por King Piltrafilla
Vaya por delante que cuando un autor titula a su obra como Basura, uno tiende a pensar que quizás tenga toda la razón –¿quién mejor que el propio padre de la criatura para calificar a su retoño?- y se siente tentado de lanzar el libro al cubo de la ídem. Sin embargo, este libro –o mejor dicho, su contenido- no es del todo desconocido para mi. Resulta que los sábados me gusta desayunar un bocadillo de sardinas picantes, con rodajas de tomate y pepinillos, el pan recién comprado y crujiente -algo que en la húmeda Barcelona no siempre es posible- y acompañarlo de una buena cerveza mientras leo la prensa. Se trata de mi particular rutina que indica el principio del fin de semana. Pues bien, los domingos, la liturgia matinal consiste en leer un microrrelato de Ángel Carrasco (continúa leyendo la crítica completa AQUÍ).
ZRS
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