Fósiles en Las Pedroñeras | Las Pedroñeras

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domingo, 11 de marzo de 2012

Fósiles en Las Pedroñeras




Los fósiles nos llevan a un tiempo en que el hombre aún no existía sobre la faz de la Tierra, y en Pedroñeras podemos encontrar ejemplos de estos restos del reino animal y vegetal de hace millones de años.

[Artículo del año 2006]:

Quiero aclarar antes de nada que al menos algunas de las afirmaciones que yo, como profano, pueda efectuar en este artículo estarán sujetas a revisiones oportunas, y, por tanto, lo dejo abierto a la intervención de especialistas en la materia. Supongo que en lo referente a datación podría esta fijarse con mayor precisión, por ejemplo. Los datos que a este respecto aporto no son sino fruto de una somera labor de consulta bibliográfica.

Existe mucha bibliografía al respecto. Una de las mejores guías de consulta es el libro Fósiles (de la editorial Blume, “Guías de Naturaleza”), escrito por Karl Beurlen y Gerhard Lichter, que encuentro de lo más didáctico y completo, con numerosas ilustraciones, fotografías y cuadros explicativos.


¿Qué son los fósiles?

Empecemos por ahí. Los fósiles son restos de un ser vivo que habitó en el pasado, llegado a nuestros días gracias a su mineralización o petrificación.

Como leo en una enciclopedia para estudiantes, el proceso de formación de un fósil se debe a un complejo cúmulo de casualidades. Primero el animal ha de morir en un lugar donde sus restos se puedan sedimentar y ha de permanecer allí sin que se convierta en alimento de otros animales. Las cuencas de los lagos y el mar son lugares propicios para ello (es nuestro caso). Por otro lado, los sedimentos han de cubrir con rapidez el cuerpo muerto y, posteriormente, habrá de sufrir un proceso de litificación (conversión en piedra). Es condición imprescindible que el organismo muerto sea sustraído a los efectos destructivos de la corteza terrestre antes de haber llegado a su descomposición definitiva. Por último, casual es que no se destruyan a lo largo de los siglos debido a determinados procesos ligados a la dinámica del planeta y se conserven allí para que gente como yo (aunque convenientemente paleontólogos, geólogos y biólogos) los encuentre, examine y admire.

El fósil es un bien escaso y de enorme valor. Si bien en un primer momento los fósiles sirvieron de documentos geológicos (historia de la formación de la Tierra), posteriormente fueron vistos, además, como documentos biológicos, lo que viene a significar que se estudiaron como portadores de información sobre la historia de la vida y como testigos y ejemplos que fueron en otro tiempo de la misma.


¿Por qué encontramos aquí fósiles?

Todos los que yo he encontrado son marinos. No en vano la Mancha y todas las regiones de la hoy costa mediterránea estuvieron sumergidas bajo el agua al menos hasta el período llamado Terciario (perteneciente a la era del Cenozoico, es decir, desde hace 65 millones de años a esta parte, para entendernos). Los fósiles abundan medianamente por tanto en esta zona: los hay también –que yo conozca– en el cerro de los molinos en Mota del Cuervo (aunque imagino que habrá otros muchos yacimientos). Éstos que doy son datos de manual, muy rudimentarios y fácilmente ampliables.


Fósiles en “Los Barreros”

En este paraje, como en otros muchos cercanos, de terreno arcilloso, podemos encontrar fósiles para nuestra colección particular (aunque los hay por cientos, no es conveniente llevar a cabo un expolio masivo de los mismos). Según consulta y cotejo de mis fósiles con fotografías de otros similares en los que se especifica la datación, la edad de estos la encuentro entre el Cretácico (150 millones de años) y el Terciario, del que ya he hablado. El Cretácico sucede al Jurásico, y ambos, junto con el Triásico, forman el Mesozoico.

Hemos de tener en cuenta que los fósiles que encontremos aquí tienen un tamaño comprimido no sabemos hasta qué grado, cosa que suele ocurrir en los casos de fosilización en arcilla.

Son fósiles de poco tamaño. Yo los más grandes que he encontrado no sobrepasan los siete u ocho centímetros, aunque la mayoría son más pequeños. En verdad, quien se ha encontrado los más grandes y hermosos es mi hijo Ángel que, en general, no pone mucho interés y prefiere estar por allí correteando, pero en cuanto baja la vista parece que los engüera (por usar una expresión del terreno).
[Ya llevamos años sin ir y esta imagen del año 2006 me ha traído recuerdos muy entrañables].

Hace poco me llevaron también desinteresada y amablemente la Pili “la Villalba” y su hermana a una viña que ellos tienen por el Corral de Pinta (un poco más al norte de Los Barreros), y me mostraron el rodal y me regalaron algunos de los fósiles que allí se dejan ver de toda la vida. El detalle es de agradecer y así lo hago.

Tengo una pequeña variedad de fósiles entre los que destacan los moluscos bivalvos (distintos tipos de “almejas”), los equinodermos (dos variedades de erizos de mar), moluscos gasterópodos (diversas especies con concha), celentéreos (corales), etc., e incluso en una piedra se han quedado impresos restos de hojas de una planta que desconozco.


Búsqueda y limpieza

Me limitaré a copiar del manual:

“Los niveles estratigráficos arcillosos salen al exterior por lo general en declives abruptos. Después de lluvias fuertes no es raro encontrar los fósiles lavados en la superficie de la arcilla. Así que en primer lugar se limpiará la superficie, aunque sea caminando a gatas. Si uno no quiere darse por satisfecho con el trabajo realizado, un martillo no le servirá de mucho: hay que utilizar una pala de mango corto o bien una paleta de albañil para manejar la arcilla, que se desmorona por lo general de forma laminar” (Blume, p. 30). En casa, “se quitarán con cuidado las partículas de arcilla pegadas usando cuidadosamente una aguja y un pincel blando” (p. 31). 

Yo también he usado vinagre, en el que he sumergido los fósiles y posteriormente he frotado con un cepillo de dientes gastado mojando también en él. 



¿Cómo acceder al lugar?


Si cogemos el carreterín que sale desde Pedroñeras a Belmonte a poco más de un kilómetro (pasando el puente de la autopista), veremos a mano izquierda una zona de extracción de greda (arcilla con la que se hacían las tejas; y también los niños sus canicas en tiempos) que deja ver pequeños barrancos que retienen el agua de lluvia dada su escasa permeabilidad. Hay otros, pero este es el lugar donde encontrar fósiles someros, sin necesidad de cavar, pues cuando llueve, el agua los deja al aire, a la vista y casi limpios.

Si uno quiere aprovechar, pues puede visitar las Cuevas las Canteras, que se encuentran al otro lado de la carretera. ¡Suerte! Yo aún sigo buscando un amonites que me haga feliz. 


[Este artículo fue publicado en Pedroñeras 30 Días, número 50, mayo 2006]

©Ángel Carrasco Sotos 

4 comentarios:

  1. Hola Angel, el la ribera del río Zancara al paso por la Veguilla se pueden ver muchos mas. Saludos

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    1. No lo sabía. No sé si podrías indicarme el lugar exacto en donde pueden verse. Gracias y un saludo.

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  2. Personalmente no alentaría a los demás a ir a buscar fósiles, recogerlos y acapararlos e incluso venderlos (como si de ajos se tratase). Siguen siendo parte del patrimonio histórico de tu pueblo y alrededores, es otra forma de expolio!!! Por cierto... Gran Blog!!!! me gusta leerte de vez en cuando.

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    1. No, hombre, el venderlos no, por favor. Ir a coger unos cuantos cuando hay miles pues tampoco me parece un expolio, pero sí que posiblemente tengas razón. Un saludo y gracias por tus palabras sobre el blog.

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