
Ángel Carrasco Sotos

por Vicente Sotos Parra
Tenía Felipón la suerte de vivir en aquel barrio del Pozo Nuevo y contar con la confianza y la amistad de estos dos sabios de los que tanto a prendió. El gato era del humano Juanantes y el gallo del hermano Frasquito.
ÁCS
Una visita rutinaria de los Dioscuros por las cercanías de Las Pedroñeras nos lleva hasta el pedernoseño molino del Monte y el chozo de los Llanos. Una visita muy productiva, por cierto, por determinados descubrimientos que podrían ampliar la información y conocimientos sobre la arqueología de esta interesantísima zona. De todo daremos cuenta en próximas fechas. Queremos antes catalogar, grabar y medir lo hallado. Pero os comento...
Entre los años 1954 y 1955 se llevó a cabo la obra que daría lugar al desvío de la carretera general que, hasta entonces -como todos sabéis- pasaba por mitad del pueblo. Esta fotografía aérea es de 1956 o 1957, esto es, con ese "desvíe" (como se le ha llamado siempre) casi recién estrenado. Llama la atención que no se vea ningún coche en todo su trayecto (cosa habitual, supongo, por aquellas ya alejadas fechas).
por Vicente Sotos Parra
Los encuentros entre el hermano Juanantes y Felipón eran frecuentes, y el sabio acababa siempre con esta frase.
“¡Hay Felipón si yo fuese gobernador otro gallo nos cantaría!”
Al parecer esto fue calando en el Jabato pedroñero, hasta que una noche tuvo este sueño que os cuento. Pensemos en él como en Sancho Panza, que debió asumir el gobierno de la ínsula de Barataria. Todo su contrapunto terrenal y humorístico se viene abajo al momento de ejercer el poder. Le está grande y por eso se hace manifiesta la tragicomedia de sus propios límites. ¿Qué haría usted? -le preguntó Felipón en algunas ocasiones-. Entonces contestaba sin bacilar y según los casos. Separaría al alcalde que es hijo y nieto de los que ya gozaron de la silla como si fuese de la familia, al juez lo mandaría desterrado allí donde Cristo perdió el gorro, al secretario al castillo de Chinchilla, y hasta fusilaría a toda la diputación.
La iniciativa nos parece muy buena y esperamos que tenga continuidad. Desde aquí lo aplaudimos. Consistía en enviar una fotografía de un rincón del pueblo. Todas serían votadas y la ganadora se llevaba un lote de productos locales valorado en 100 euros (un premio simbólico). Enhorabuena a la organizadora, las entidades colaboradoras y a la ganadora, que ha sido, Mari Carmen Redondo Checa.
por Vicente Sotos Parra
Esta historieta va dedicada a uno de los tantos hijo del lugar que deberían sus vecinos hacer justicia por su trayectoria de honradez y trabajador incansable. Que con su hacer durante muchos años ha dado y sigue dando que hablar de su pueblo de una manera sorda para muchos y que hace de su honradez y trabajo hablen por él.
Un año más, se ha vuelto a celebrar en nuestra localidad pedroñera el concurso de carteles de las fiestas. El nivel ha sido muy aceptable desde que comenzó, al que se han presentado históricamente pintores de talla y renombre (no sé, se me viene ahora a la cabeza Grau Santos), presencia que ha ido disminuyendo en la última época. También, por supuesto, grandes pintores locales, ganadores, con cuadros de original composición y deslumbrante remate (que también se han ido cansando en vistas de que han comprobado que puede ganar cualquier pintura menor dado que el jurado no es especialista; en fin, hay que entenderlos también). Sé que ahora se impone la moda del ordenador con la utilización de aplicaciones que, desde luego, ayudan a confeccionar llamativas ilustraciones que, a mi entender (perdonad), desvirtúan un tanto la naturaleza con la que fue creada esta actividad promovida consistorialmente. Tanto es así, que invita a personas que no han cogido una pincel en la vida a lanzarse a la elaborar carteles cuyo resultado, hay que reconocerlo, puede llegar a ser atractivo y vistoso. Hay que saber, por supuesto, manejar las nuevas tecnologías al uso y desarrollar con ellas cierta creatividad. Para todo se deben tener habilidades que hay que saber reconocer en su grado correspondiente y considerar lo meritorio que hay tras ello.
por Vicente Sotos Parra
Sentado en su vieja silla de anea en el umbral de su puerta esperando a que los contertulios de esas noches acudiesen a la tertulia, los hermanos Jacinto, Frasquito Paco, Justo y alguno más que ya no me acuerdo, estaba el hermano Juanantes al hacerse el corrillo en la puerta de su casa siempre; era el primero. Todos lo que pasaban le saludaban con cariño y respeto.