La iglesia, allá al fondo, ni se veía casi.
Ha sido una sorpresa, un regalo. Anoche revisé el méteo y no vi que fuese a nevar por esta zona por debajo de los 800 metros. Como estamos a 700, no podía esperarme que al final cayese ni un copo. Pero he aquí que el maná empezó a caer a segunda hora de la jornada laboral en este centro. Me ha pillado con 1º de la ESO y ya sabéis (y, si no, os lo digo yo): empiezan a caer unos copejos de na y ya no hay quien dé clase. Vamos, se da clase, pero los tienes a todos ya despistados, mirando más hacia la ventana que hacia la zona del encerado. Más aún, empezó a nevar con gana y entonces los culejos no aguantaban en los asientos y algunos, aun a riesgo del negativo, se apuntó a acercarse a mirar por la ventana levantándose de su sitio. Casi al final de la clase caían ya unos copos como el puño y tampoco quería que los pobrecillos se perdiesen el espectáculo, así que los fui invitando a la ventana de dos en dos y todos quedaron maravillados (como yo, que uno no es de piedra cuando la nieve le rejuvenece como por encanto).
En la sala de profes todos estaban un poco alborotados. La nieve alborota, remueve la sangre, la calienta, nos arroja a la infancia sin poder evitarlo. Nos nieva y ya todos somos niños. Algunos en el recreo salieron al patio a disfrutar de la escena, porque la nevada cuajaba en los árboles, en los tejados, en los coches... y en menor medida en el suelo para desespero de la totalidad. Yo me mantuve en la sala de profesores, pero tiré unas fotos desde allí. No son muy buenas, pero el móvil y la visión limitada de lo que desde allí se podía ver, dejó algunas instantáneas que me gustaría compartir con vosotros, aunque solo sea para dejar constancia de este día.
Al final dejó de nevar de una vez (me lo estaba figurando) y al salir del insti parecía como si no hubiese pasado nada, como cuando sale el sol tras una tormenta, como ese día posterior a las elecciones o como una resaca de agua sola. Algo así.
(Si pincháis sobre las fotos, podréis verlas ampliadas).
¡Mi cocheee!
ÁCS
Se agradece un comentario tan oportuno y un reportaje también tan inesperado. Enhorabuena por ponerlo aquí. Además hace buen juego con los dos últimos trabajos publicados sobre la nieve en Pedroñeras.
ResponderEliminarTan inesperado, Fabián, que ni tenía intención de publicar nada porque las fotos no son gran cosa. Pero bueno, al final me he animado y al menos queda este día como recuerdo por aquí archivado. Y sí que hace juego con tus últimos artículos publicados. Gracias.
EliminarUn día que a muchos nos a pillado de sorpresa, y nos a sabido a poco. A bien poco. Era un día perfecto para haber pillado más temprano y.. No ir a la escuela. Jj
ResponderEliminarAl no cuajar, parece que te deja como a medias, es verdad. En fin, otra vez será... quizá este mismo año. Ya veremos.
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