por Fabián Castillo Molina
Ha querido la suerte hacer coincidir la muerte de dos hombres de Pedroñeras, excelentes personas, queridas por gran parte del pueblo, con el final de abril y la celebración de los mayos, por tanto con el momento de la primavera en el que florecen las plantas y esas flores embellecen el paisaje de campos, jardines, calles y patios.
Las flores son regaladas a quien se quiere, como homenaje a lo mejor de esa persona y señal de agradecimiento por parte de quien las regala. Flores en día de la madre, flores entre enamorados, flores a las novias, flores a la vírgenes y coronas de flores a los muertos. Son las mismas flores y quieren resaltar lo mejor de cada uno de nosotros.
La música también representa lo mejor del ser humano en muchas ocasiones y también se utiliza para homenajear a quienes nos dejan y a quienes están con nosotros. En este caso, quiero dedicar este trabajo de flores y música a estos dos pedroñeros, Ángel y Rafael, que se nos han ido la última semana de abril, pero que dejan tan buenos recuerdos para la inmensa mayoría de la gente que les conoció.
Enrique Morente fue un músico apasionado de la música y de su arte flamenco al que ponía todo el sentimiento. Quiso al morir que su despedida fuera alegre, en el escenario de un teatro con música y canciones. Aquí se les rinde homenaje a ellos y a todas las personas queridas que se nos van y al mismo tiempo a todas las que siguen entre nosotros.
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