©ÁCS
Las vemos todos los años, nos visitan en esta época pues vienen a invernar, esto es, a pasar el invierno, desde el norte al sur de Europa. Y estos días, un gran grupo de ellas (más de cien, de modo estimativo) se establecieron por la zona de la laguna de La Navazuela. Íbamos con el coche, de paseo, y las vimos bebiendo agua de los charcos que, en estos días de lluvia, se han formado en el camino. No las habíamos divisado en un primer momento porque íbamos entretenidos hablando de nuestras cosas. Hasta que aparecieron ante nuestra mirada, elegantes, con su andar despacioso y altivo, situadas en una mediana lejanía. Ellas también nos atisbaron y alzaron el vuelo, pero se aposentaron más adelante.
Corrimos, entonces, para armar la cámara con el objetivo adecuado. Caminamos despacico, tiramos unas primeras fotos, pero estaban a la expectativa, extremando ahora la cautela. No tardaron, de nuevo, en buscar refugio en las alturas.
No obstante, algunas fotos salieron, y, de ellas, por aquí os dejo un puñaete. Da gusto verlas, paradas y en vuelo, tan grandes, tan numerosas, con ese colorido cuello... Y nosotros agradecemos su visita.
Dos son las expresiones que uno recogió en El habla de Las Pedroñeras que me asaltan cada vez que veo estas aves en el campo. Como no me gusta que se pierdan estas cosas, os las recuerdo.
El primero es ANOCHECE O VIENEN GRULLAS, que se decía de manera jocosa cuando el cielo estaba nublado o encapotado, ocultando el sol, exagerando, sin duda, al comparar una nube que oculta el sol a una bandada de estas grullas causando el mismo efecto.
Y la otra es esa que reza: A TU TIERRA, GRULLA, AUNQUE SEA CON UN PIE SOLO, que es refrán o dicterio que supone una apología de la tierra o lugar de uno.
Si quieres saber más de estas aves, AQUÍ.
Os dejo con las imágenes.
Hermosos momentos vividos, gracias por compartirlos con estas fotos y el correspondiente comentario que completa la entrada.
ResponderEliminar