Es imposible sacar ya una foto de hombres segando como antaño, en cuadrilla y con su atuendo típico, hoz en mano, zoqueta, dediles... Imposible sacarla en color y que parezca antigua, o de aquella época no muy lejana en que bajo el agudo calor del estío se avanzaba sobre el terruño a base de golpe y paso.
Mi padre es el hombre en movimiento. Como esos hombres de aquella época en que la urgencia y la prisa eran consejeras habituales (quizá hijas del hambre), no puede estar sentado más allá del tiempo preciso para tomar fuerza y seguir "haciendo algo". La segadora iría al día siguiente y en algunas zonas la máquina no podría apurar el cereal que esperaba ser segado. Cogió la hoz, por capricho (porque le gusta recordar ese trabajo que tantas veces había realizado de mancebo), pero también por una despótica obligación, grabada a fuego, de rematar la faena, de dejar aquello que "ni nacío". El hecho de que quedasen al final rodales sin segar, o a medias, pudiendo apurar el tajo aunque fuese con la hoz, a mano, y no hacerlo sería de perros. El caso es que desenfundó la herramienta, que guarda liada con una tomiza, y se puso a segar con el brío que le permite la edad.
Yo aproveché, saqué la cámara y le hice unas cuantas fotos. Esta que os muestro arriba es una de la serie.
Me gusta cómo quedó porque ese sombrero, habitual en él en verano, también de paja, se confunde con el marco de una manera natural, ideal, rotunda, imperiosa. El sombrero, que se erige en protagonista, aparece como un escudo para desbaratar el acoso de los rayos del sol impenitente, resguardando del mismo a la que manda en el trabajo, la cabeza, la vista, sin que por ello no hubiese que hacer, antaño, de cuando en cuando, un pino para limpiarse uno el sudor de la frente y ventearla con algún airecillo que en limosna se pedía a San Telmo.
La hoz zahiere las espigas y las manadas quedan sobre la mies aún sin segar para que la máquina las lleve también hasta el sinfín. ¡Ahora sí!
Como los programas de edición de fotos permiten convertirnos en falsos e improvisados pintores, aunque uno, en realidad, no sea muy diestro en estas lides, por aquí os dejo lo que dio de sí la cosa. Yo algunas las enmarcaría, ¡pardiez!
ÁCS
Buena idea puesta en práctica. Gracias por las fotos y por la historia tan bien relatada.
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