Luminaria (Fotografía de Fabián Castillo Molina)
por Fabián Castillo Molina
Cenizos y luminarias
Elevad vuestros cuerpos como pájaros.
Observad desde arriba a estas
criaturas,
afanándose en juegos y trabajos lejanos,
Grandes riatas de
cenizos
por los caminos arrastran
pomposos, grises, pajizos
para encender luminarias.
Con tomizas y cordeles
por el centro los ensartan
que en viñas, rastrojos y eriales,
en campo abierto descansan.
Chiquetes en dos cuadrillas
remontan cerros y lomas
viendo volar a palomas
calzados con zapatillas.
Lomas que son cordilleras
pa remontalas tirando
de tortuosas chorrileras
con llamas secas… jugando.
Compiten en los arrastres
de estos sinuosos gusanos,
pedroñeros, castellanos.
Campos de grandes
contrastes.
Días que viene el
aire cierzo
y les rompe las tomizas
las anudan con esfuerzo
aunque ya estén hechas trizas.
Vedlos llegar a tahúllas
miradlos entrar al fin,
como cordadas patrullas
interminables, sin fin.
Avanzan por el lugar,
suena su arrastrar rasposo:
cenizos para ligar
de la Placeta hasta el Coso
Llegan a casa y los pasan,
forman montón en corral,
las espinas se repasan
de cardos del trigarral.
Aguardan llegue la noche
con ansiedad y alborozo,
andan el pueblo sin coche
desde el Vivero hasta el
Pozo.
Por fin a las doce en punto
arrebatan campanadas.
El pueblo se torna rojo.
Cenizos en llamaradas.
Cantan mancebos y mozas
con zambombas y panderos;
canciones que son gozosas
de diablos y alabarderos.
Como yo soy del
Pozo
vengo rodando
y traigo el capotillo
lleno de barro.
Corcho con
corcho,
caña con caña;
tú eres la reina
de mis entrañas.
Anda y dile
algo,
algo le diré:
algo le diré:
lindango, lindango,
caramba y olé...
Cuando se apagan las llamas
todavía quedan las brasas
y en lumbres que había sarmientos
algunos asan patatas.
Y se las comen con sal
que les sacan de las casas;
y mientras beben en bota,
otros se cuentan batallas.
Grupos de futuros hombres
que suelen andar p'atrás
extienden restos de lumbres
a peñazos y patás.
Y mancebos más formales
con badiles y con palas
retiran los restos muertos
de sus grandes luminarias
mezclando en sus basureros
siemprevivas candelarias.
Tal como todo comienza
también tiene su final.
Se apaga la luz del porche…
la del cuarto… y el portal.
Al pueblo (poesía) y La Culpa (novela)
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