo desde hace al menos un par de siglos, es ya muy rico y extenso el vocabulario sobre esta liliácea que nos da renombre. No obstante, echo en falta fraseología con este producto, que es más bien escasa en nuestro lugar. No en cambio, en la historia de nuestra lengua, que ha dado no solo frases y expresiones, sino refranes a porrillo, de los que di buena cuenta en ese libro sobre el ajo que corre por ahí de mano en mano como pelota entre niñas. Pero no quería hablar yo de frases, sino de palabras. Y en concreto de una que deriva de la palabra AJO. Me refiero a la AJADA.
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