La familia crece, amigos, y ya son 10 las publicaciones que uno ha hecho en forma de libro, ocho de las cuales están dedicadas exclusivamente al pueblo de Las Pedroñeras. El último publicado, el diccionario, parece como el padre de todos ellos. No merecía menos el habla de nuestro pueblo, de la que estamos tan orgullosos y que, es una lástima, se va perdiendo poco a poco. Es normal: todos los niños reciben educación reglada, leen, entran en Internet y se relacionan con gente de otros entornos geográficos, aprenden y asimilan la lengua normativa... en fin, que poco a poco van perdiendo parte de nuestra habla, o al menos esta queda muy difuminada cuando usan el español. No obstante, y esto lo recuerdo muy bien, ¡qué sensación más grata, como de libertad, o de reconocimiento de nuestra identidad era el volver al pueblo para usarla!