FELIPÓN, AMPARITO Y EL FRANCÉS (capítulo 78 de las historias de Felipón) | Las Pedroñeras

miércoles, 28 de mayo de 2025

FELIPÓN, AMPARITO Y EL FRANCÉS (capítulo 78 de las historias de Felipón)

 

por Vicente Sotos Parra



Escribo con el fin de haceros pasar un rato agradable con estas historietas entre verdades con un poco de humor y de realidad. La ausencia de padre, hacía que Felipón siempre que tenía un problema de amor acudía a aquel sabio del pueblo para que le aconsejara acerca de estos y otros temas al hermano Juanantes, que con su sabiduría le aconsejase. Mirad lo que le aconseja.


Felipón:          Buenos días. hermano Juanantes,

Juanantes:       Buenos días, hermoso.     (se cruzan por la calle Mayor)

Felipón;          Hermano, por favor.

Juanantes:     Si, dime, Felipón.

Felipón:          Mire usted, yo quería hacerle una preguenta.

Juanantes:     Pregunta, soy todo orejas.

Felipón:        Que con sus muchos años de vida ya habrá pasado por esto que me está pasando a mí. Por lo tanto será un experto en el tema de declararse a las mujeres, y si no le molesta, o no tiene usted mucha prisa quería preguntarle a usted… ¿Qué les decía a la mujeres?

Juanantes:         ¡Ah! Es eso; dile que la quieres, háblale…, háblale.

Felipón:          ¿Y ya está?

Juanantes:         Si te quiere te dirá que sí… y… si no…

Felipón:            ¿Y si no…?

Juanantes:       Si no, te enviará a hacer puñetas.

Felipón:          Hombre, no es que me ayude mucho.

Juanantes:      ¡¡Aique!! ¿Qué quieres, que me declare yo por ti?

Felipón:          ¡No, hombre, pero!…

Juanantes:       Tu háblale…, háblale, no tienes nada que perder y mucho que ganar. Pero sobre todo no te pongas nervioso y a todo lo que ella te diga tú más, no te quedes nunca por debajo de ella o estás perdido.

Felipón:          ¿Usted está seguro?

Juanantes:     Hombre, yo me declaré a tres mujeres diferentes y no me puedo quejar.

Felipón:          Si reconozco que usted es un veterano, por ese motivo le pregunto.

Juanantes:    Ya sabes lo que tienes que hacer, no dejar que te domine, y por cierto ¿quién es la afortunada?

Felipón:         Una rosa manchega que se llama Amparito.

Juanantes:     La pescatera la hija de la chillona.

Felipón:        ¡La misma!

Juanantes:      No te quitarás el tufo del pescado ni con un esparto.

Felipón:          A mí su tufo me parece colonia Lavanda.

Juanantes :      Sí, la banda tocando una música de difuntos. Ya veo que estás loco por ella. Mira, Felipón yo me tengo que ir que me están esperando. Pero recuerda, no dejes que te pise la guitarra o estás perdido. Háblale…,háblale. No tienes nada que perder. Háblale…Adiós.

Filipón:      Lo tendré en cuenta…Adiós…, que no me pise la guitarra.

Era un domingo del mes de mayo y por aquel entonces los domingos por la tarde se acostumbraba a salir de paseo por la carretera y en la báscula la estaba esperando Felipón.

Felipón:     Ya viene…,ya viene…, ¿pero quien será el espantajo que la acompaña?

Amparito:  Buenas tardes.

Felipón:      Buenas tardes a la moza más salerosa de la Mancha.

Amparito:    Lo dices con guasa.

Felipón:      Nada de guasa, es la verdad y como lo siento, y si no fueses acompañada te diría más cosas, pero por respeto a la compañía me callo.

Amparito:   Mira, este entiende poco el castellano, es francés, es hijo de una pariente de mi madre. Parece que lo han enviado para ver si pesca algo en la Mancha.

Felipón:      ¿ Si aquí en nuestra tierra los peces escasean?                  

 Amparito:     Por ese motivo, y por hacer turismo  me acompaña.

Felipón:         Amparito, tú no te puedes casar con un francés, tú eres manchega de pura cepa y te debes casar con un manchego.

Amparito:     Donde está ese hombre capaz de conquistarme, yo no me conformo con cualquiera.

Felipón:        ¿A este espantapájaros no lo puedes enviar a hacer puñetas? Yo quisiera hablar contigo.

Amparito:        Francés,  ¿podías ir a hacer fotos a la plaza?

Francés:         Hui Empar,  mua , jo fotos en la plaza. 

Era corto de vista, y, además, tuerto.

Felipón:    Sí, hala, ves que Amparito y yo tenemos que hablar de cosas serias.

Amparito:     ¿Cosas serias? Que te ha sentado mal las sardinas o el pulpo del otro día. Alguna cosa de las que compraste: te  prometo que todo es fresco.

Felipón:    No, mujer, de eso nada, de nada. Como habrás visto, todos los días paso a comprarte alguna cosa, no por el pescado, paso por verte la cara. Y después me paseo por la acera de enfrente para pensar. Que buena pareja hacemos Amparito y yo.

Amparito:    Por verme con el olor de pescado. Y qué pareja haríamos tú y yo vendiendo  pescado.

Felipón:       Estando tú a mi lado, me parece oler a rosas y jazmín.

Amparito:     Yo diría que te estás declarando, sin declararte, pienso yo…No es por despreciarte  no…, pero yo creo que el francés tiene más que ofrecer que tú.

Felipón:      Mira, Amparito, no sabes bien lo que me ha costado dar el primer paso para hablar contigo. Ponme a prueba  y verás  que yo soy capaz de todo para ganarte y que tú me quieras.

Amparito:    ¿No corres demasiado? Al fin y al cabo tú eres de pueblo y el francés es de capital.

Felipón:     Que no se puede comparar, está claro que tú no conoces bien a los manchegos. ¿Qué tiene París que no tenga Las Pedroñeras?

Frances:      Ja… fotos calles están viejas… sucias…casas…rotas.

Amparito:  Mira, francés, explícale a este moniato, que no ha salido de este pueblo, cómo es París.

Francés:      París  o, la la, ciudad más bella  du mondo. Torre  Eiffel monumento Nacional de la Frans.

Filipón:   Eso es una torre, para torre la nuestra, tiene siglos de historia, y la Eiffel a  su lado tiene cuatro días.               

Amparito:   Hala, francés, ves diciéndole los monumentos, uno detrás del otro.

    Francés:       Monumento y Sacre Cor.

Felipón::   Que dice que su madre tiene azúcar en el corazón. Aquí el hermano Juanantes tiene azúcar, tensión alta, juanetes, y en los pies caspa.

Frances:     Catedral de Nostre Dam.

Felipón:    Esa sí que me la sé. En esa catedral no es donde estaba el jorobado de Nostra Dam. Nosotros tenemos a la Reina de los Ángeles que con su manto ampara a Las Pedroñeras.

Francés::    Plaza de Labastilla.

Feilipón:  Aquí la pastilla nos las tomamos en casa, en el bar y hasta cuando estamos puniendo los ajos, escardando y cogiéndolos..

Francés:   Grandes campos Elíseos.

Felipón:  Yo no sé qué se qué plantan en los campos esos Eliseos. Pero aquí en en Las Pedroñeras no se queda un palmo de tierra sin sembrar de ajos para que todo el mundo se los coma, y son los mejores del mundo, por eso mismo es la Capital Mundial del AJO MORADO.

Amparito:   Mira, francés, coge esa calle y al final veras una muralla. Hazle fotos.

Francés::    ¡ O-o.o morralla mucho pescado!

Felipón:    Sí …, a la ves a ver si pescas un constipado, y no tengas prisa que yo tengo que hablar con Amparito.

Francés:    Visito turístico.

Amparito:    Sí, visita turística… Adiós, “HERMOSÓN”

Felipón:    ¡Has visto!

Amparito  ¿Qué tengo que ver?

Felipón:     Que le has dicho en castellano como buena manchega de pura cepa, una manchega no se puede casar con un forastero y además franchute. Tú has visto bien esta prenda, ¿dónde vas a encontrar un hombre mejor que yo para casarte y cuidarte.

Amparito:  No te subas a las nubes, bájate los humos, que al fin y al  cabo eres de un pueblo.

Felipón:   Sí, tienes razón, de un pueblo, donde la gente es trabajadora y honrada a carta cabal.  Un pueblo donde Dios puso los cinco sentidos para convertirlo en un  jardín y poner a las mujeres más guapas del mundo. Que si te casas conmigo, dejarás de vender pescado para convertirte en la mujer más querida y admirada del LUGAR.

Amparito:  Tienes razón, qué tonta he estado queriendo comparar… si esta tierra es la mejor del mundo y los dos somos manchegos.

Felipón:     Mi oferta sigue en pie.

Amparito:  Sí, Felipón, si me defiendes a mí como has defendido a nuestra tierra y al lugar que nos ha visto crecer, no podría encontrar un hombre mejor.

Felipón:    ¿Quieres decir que sí?

Amparito:   Sin dudas.

Felipon:      ¡El hermano Juanantes tenía razón!

Amparito:    ¿Qué dices?

Felipón:   Que nos vamos mañana hablar con tus padres y con el cura, ahora que está caliente la cosa, antes de que se enfríe.  Ya has dejado de vender pescado.

Amparo:   ¿Y ahora a quién le comprarás el pescado?

Felipón:    A nadie, a mí no me gusta el pescado. 


Cuando el francés acudió al lugar donde quedó con la pareja, estos ya no estaban.

Francés:    Empar… no está… yo mañana coger golondrina para Madrid y avión para  París.


(CHACARRILLO)

Con alabanzas a su tierra

Felipón la convenció.

Dejando claro que lo nuestro

se puede comparar con lo mejor.


Por nuestra codicia lo mucho es poco;

por nuestra necesidad lo poco es mucho.


Francisco  de Quevedo

No hay comentarios:

Publicar un comentario