¿A quién no le encantan unas gachejas ahora que es el tiempo de invierno en que sientan como la mejor medicina? Con hígado, con patata, con setas, con costillas, con únicamente un poquito de picante troceado (guindilla), viudas (a palo seco)... Mojar un buen cacho de pan sobao en unas gachas bien trabadas, en su punto, es para quien esto escribe bocatto di cardinale, un placer de dioses, la mejor ambrosía que fabricamos en La Mancha. Hay incluso quien se las come con cuchara, y ya sabéis que por estos lares era habitual despacharlas como almuerzo habitual. En fin, mucho podríamos hablar de las gachas manchegas, elaboradas con lo que se conoce como harina de almortas, de guijas, de titos, que todo viene a ser lo mismo, e incluso más común aún es llamarle simplemente harina de gachas. No obstante...
Estas ya están cabalicas pa arreale.
Siempre hemos oído eso de que comer gachas es malo para el cerebro, que te pones tonto, etc.. Y siempre hacemos oídos sordos a esa advertencia, como si el estómago fuese más importante que la llamada materia gris. Fue en los años 40 del pasado siglo cuando saltaron las alarmas: la harina de almortas provocaba latirismo, "una intoxicación crónica producida por el consumo excesivo de almortas o de sus derivados, a causa de la presencia en esta leguminosa de algunas sustancias tóxicas -ciertos aminoácidos- que afectan, principalmente, al sistema nervioso". Remito a la voz "latirismo" para saber más sobre él en la sacrosanta Wikepedia, o a este artículo titulado "La almorta, el veneno del hambre" cuyo enunciado es, según creo, bastante elocuente (no obstante, leerlo bien, pues parece que un real decreto terminó con la prohibición de su consumo y venta). Hay que concluir que el consumo de almortas no es bueno, sobre todo si no se hace con la debida moderación.
Consultando prensa antigua, veo que también la conquense se hizo eco del tema que planeó sobre la llanura manchega como un heraldo negro. Este que os dejo más abajo es el texto de un artículo de 1942 que daba cuenta de los perjuicios que causaba la ingesta de almortas.
Recorte de la ley de 2004 que prohibía o retringía la venta de esta planta y derivados por toxicidad.
He aquí el artículo, que reproduzco para que le echéis un vistazo. Hay más, pues el tema se convirtió en asunto de interés general, más aún por estos pagos manchegos donde se consumían en abundancia.
El artículo:
"Últimamente por varias Autoridades Sanitarias se ha llamado la atención de todos sobre el peligro que entraña el consumo repetido y abundante de almortas, ya que esto
Ángel Carrasco Sotos
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