Collalba gris en la zona de Martín Ovieco (San Blas, Pedroñeras)
23 de septiembre de 2017 (foto de Job Moya)
por Job Moya Peraira
Durante las últimas semanas de septiembre y primeras de octubre, irrumpe en nuestros campos un ave de la familia de los túrdidos (mirlos y zorzales), que aprovecha el “sol del membrillo” para atiborrarse de insectos antes de que lleguen las escarchas. Cría en toda Europa, incluso en zonas árticas, la mitad norte de la península ibérica y montañas del este. Los individuos que pueden verse ahora, se dirigen hacia sus áreas de invernada, que son las montañas y zonas rocosas con praderas del África Subsahariana, desde Senegal hasta Kenia.
Hembra de Collalba avistada en Moya (Serranía de Cuenca), el domingo 3 de septiembre de 2017 (foto de Job Moya)
La collalba gris (Oenanthe oenanthe) anida entre las rocas, en muros o majanos. Prefiere los espacios abiertos no boscosos, prados de alta montaña, páramos calizos, campos de secano con lindes de piedra, etc. Se alimenta de insectos (saltamontes, orugas, gusanos o larvas, escarabajos…), que captura en el suelo, a menudo en terrenos recién arados, por lo que desempeña una labor realmente beneficiosa para la agricultura. En Cuenca anida en toda la Serranía, especialmente en páramos y valles con corrales o parideras, evitando siempre los bosques cerrados. En La Mancha puede llegar a nidificar determinados años, sobre todo cuando las primaveras son frías y/o lluviosas, pero por lo general no suele criar más al sur de Alconchel de la Estrella. A medida que el clima se hace más cálido y/o seco es substituida por su pariente la collalba rubia (Oenanthe hispanica).
Collalba gris avistada en Tresjuncos en 2014 (foto del autor)
De lejos no se aprecia la finura y belleza de su plumaje, pero sí la mancha blanca del obispillo que se extiende por los laterales de la cola sin llegar al extremo, que tiene forma de "T" invertida de color negro; es precisamente este dibujo tan característico el que le da nombre: culialba o collalba, que significa “de cola blanca”. El macho presenta un característico “antifaz” oscuro, el dorso gris y el pecho rosado, mientras que la hembra es más ocrácea y carece de “antifaz”.
©Job Moya Peraira
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