Fuente de la foto.
Este romance (de los llamados vulgares) no pasó a formar parte de Cancionero popular de la Mancha conquense por la sencilla razón de que me llegó cuando el libro estaba ya terminado y llevaba ya 6 años "en vías de publicación". En concreto "La borrica Pelleja", que es el título del romance (que, por cierto, a mí me hace mucha gracia, no sé a vosotros), fue recogido por unos alumno en el año 2005 y el Cancionero se publicaría en 2009. En fin, sobran las palabras. No he visto documentado este texto en ningún sitio, ni en los estudios y recopilaciones de romances que he consultado ni tampoco en la Red, donde he buceado hace un rato.
"La borrica pelleja" quizá tenga un origen cercano, pues utiliza la palabra "chicota", que es como se les dice, por ejemplo, en la Mota a los niños (chicotes y chicotas). ¿Nacería el romance en este pueblo? No lo sé (habría que investigar si existe allí ese paraje llamado "los Teleros" que se menciona en él). Lo que es casi seguro es que se difundiría mediante hojas volantes o volanderas, esas que la gente impedida, lisiada, iba cantando o recitando por los pueblos con la intención de vender unas cuantas. Luego había quienes se los aprendían de memoria (mi abuela Victoriana se sabía unos cuantos de estos romances, ¡y bien extensos!). El romance, narrativo, está escrito en cuartetas asonantadas, es decir, en coplas.
La informante del mismo fue Carmen Escudero, de aquí de Pedroñeras, que por el año 2005 tendría unos 74 años, según tengo anotado. Os lo dejo.
La borrica Pelleja
El día de San Ramón,
Matías y su mujer
discutían con razón
lo mismo ella que él.
Amaneció chispeando
y Matías se empeñó
de ir a la casa andando
y ella decía que no.
Sin dejar de vocear,
aparejó la borrica,
y para hacer de rabiar,
también se llevó la chica.
Por el camino decía:
"¡Arre, borrica pelleja,
que llevas mil picardías
desde el rabo a las orejas!"
Pero con tan mala suerte,
que, enfrente de los Teleros,
la burra dio un trompiquete
y los dos juntos cayeron.
La burra cayó al barranco
a pesar de tanta mili
y Matías, mientras tanto,
se acordaba de la Simi.
Pronto a su casa volvió
y la Simi que lo vio
echando mil amenazas
un escándalo se armó.
Eres un tío sinvergüenza,
haces siempre lo que quieres
y luego las consecuencias
las pagamos las mujeres.
Bastante voy a tener
con quitar barro a las botas,
fregar, barrer y coser
y cuidar de la chicota.
Matías se pasó al cuarto
para templar la vigüela
y la Simi, mientras tanto,
la pobre echaba las muelas.
Y aquí se acaba el jaleo
del matrimonio y la chica,
del camino los Teleros
y de la pobre borrica.
ÁCS
Este romance un día tiene que formar parja con "El borrico moro". Son Romancejos sin autos.
ResponderEliminarLas borriquejas, Fabián, no existirán ya, pero ojo el juego que han dado estos cuadrúpedos de orejas prominentes.
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