Desde el sofá de mi casa se ve el cielo. Hubo distintas opciones donde ponerlo cuando nos instalamos en este piso, pues la habitación es grande, pero al final no pudimos resistirnos a dejarlo ahí, donde las vistas a ese cielo pedroñero, tan variable según las estaciones y el tiempo, eran permanentes. Sobre todo en los atardeceres, cuando se nos muestra un paisaje nublado, son espectaculares.
De cuando en cuando saco la cámara y hago una foto. Otras, por pereza, no lo hago, y me limito a mirar el cielo extasiado, pensando en la belleza que nos ofrece a los ojos. Cada día hay un cuadro distinto. A veces aparece pintado a acuarela y otras a pastel. Unas veces nos parece más vulgar y otras infinitamente hermoso. Y cuando así aparece, como una composición aleatoria en la que la naturaleza ha operado sin voluntad dejándonos un fresco que varía a cada segundo, donde los tonos y las pinceladas están puestas en su lugar correcto para causarnos esa impresión de eternidad, de belleza, uno se pregunta (y es algo que os prometo que me sucede a menudo) si hay algo más hermoso en nuestro pueblo que su cielo. Supongo que os sucederá a muchos.
De cuando en cuando saco la cámara y hago una foto. Otras, por pereza, no lo hago, y me limito a mirar el cielo extasiado, pensando en la belleza que nos ofrece a los ojos. Cada día hay un cuadro distinto. A veces aparece pintado a acuarela y otras a pastel. Unas veces nos parece más vulgar y otras infinitamente hermoso. Y cuando así aparece, como una composición aleatoria en la que la naturaleza ha operado sin voluntad dejándonos un fresco que varía a cada segundo, donde los tonos y las pinceladas están puestas en su lugar correcto para causarnos esa impresión de eternidad, de belleza, uno se pregunta (y es algo que os prometo que me sucede a menudo) si hay algo más hermoso en nuestro pueblo que su cielo. Supongo que os sucederá a muchos.
Esta foto no sé cuándo la saqué, pero no debe de tener más de dos años. Da lo mismo. La fecha de la fotografía de un monumento puede tener una importancia histórica. Las hechas del cielo, no. Nos invitan a la abstracción, a quedarnos embobados por algo incógnito, a un goce que, aunque efímero, nos dejan un poso de verdad, de reconocimiento, de poesía. Os invito a hacer fotos de nuestro cielo y, por supuesto, a mirar hacia arriba de vez en cuando. Os aseguro que vale la pena.
ÁCS
Una hermosa reflexión. Un precioso cielo. Una gran suerte tener esos cielos y observarlos desde el sofá en vez de mirar la televisión. Gran suerte poder retener en una foto una parte mínima de su grandiosidad. Buena idea también etiquetar las fotos para que no haya dudas sobre quién había detrás de la cámara en aquel momento.
ResponderEliminarPues gracias por tus palabras.
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