Potaje de Semana Santa (este sin rellenos). Foto: Jesús Antonio Madrigal
Bueno, supongo que, llegadas estas fechas, si no lo habéis hecho ya, estaréis pensando en hacerlo en estos días de Semana Santa (máxime en los días de ayuno de Jueves y Viernes Santo, en donde el cuerpo requiere comidas copiosas a mediodía). Nada mejor que un delicioso potaje manchego de Semana Santa para saciar esas hambres. A este potaje también se le llama por Pedroñeras potaje de rellenos pues, junto al bacalao (aquí llamado pescao de toda la vida), es lo que más caracteriza a este potaje del que pocos se libran -te guste o no- porque es lo preceptivo, lo que toca, lo que hay que comer quieras o no quieras.
Plato de auténtico potaje pedroñero, con sus acelgas, su bacalao y, por supuesto, sus rellenos.
Así que, por si hubiera alguna duda sobre cómo elaborarlo, por aquí os dejo la receta completa de cómo tradicionalmente se ha hecho en nuestro pueblo de Las Pedroñeras (provincia de Cuenca para más señas, que luego entra gente en este blog y no sabe ni qué pueblo es este). En fin, comenzaremos por los ingredientes, seguiremos hablando paso a paso de su elaboración y luego añadiremos la fórmula mágica para conseguir hacer unos deliciosos rellenos. Vamos a arremangarnos y a ponernos manos a la obra. [Por cierto, no lo busque en los supermercados, que no hay de sobre; esto es comida casera casera].
Ingredientes:
(para cuatro personas)
-Judías blancas (150 gr.)
-Garbanzos (150 gr.)
-Bacalao desalado (300 gr.)
-Espinacas (200 gr.) o acelgas o collejas (al gusto)
-Cebolla (mediana)
-Ajo (cuatro dientes)
-Laurel (una hoja)
-Pimentón dulce (una cucharadita de postre)
-Harina de trigo (una cucharada)
-Sal (al gusto)
Elaboración:
La víspera se ponen en remojo las judías y los garbanzos juntos. Al día siguiente, se escurren y se ponen a cocer en una olla cubriendo esas legumbres con agua (y es ahora, por ejemplo, cuando podemos poner ya la hoja de laurel). Sobre hora y media tardará en hacerse a fuego lento.
A mitad de cocción, se le añade el bacalao (que se ha desalado en los días anteriores), las espinacas y el sofrito que hemos hecho aparte: con ajo, cebolla, pimentón y una cucharada sopera de harina de trigo (esta se echa para espesar el caldo y hacerlo más trabado). Se tapa todo y se deja cocer.
Ya casi al final, se prueba de sal y se le puede echar según el gusto (a veces el bacalao aún mantiene algo de sal). Unos diez minutos antes de apagar el fuego se le añaden los rellenos. Estos los hemos hecho aparte según explicamos ahora.
Aspecto de los rellenos (estos son del día 9 de abril de 2020, hechos en casa). No olvidéis comeros alguno antes de añadirlos al potaje; están de vicio.
-Huevo
-Ajo
-Perejil
-Pan rallado
Elaboración de los rellenos:
Se pica ajo y perejil (muy picadito). Esa mezcla, junto a pan rallado y un pellizco de sal, se bate con dos huevos hasta que todo queda hecho una especie de papilla. Al mismo tiempo, hemos puesto a calentar aceite de oliva en una sartén. En ese aceite ya caliente se pondrán porciones de esa "papilla" con una cuchara sopera (cada cucharada equivaldrá a un relleno). Se fríen por ambos lados y se van retirando cuando están dorados. Hay gente a la que le gusta echar dos por plato, y a otros, solo uno. Y los tamaños varían (no mucho) según el gusto.
A mí, por ejemplo, que soy un poco chusmo, me gusta comerme alguno antes así frito (están muy buenos). Y no es raro que no te digan aquello de "no comas más rellenos, que son pa'l potaje".
Estos rellenos se incorporarán al potaje como hemos indicado arriba (unos cinco minutos antes de retirar este de la lumbre).
¡Y a servir! Ya me contaréis.
Q bueno el potaje yo le pongo alos rellenos miga de pan sobado y están más esponjosos q con el pan rallado
ResponderEliminarYo también con la miga del pan de dos, o tres días, y están más jugosos
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