A Mortadelo-vampiro se le caen los ajos de la faldiquera.
En aquel libro sobre nuestros ajos que publiqué en 2006, con el título de Jardín de curiosidades sobre el ajo, exponía yo -entre las decenas de fotografías e imágenes sobre el ajo-, por obligada necesidad, unas viñetas en las que el gran Francisco Ibáñez (¿para cuándo un reconocimiento institucional, ¡por Dios!?) en las que el genial historietista se servía de nuestro producto estrella para dar rienda suelta a su imaginación. Eran viñetas en las que aparecían ajos. Las habrá (imagino) a decenas si repasásemos las infinitas historietas sobre la peculiar pareja de trabajadores de la T.I.A. Por aquí os dejo yo unas pocas que he encontrado por ahí. Así que si sabéis de alguna más, la añadimos. Una curiosidad. Descanse en paz aquel que tanto nos hizo reír, sentir, amar la lectura, disfrutar en nuestra niñez (esa que se alargó mucho mucho gracias a Ibáñez). Allá van esos ajos ibañezcos.
¡Vaya falta de entendimiento!
¿La calle del ajo? Jajaja, pues mirad, falta en nuestro pueblo.
Semillas de ajo, dice... como no sean las de los virgos de los palotes, jeje.
¡Cómo le da al mortero la viejecita! Sin duda, los ajos quedarán bien triturados.
Estas de aquí abajo son las que publiqué en el libro del ajo, ese que no falta en casi ningún hogar pedroñero.
Estos son de ROMPETECHOS
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