No ha llovido en exceso en este mes de mayo en el que uno celebra su aniversario, mes, por otro lado, temido por muy dado a los pedriscos, de modo que el agricultor siempre está temblando cuando se acerca una nube o el hombre del tiempo pronostica lluvias. Lo hizo en la primera mitad del mes, siendo que en estos últimos quince o dieciséis días no ha caído ni gotazo ("ni falta que hace", dice el ajero que ya ha empezado a recolectar los ajos chinos). La mayoría de estas lluvias se concentraron durante los días 14 y 15 del mes, es decir, que tuvimos un San Isidro remojado, sobre todo la víspera, pero el día 15, que fue un día caluroso, con alguna racheja de viento, entre claros y nubes amenazantes, lo que cayó fue justo después de comer, aunque a algunos los pilló pinchando las últimas tajás de la caldereta. Nunca llueve a gusto de todos. El cualquier caso, la romería se pudo celebrar en condiciones muy aceptables y lo mismo el día en el pinar. Os dejo los datos de las lluvias para los curiosos. [La foto es del autor, del día 15 de este año].