Queridos amigos, estos días últimos de febrero y primeros de marzo estamos disfrutando de un gran espectáculo crepuscular (pues se ve con mayor claridad al anochecer). Se trata de esa maravillosa estampa que nos están brindando los planetas Júpiter y Venus, que se perfilan perfectamente en nuestros cielos como dos naranjas que uno pudiera coger con la mano. Sin embargo, están muy lejos de nosotros en realidad: a 40 millones de kilómetros tenemos a Venus y a más de 500 a Júpiter por estas fechas; y lo mismo el uno del otro: unos 900. Pero aparentan dos bolas luminosas que cuelgan junticas de un celeste árbol de Navidad. Tratándose de Júpiter y Venus, la verdad es que el romance no podía acabar de otra manera, y ambos planetas acaban (aparentemente) juntándose como fundidos en un amoroso abrazo (o algo más, ¿quién sabe?). Ahora ya se van separando a nuestros ojos. Cabe añadir que estos dos planetas son los más luminosos del Sistema Solar y que Júpiter es 1500 veces mayor que Venus, aunque intuimos que, debido a la menor distancia de la Tierra, Venus será el que presenta un mayor volumen. Por cierto, para verlos, hay que mirar hacia el oeste.
El otro día, mi compañera Elena Blasco, que es un sol (hablando de astros), me comentó la cuestión, y me pasó unas fotos y un vídeo casero grabado desde la calle Guardia Civil que valdrá la pena, aunque solo sea testimonialmente, dejar guardado en este blog lugareño.
Por aquí os ponemos también unas instantáneas de muestra de nuestra cosecha, que salieron nada más que regular, pero es lo que hay. Y a quien da lo que tiene no se le puede pedir más, ¿no dicen eso? En cualquier caso, lo mejor es verlos en directo. Y no os los tenéis que perder.
La fotos de Elena y el vídeo
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