No, no es ninguna acuarela. No es un cuadro, no es una pintura impresionista como pueda aparentar. Es el fragmento de una fotografía. Y no está retocada (pintada como esas graciosas y atractivas postales de los años 60 que tenemos de nuestro Lugar). Tampoco es una foto mía. Se trata de un fragmento recortado de una de esas históricas de nuestro pueblo que se conservan gracias a Paisajes Españoles. Una fotografía, por cierto, que estuvo en la lista de posibles para la portada del libro Mapa de Las Pedroñeras. Al final quedó fuera, pero a mí me sigue encantando. Por su belleza, claro. Por la diversidad de tonos que el campo ofrece, con una mezcla encantadora de azules, verdes y rosáceos marrones que dan al conjunto una cautivadora imagen muy vinícola a mi modo de ver (nunca mejor dicho).
Las hazas se recortan cada una con sus plantíos, siembras o barbecheras. El camino serpentea por una aparente loma que deja a su lado un vallejuelo o cañada. Solo unas pocas casillas levantan mínimamente su estructura un palmo del suelo. Diríase que no hay vida en esta fotografía (iba a decir cuadro), y sin embargo hay tanta belleza, hay tanto de nosotros ahí reflejado en ese turbio páramo castellano.
Ángel Carrasco Sotos
No hay comentarios:
Publicar un comentario