No, no siempre hubo agua corriente en las casas, como quizá algún joven poco avisado haya llegado a pensar. Pedroñeras vivió sin agua corriente durante siglos, claro, y no fue hasta 1962 o 63 cuando, alipoco alipoco, comenzó a llegar el agua a los hogares saliendo del grifo solo con abrirlo. Hasta entonces, la población tenía que acercarse a las distintas fuentes -muy pocas de hecho- que había por el pueblo, en la zona alta más bien, ya fuese para llenar los cántaros o ya para llevar a las caballerías a dar agua. También había aguadores que iban vendiendo agua por las calles, transportada en un carrillo donde se llevaba un tonel bien cargado. [Leo en el periódico Mediterráneo que la inauguración de abastecimiento de agua se realiza en Las Pedroñeras en julio de 1969 ("redes de conducciones de agua, distribución y saneamiento")].
Las fuentes más importantes adonde ir a coger agua eran las de la plaza (que tuvo tres emplazamientos: en la misma plaza, cerca de la llamada Puerta Chica de la iglesia (la trasera) y, por último, junto a la fachada de la casa de Ojero), la del Sepulcro (provista de un gran pilón alargado) y la del Pilar, que era la más concurrida, con sus pilones circulares en torno a la caseta (construida en 1906, creo) en que se encontraba el pozo, antiquísimo.
El hermano Juan "Moro", que fuera mi vecino, junto a dos obreros más trabajaron en la instalación de la tubería que había de salir desde el pozo del Pilar (cuyo edificio y pilones observamos a la derecha). En la zanja, Plácido Madrigal "Cuatro Onzas"; fuera, Antonio "el Seco". Al fondo, el arrabal del Coso.
Junto a estos suministros municipales, podríamos decir, se encontraban algunos pozos públicos y privados en los que cargar agua: el Pozo Nuevo, el del Pilar, el del hermano Araúz, el de Sartenilla, el del hermano Pepe, el de la hermana Zoa, el pozo Once Deos, el de la hermana Carmen ‘la Urra’ (medianero con ‘Mangones’), el de las ‘Esquilaeras’, el del hermano Alejo (sólo para regar), el Pocillo, el pozo Ayuso, entre otros muchos que seguro que se os ocurren. En época de sequía la gente incluso se desplazaba hasta la zona baja del pueblo en cuyas casas, como la del hermano Antonio ‘el Fraile’ (medianero con 'Virgolo'), solían tener pozos más resistentes a aquella.
En fin, es el caso que en 1961 comenzó a levantarse el viejo (ahora) depósito del agua, y terminó la obra en 1962, año en que comenzó a instalarse la tubería que, desde el pozo del Pilar, se llevaría el agua para abastecerlo. Una vez finalizó este trabajo, se llevó a cabo la tarea de crear la red hidráulica que dirigiría el agua a las distintas casas, y el desagüe.
Noelia Martínez de Godos nos permite la publicación de la siguiente fotografía, tomada en torno a 1965, en la que podemos ya apreciar el depósito construido hacía tan solo un par de años. Aquí se yergue vigoroso, mostrando su esbelta figura al final de esta calle, la calle del Olivar, en que el fotógrafo, Felipe Martínez (quien, por cierto, intervino en la construcción del depósito) tuvo el acierto de recoger a la vecindad haciendo vida en la calle, como se hacía antes: un vejete con una garroteja (el hermano Gorullo), un hombre con un capacho al hombro (quizá Ojo Azul), los vecinos en la puerta, los chicos jugando en las aceras o en mitá de las carrilás (las niñas son Escola y Mari Carmen) y, al fondo, más y más gente. Una bellísima estampa de época, de lo más castiza.
ÁCS
Muy buena entrada, Ángel. Ese depósito pedroñero es de obligada conservación como bien del patrimonio industrial que es. No sé si conoces el impresionante trabajo de los fotógrafos alemanes Hilla y Bernd Becher, a caballo entre la documentación del patrimonio industrial y el arte conceptual:
ResponderEliminarhttps://www.google.com.co/search?q=hilla+y+bernd+becher&espv=210&es_sm=93&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ei=5ABwUpG7GIbNkQeHjIFQ&ved=0CAkQ_AUoAQ&biw=1280&bih=710
Saludos.
D.M.
¡Lo podias tener tú durmiendo encima de la cabeza!. Éste depósito nunca se tenía que haber construido sobre las viviendas de la zona, y si lo hizo, fue por una cacicada de la época. Así pués, no hagas demagogía con lo que no conoces. Nos dío en su día muchos problemas de inseguridad y peligrosidad a los afectados por su proximidad,y hasta que se consiguió su cambio de ubicación, no se podia dormir tranquilo, No creo que a esos famósos fotógrafos alemanes les hubiera hecho ilusión fotografiar un depósito construido de forma irregular, y, a mi juicio, con muy poco interés de patrimonio industrial y menos de arte conceptual.
ResponderEliminarNunca lloverá (jamás mejor dicho) a gusto de todos. Lo cierto es que ahí estuvo, y posiblemente,hoy su peligro ya sea anécdota,sin perjuicio de lo señalado.
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