por Fabián Castillo Molina
El libro del que os hablé la semana pasada, unido al otro titulado Mapa de Las Pedroñeras, constituyen un yacimiento inagotable para iniciar historias escritas o habladas sobre nuestro lugar, sobre su lenguaje, o alrededor de él. Historias a las que solo será necesario echar un poco de imaginación y tiempo para hacerlas realidad. Ese filón abierto al público será una realidad como dije en 2016. A continuación traigo otra muestra, realizada tomando como punto de partida tres palabras que figuran en dicho nuevo libro, en la letra final, la Z. Ellas son las encabezan este cuasi monólogo:
—¡Tepaiqu'el mieja zalandro qu'ha cogío el zanguango este…, está eso embrollao!, con más cuerpo que su padre y ya con 17 años, habese negao así, de esas maneras, a'yudar algo en el campo, ¡es que no da ni un palo al agua, señor mío… Ayyy… Zanguango. ¡Zanguango!
—Cada vez que oigo a esta mujer decile eso al chiquete es que me pongo malo. ¡Y el caso y lo cojonudo, es que tie razón!
Y no digo qu'el chiquete sea zote ni perro, claro que no. El chiquet'es listo, es listismo, porque lo veo yo que pilla un libro disparao de gordo y a los dos días dice que ya se lo ha leído, yo no sé cómo s'apaña. Y no tos los tray de la biblioteca, que muchos hay que compráselos y sin ser baratos. Digo de listo…, no digo na cuando coge un ordenador d'esos o el teléfono moderno de los de la pantalla negra. Eso va que se espisca, no se le ven los miejas dedos dedos gordos ladeaos picoteando en letras tan chiquitillas, que's que no m'explico ni cómo pue atinar en ellas. Y luego es que no sé tampoco qu'es lo que dirá por escrito ni a quién, porque aquí en mi casa ni rebulle. Te ves negro pa sacale las palabras del cuerpo.
Cuando le llamo la atención a la mujer pa frenala un poco, a veces me replica:
— No te discuto que no sea listo'l chiquete, eso tamién lo digo, pero en las matanzas, cuando hago tortas de chicharras, d'esas qu'a ti tampoco t'están malas, él coge de cuando'n cuando una y es que se las come doblás. Es una cosa mala cómo traga. Se conoce que como ha crecío tanto…, y es que lo ties mu consentío…, ¿qué's eso de no querer pisar el campo p'ayudamos un poco? Ni de ajos, ni vendimia, ni azafranales, na. Que veo yo a los de nuestros vecinos que van con sus padres al campo tan contentos y por eso no suspenden en el istituto.
Y pienso… sí, es verdá, como siempre veíamos qu'era listo, hemos ido dándole to lo qu'ha pedío y claro…, como to eso del ordenador se le da tan bien…; pero anda, dile que t'ech'una mano en las tareas de ajos y verás…, na, no hay manera, dice que no quie campo y que no y que no, ¿y qué haces con él? ¿Lo vas a matar? Luego, comer…, come bien, eso sí. ¡Menudos zalandros y bocadillos s'arrea!
Yo, lo más qu'he llegao a decile, a ver si entiende qu'eso no es así, es esto:
—¡Pero muchacho qué t'ha hecho a ti el campo pa que no lo quias así d'esas maneras? ¿No te das cuenta que del campo vivimos aquí to'l mundo? ¿No ves los tremendos ajares qu'hay? Que sé lo que te gusta'l pollo al ajillo que nos guisa tu madre, que está gloria, que te relames…, pero los ajos tien su tarea y no poca. ¿Y esos trigarrales? ¿De qué te crees que sal'el pan d'esos miejas” zalandros que te cascas? ¿No te das cuenta que sale del trigo? ¿y ánde se cría'l trigo, en el ordenador? Que yo no te digo que seas campesino, que sé qu'ahora se dice agricultor, pero arrimar el hombro un poco…
Pero na, le da igual, por un oído l'entra y por otro le sale. He llegao a hablar con los maestros más d'una vez y ellos me dicen que tenga pacencia, qu'el chiquete vale, que saca sobresalientes porque estudia y se ve que tie cabeza. Pero claro…, mucha cabeza, mucha cabeza… pero hincar el lomo aunque sea pa echar una mano, eso na. Digo yo que si será alergia lo que tiene… nada, que se niega y no hay manera humana.
Luego'l chiquet'es güeno y hace cosas qu'uno no sabe, algún papel d'esos de la declaración de la renta, o si hay que mandar alguna carta o solicitú y to eso a Cuenca u ande sea. Eso no tengas cuidao que lo hace sin rechitar. Pero claro, luego llegan las tareas, los agobios y vuelvo a recordale las cosas que me paiz'a mí que no es malo decile:
—¿No sabes que las cervezas, que yo sé que te gustan, salen de la cebá y que la cebá se tie que sembrar y cosechar en el campo? Las patatas que tampoco t'amargan en la caldereta esa qu'hacís los amigos en los porches y corrales, tamién se crían en el campo y no silvestres ¿Y la carne de los corderos cómo te cres que s´hace? ¡Pos con pasto y con el pienso, hermoso…, lo mismo que lo demás, to sale del campooo…!
Y como le llegué a decir una vez que vi un documental d'esos que salen en la tele:
—Hermoso, a ver si ves el documental ese que vi ayer y te das cuenta del mal qu'hacís con tanto ordenador y tanto teléfono, que funcionan gracias al koltán, o como se llam'eso, que sacan pu ahí en el Congo los chiquetes como uñas; que van cargás las criaturas como borricos entre barrizales o con el“terraguero padre, y luego les pagan una miseria. ¡Como esclavos del to!, y to eso pa que no falten móviles ni tabletas d'esas, ni ordenadores. Eso ties que sabelo, muchacho, y por lo menos hacer algo pa qu'eso no siga pasando.
No sé, no sé…, pero me paiz'a mí qu'esto no son maneras de comportase una criatura que dicen qu'es lista, o yo no digo que no lo sea, ¡pero copón…!
Fabián Castillo Molina
Libros de Fabián Castillo Molina:
Al pueblo (poesía) y La Culpa (novela)
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Y si me dais una dirección, os lo puedo acercar a casa.
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Ángel Carrasco Sotos
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