por Fabián Castillo Molina
El pasado día 8 de junio se celebraba en Madrid, en la sede del Colegio Oficial de Doctores y Licenciados en Filosofía y Letras y en Ciencias, un homenaje a Juliana Izquierdo Moya, tal como en su momento se encargó de anunciar aquí Ángel Carrasco.
El acto duró una hora y tres cuartos, dejando la media
hora final para el catedrático José Polo Polo, filólogo, latinista, profesor en la Universidad Autónoma de Madrid y en Castilla la Mancha.
Estudioso y conocedor de la vida y obra
de Juliana, que dijo tener claro su convencimiento antes de venir a este acto,
de que encontraría caras de
doctorandos dispuestos a afrontar una tesis doctoral sobre la eminente figura
de la homenajeada. Digna de un estudio profundo, como resultaría al hacer la tesis doctoral en base a su
extraordinario archivo, perfectamente conservado por Amelia Cortés,
con varios miles de documentos manuscritos y una biblioteca con más de 5000 volúmenes, que habría que catalogar y examinar detenidamente
por la cantidad de notas que hay manuscritas en los márgenes y
muchas páginas sueltas
autógrafas de
Juliana en sus interiores, que son verdaderas sorpresas e interesantes
documentos, así como los
numerosos cuadernos de apuntes y notas realizados durante sus estudios. Sin
duda el propio catedrático estaría dispuesto a
afrontar con mucho gusto la dirección de tal tesis.
Resumir todo lo dicho durante casi dos
horas en unas escasas páginas no me resulta fácil, porque no hay que olvidar que si transcribiéramos lo hablado en ese tiempo tendríamos alrededor de 60 páginas con las notas y comentarios
imprescindibles que sería necesario añadir; por lo tanto dejaré aquí únicamente lo que considero necesario para tener idea somera de lo dicho
en el homenaje y algo de lo no mencionado.
Asistí al acto con sorpresa ante la escasez de público. No superábamos el número de 25 personas aparte de las
cinco que eran los miembros de la mesa
que presidía el acto: Primero habló el decano del colegio, Roberto Salmerón Sanz, después tomó la palabra Darío Pérez Bodeguero que dijo formar parte de la junta de gobierno del
colegio y enseguida pasó el micrófono a Rocío Reyes, que a su vez, tras la presentación inicial, cedió la voz a Amelia Cortés, y tras
continuar con el peso de la primera parte del homenaje, de vez en cuando
invitando a Amelia, para que esta introdujera sus anécdotas o apuntes oportunos. Finalmente
cerró el acto don José Polo Polo, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y de Castilla La Mancha, que como podréis apreciar fue una delicia escucharlo
hablar maravillas de nuestra paisana.
Rocío Reyes dijo nada más empezar
“Esta presentación iba
a correr a cargo de doña Begoña Talavera profesora del Instituto Cardenal Cisneros de Madrid y
coautora del libro “El Instituto Cardenal Cisneros, Crónica de la Enseñanza Secundaria en España” en el que dedica un amplio capítulo a Juliana…”
Al parecer, "por razones de agenda", como
suele decirse ahora mucho, la profesora Talavera no había podido venir y le había pasado a ella el testigo.
Tanto Darío Pérez Bodeguero como Rocío Reyes hicieron hincapié en que el homenaje se hacía “a petición de la familia” y pienso que esta podía ser la causa de una asistencia de público más reducida, a pesar de la importancia de
la persona homenajeada.
Dejaré aquí algunos párrafos recogidos del acto y otros
escritos directamente por Juliana en la breve autobiografía incluida en su libro titulado José Ordoñez Valdés, ochenta años de vida, de obra y de historia. Libro este al que se refirió José Polo como ejemplo de obra perfectamente
escrita, documentada y reflejo de la pasión y humanidad que impregnó la vida de Juliana Izquierdo.
Rocío Reyes añadió a continuación:
«Juliana nace en Las Pedroñeras en 1888…" “procedía de una familia modesta de Las Pedroñeras, pueblo de la provincia de Cuenca…” “bien es cierto que allá por el año 1888, que es cuando nace Juliana, Las
Pedroñeras no es un municipio
pequeño, están censados cerca de 3.500 habitantes, hay
una incipiente industria, es interesante mirar qué familias se fueron estableciendo allí, pero la familia de la que procede
Juliana es una familia de labradores.”(…) “ es una familia que tiene un sentido de
apoyo al ámbito familiar.
Su tía Josefa se hace
cargo de Juliana cuando esta tenía cuatro años y se empiezan a mudar a distintas
poblaciones… se van primero
a Barajas de Melo, a Huete, también pueblos de Cuenca y finalmente terminan en Campo de
Criptana donde su tía Juliana sigue su desempeño docente».
Como contraste y por considerarlo
interesante para las personas de Pedroñeras que lean este escrito, dejo aquí lo que la propia Juliana escribe al
comienzo de la autobiografía citada anteriormente:
«Lugar de nacimiento o solar, Pedroñeras (Cuenca), el solar de muchas
generaciones, sin mezcla de solares forasteros. Todos los apellidos son típicos conquenses, manchegos: Izquierdo,
Moya, Carrión, Pacheco, De
la Cueva, De Mena, Mesas, Flores… Los nombres de mis padres, Josefa y Juan; abuelos
paternos, Magdalena y Leocadio; maternos, Leona y Leandro. Nacida el 26 de
agosto de 1888, la mayor de mis hermanos, que fuimos bautizados por este orden:
Juliana, León, Sebastiana
(Teresa), Basilio, Caridad, Bernardina y Juan Antonio. Este y León murieron pequeñitos. Los demás han muerto jóvenes, menos Basilio, que, no demasiado
viejo, ha muerto hace cuatro años, padre de cuatro hijos; Juan, José Julián, Basilio y Bernardino, los dos
primeros, que he criado y educado yo, y Julián vive todavía conmigo; Juan está casado con Pilar López Alonso, tienen un niño y una niña, Juanito y Julianita, y residen en
Santiago de Chile.
Cuando nací y me bautizaron, no estaba mi padre en el
pueblo, y mi madrina, Sabina Carrión, prima hermana de mi padre, me puso Juliana, como se
llamaba la madre de ella. Al regresar mi padre, no le gustó el nombre, y viendo que aquel año el Sagrado Corazón de María era el día que yo nací, me empezó a llamar Corazón, y así me sigo llamando familiar y popularmente».
Estos apuntes salidos de la propia pluma
de Juliana certifican sus raíces profundas pedroñeras, y además dan razón por la que siempre se la conoció en el pueblo incluso con posterioridad a
su muerte, con el nombre de Doña Corazón, creo que
deben conocerse. Sin embargo este
detalle se omitió totalmente
durante el homenaje, sin duda porque no añade nada al ensalzamiento de su persona.
Hay que destacar también la insistencia de Amelia Cortés por intentar corregir entuertos o informaciones incorrectas que se han venido
dando a lo largo del tiempo, sobre todo en lo que se refiere a la autoría de varias traducciones de libros de
filosofía que Juliana
hizo por encargo de Rodolfo
Bonilla y que luego él figura como traductor, aunque sin duda se debían ella.
Amelia
también enfatizó el papel de Josefa, tía
de Juliana:
“…Josefa Izquierdo Carrión,
también de Las Pedroñeras, fue una mujer que
dedicó toda su vida a la enseñanza… obtuvo el título en 1897”.
Rocío
Reyes añade refiriéndose a Juliana:
“Entre 1907 y 1910 va a cursar ya el
bachillerato por libre desde Campo de Criptana, en el Instituto Cardenal
Cisneros de Madrid. Un instituto emblemático cuyos alumnos son
impresionantes… “finaliza el bachillerato con
sobresaliente… y con premio extraordinario”.
Rocío
muestra en la pantalla el recorte del Diario de La mancha de 1910 donde se
habla del premio de Juliana, donde
alaban su talento, su aplicación… y hacen referencia a la ilustrada maestra pública, doña
Josefa Izquierdo.
“En el curso de 1910 - 1911 va a
iniciar su licenciatura de Filosofía y Letras en la sección
de Filosofía, y la va a terminar en 1914 cuando ya contaba con 26
años
de edad.
Termina la licenciatura con unas notas excelentes, con varias
matrículas de honor, y entre 1914 y 1915 aprueba también
los estudios de doctorado.
En aquella época, entre las pocas mujeres
matriculadas en estudios universitarios la mayoría hacían
derecho y farmacia, y “prácticamente ninguna se
matriculaba en Filosofía.
Paralelamente en 1912 estudia y aprueba dos cursos de
italiano y en 1915 uno de alemán en entre 1909 a 1915 hace la
carrera superior de piano, por libre, con el conservatorio de Madrid. Todo ello
recordemos desde Campo de Criptana.
Como
apuntes entresacados de lo dicho por Rocío, y antes de pasar a
José Polo dejo los siguientes:
“En 1916, debido a sus excelentes
notas, Juliana consigue un pensionado y viene a vivir a Madrid, en la
Residencia de Señoritas María de Maetzu. A Juliana
la pensionan para 3 años con fondos del filántropo
Jose´Patricio Clemente.
Una de las personalidades que colaboró para traerse a Madrid a Juliana no es otro de Ortega y Gasset. El
padre de Ortega y Gasset también
era conocedor de la valía de Juliana, y desde entonces esta
familia mantuvo una relación bastante estrecha con Juliana
Izquierdo”.
El
dilema sobre si fue Juliana Izquierdo Moya o Emilia Pardo Bazán
la primera mujer que optó a cátedra tuvo
intervenciones de Rocío y Amelia que resumo:
“ …en una rueda de prensa el ministro de
instrucción pública, Sr Murrel, haciendo una mención
a Emilia Pardo Bazán como primera mujer catedrática,
él
dice que hay una distinguida señorita de Campo de Criptana, que reúne
excepcionales condiciones de talento, que domina varios idiomas, y posee vastísimos
conocimientos literarios y es una opositora a una cátedra”
A
continuación pasó el micro a Amelia que se extendió más de lo que puedo resumir aquí:
“…la primera mujer que optó a una cátedra, efectivamente fue Juliana, y
Emilia Pardo Bazán no era catedrática,
sino lo que pretendía era que se constituyera una cátedra
para ella ser profesora de instituto, de los institutos recientemente creados.
Pues Juliana, como dice el Sr. Murrel en rueda de prensa a los cronistas, dice
que no había que hacer esa distinción porque ya había
una señorita…”
José Polo Polo cita el libro que escribió Juliana entre los años
1953 a 1959 y que publicó en ese año, titulado José Ordoñez Valdés 80 años de vida, de obra y de historia, como una de sus fuentes
de información para preparar su intervención,
además de las conversaciones con Amelia y otros libros que
hablan de Juliana y cita también
el artículo de Ángel Carrasco Sotos leído
a través de internet. Del gran libro citado dice:
“Ojalá alguien hiciera algo
como lo que ella hizo, con respecto a un
ser querido, a su esposo. Que alguien hiciera una gran biografía
de Juliana.” (…) “Porque se lo merece
plenamente; la generosidad de Juliana era perenne, el libro este es un libro
magnífico, muy completo, con un fondo humano y técnico
al mismo tiempo asombroso, y sería maravilloso que
alguien se animara justamente a hacer una biografía de Juliana paralela a
esta gran biografía”
Y
poco después añade:
“voy a invitar a que determinadas personas
entren en órbita laboral en bien del conocimiento científico de esta persona excepcional”
Más adelante, extraigo una parte de su
intervención que da idea de los conocimientos y altura
intelectual de Juliana Izquierdo, según José Polo
“En fin, tengo aquí multitud de notas…, su preparación en piano, solfeo, en
declamación, su conocimiento de Anatomía, Medicina, de Psicológía,
del Sistema Braille…, en fin cosas de… Sociología, Derecho Mercantil, Procesal,
Antropología…, su conocimiento de Arte y
Arquitectura, Grafología… hizo informes grafológicos
varias veces…, en fin abundantes cuadernos con trabajos de investigación con una letra muy
clara y bellísima…, como era calígrafa…,
es un auténtico placer disfrutar, el disfrute visual de la letra
de Juliana. Una auténtica obra de arte. Bien. Luego,
naturalmente…, pues también
trabajos de Psicología…, me llamó la impresión un cuadro de… de materia psicológica que era técnicamente
imposible de superar. Era un cuadro clarísimo, perfectamente
estructurado y casi una obra de arte. Que valía la pena casi crearle
un marco. Sus conocimientos de Griego, de Latín, fue profesora de
griego en la Universidad…, de Árabe, las lenguas que
estudió, cuadernos en los cuales aparecen los primeros
conocimientos, estudios de esas lenguas…”
En
otro momento de su intervención dice respecto a los documentos
encontrado en lo que él llama “jornadas laborales” dedicadas a conocer el archivo de Juliana Izquierdo:
“Y luego tiene mucha importancia, el
hecho de las dedicatorias. Bien dedicatorias a ella, por parte de ilustres maestros.
Bien dedicatorias de ella hacia otras personas. Las dedicatorias en una persona
de esta categoría espiritual y cultural tienen un
valor extraordinario”.
Otro
aspecto destacado, el de la belleza de su letra, de su caligrafía
y de su cultura universal:
“´ y la transcripción
fonética, como era habitual en ella, es de una letra
preciosa, más que transcripción fonética
parecía más una obra de arte presentada a
concurso. Que lo habría ganado sin la menor duda.”
“Entonces claro cuando uno ve una
persona con esta universal cultura, verdad,…, pues queda uno… en fin, realmente impresionado.
En
cuanto a sus memorias, no publicadas, tal como lo dijo y que transcribo, sin
duda entran ganas de leerlas en cuanto sea posible:
“Hay una especie de memorias que son impresionantes,
que es donde ella casi se confiesa, como si se confesara ante un confesor, de
la iglesia, se confiesa ante sí misma, y va ir poniendo todos sus
pesares, sus penas por, en fin, por todas las dificultades que ha tenido, eh, a
pesar del, del sacrificio enorme,
terrible, disciplinado, de horas, y horas, y horas, y horas, y horas infinitas
de estudio. Cómo le ponían zancadillas, y cómo
no estaba en el lugar que le correspondía. La verdad es que la lectura de estas memorias, que ya de por sí son una obra maestra, lo dejan a uno, fuera de este planeta. Lo dejan a
uno dispuesto a llorar durante mucho tiempo, y al mismo tiempo decir, por muy
corrupto que esté el mundo, siempre hay seres
singulares, eh, por los que vale la pena vivir. Seres excepcionales. De una
altura digamos indescriptible”.
Frases
subrayadas por Juliana para no olvidar:
« Según Cicerón, para ser libre hay
que ser siervo del derecho». Me he acordado de un
acontecimiento político de hace una semana o dos, cuando
una mujer muy valiente, dijo así algo en esa línea,
no, de que si no hay respeto al derecho, no hay nada de esto de lo que se habla
tanto. Y la segunda frase: «Ya dijo Shakespeare que
las palabras sin pensamiento no llegan al cielo».
Títulos
a modo de resumen que le aplica José Polo a Juliana para ir
terminando:
“Bueno, yo había
puesto aquí diversos títulos a manera de síntesis,
como si fuera el título de un retrato de, de ella, ¿no?, figuras ejemplares. Que es un rótulo
que aparece en secciones periodísticas de hacia 1950. «La doctora que se forjó a sí misma». Y yo, casi
coloquialmente, digo «Un ser prodigioso,
Juliana». «Juliana un portento de saber y de sabiduría». Y casi le aplicaría ese lema de Terencio,
del latino Terencio, que traducido al español sería:
«Nada de lo relacionado con lo humano me es ajeno». La Cultura de Juliana era universal. Le interesaba todo.
Termina
con los dos siguientes párrafos:
“Juliana fue una mujer del Renacimiento. O sea, una auténtica humanista. Justamente porque le
interesaba todo lo humano. En fin, tenía cultura en multitud de
campos como hemos más o menos sugerido. Fue una
adelantada del sano feminismo. De la noble defensa de la mujer y antes que todo
ello, de la genuina cultura”.
Bien, ese olvido, digamos de su memoria, es un crimen de lesa
humanidad cultural que ojalá acabe superándose, desfaciéndose,
con todas las consecuencias.
Y
hasta aquí ese resumen que intentaba pasaros, pero que se ha ido
alargando porque consideraba debíais conocer ya que no
pudisteis estar en ese merecido homenaje a nuestra ilustrísima
paisana.
Fabián Castillo Molina
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQué orgullo es leer lo importante que fue ella para algunas personas. Como familiar me pone de gran alegría ser una pequeña parte de su legado.Mi madre se llama Juliana Izquierdo López, hija de Juan y Pilar, y hermana de Juan Antonio.
ResponderEliminarSaludos desde Santiago de Chile.
Quizá te interese también el enlace que te dejo a continuación. Un saludo desde este lado del Charco, María José.
Eliminarhttp://angelcarrascosotos.blogspot.com.es/2012/04/la-obra-de-juliana-izquierdo-moya.html