La casa está datada como del siglo XVIII, aunque en mi opinión su construcción no creo que sea de más allá de mediados del siglo XIX. El dato aparece expuesto en esos catálogos de los años 70, 80 y 90 que necesitan de una urgente revisión pues todo anda ahí muy puesto al azar (por no decir a lo tonto), con datos que no tienen corroboración histórica; son estos catálogos de principiante como una casa donde todo anda un poco manga por hombro. He insistido en numerosas ocasiones en que se hace necesaria una catalogación seria y comprometida, así como estudios e investigación, de los monumentos civiles y religiosos de nuestro pueblo. Me refiero a algo serio, fruto de la investigación reglada, no algo hecho a salto de mata para poner cuanto antes el cazo y que lo escrito por compromiso y con prisas se tenga mientras se cobra. La responsabilidad es privada por un lado (mantener las casas, los edificios...) y, por otro, pública, que no todo es ganar elecciones y dar a la gente pan y circo, sino que ha de haber un mínimo de responsabilidad cultural formal, celosa y sensata, esto es, practicar con el ejemplo desde arriba, desde las instituciones, con una implicación que procure el estudio y la consolidación de nuestro patrimonio al fin y al cabo. Lo necesita Pedroñeras para no perder su identidad (pues no todo son ajos). El tener el poder político, supongo, pasa por esa responsabilidad, que nada tiene que ver con los partidos, sino con el sentido común, mucha veces no tan común entre los que nos dirigen. También hace falta más interés por el tema por quienes tienen la capacidad de llevarlo a cabo: me refiero a licenciados o graduados con conocimientos de llevarlo a cabo, que son, a la postre, los que tendrían que intervenir con un pago material por su contribución. En fin, como decía Juan Ramón Jiménez, "y yo me iré / y se quedarán los pájaros cantando".
Centrándonos en el edificio; se describe así en uno de estos catálogos supuestamente serios:
"Se trata de un edificio de planta rectangular, entre medianeras de dos alturas y organizado interiormente, en torno a un patio de planta cuadrada con solanera, sobre pies derechos con baranda y zapatas de madera en uno de sus lados. Se distribuye interiormente a partir de un zaguán de acceso que comunica directamente con dicho patio.
Exteriormente, la fábrica, encalada, dispone de portada en piedra, resuelta según arco adovelado e impostado de medio punto. El resto de la fenestración, irregularmente repartida, con rejería de tipo conventual los huecos.
En la actualidad solo existe el arco de acceso".
¡Que me haspen si no es esta la descripción de la actual casa de los Aceiteros (antigua de los Cañavate)!
[Si supierais quién está detrás de estos pseudoestudios con tan poca base (tan poca clase iba a decir) y tan poco trabajo detrás, fruto de la desidia y la cafrez más absoluta del recorta-pega].
Página correspondiente a la casa de los Zapata en el catálogo de marras.
La cosa no acaba ahí. Fijaos qué disparates en cuanto a los "personajes históricos relacionados con el inmueble" (leer para creer):
"Cea Bermúdez (sic), que nació de la unión del conde de Colombí (sic), don José Gutiérrez Ballester (sic), político y embajador del rey Fernando VII (sic, sic), con Dª Esperanza, vecina de esta villa".
Vamos a ver por dónde empiezo. Ese "José Gutiérrez Ballester", como lo llama el catálogo (en realidad José María Gutiérrez Ballesteros) ni fue conde de Colombí, pues lo fue su esposa, ni fue fue político ni embajador de Fernando VII, más que nada porque ni convivieron en el tiempo (anacronismo al canto). Solo fue un doctor en derecho que se casó con doña Esperanza (condesa de Colombí), hija de doña Asunción de Cea Bermúdez y destacó por su faceta de folclorista (por cierto, murió en 1989). A lo que vamos, que el texto del catálogo es de risa, para partirse el culo, vamos.
Pongamos un poco de orden. La calle Cea Bermúdez recibió este nombre, según acta que uno puede consultar en el archivo de nuestro ayuntamiento, del año 1900, "en memoria del que fue presidente del Consejo de Ministros [Francisco de Paula de Cea Bermúdez y Buzo, hermano de Salvador Julián, esposo de Mª Antonia, primera condesa de Colombí (remito a este artículo)], embajador de Rusia y otros altos cargos que desempeñó en política, y haber vivido su hijo don Fernando en dicha calle estando casado este señor con una hija de este pueblo donde vive y tiene su arraigo, cuya casa es hoy propiedad de su nieta doña Asunción".
En lo que no puedo comprometerme es en asegurar que esta en concreto fuese la casa que ahora están adecentando.
También se dice en catálogo susodicho (para acabar ya con esto), en un cuadro remarcado en el catálogo oficial de Pedroñerilandia: "Se considerará protegida la portada de acceso, pudiéndose realizar en ella, exclusivamente, obras de restauración, conservación y consolidación". Como ya no sabemos si se refiere a nuestra casa en cuestión o a la de los Aceiteros, no sé que validez darle a todo esto.
Textos del catálogo, para que veáis que no miento.
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Aun siendo uno partidario del "no tocallo" tratándose de monumentos, creo que es más o menos objetivo que el color gris original de la fachada era poco vistoso (digamos) y no ayudaba a resaltar los elementos de esta. Había que buscar una solución (quizá, o no) y el resultado es el que abajo os muestro (a lo mejor, alguien podría aportar alguna instantánea de frente). Estas son fotografías que me pasa, con la amabilidad que le caracteriza, mi amigo Olimpio Haro Fernández, que recogen un poco todo el proceso. Espero que os gusten. Son también históricas.
Hola Ángel
ResponderEliminarEstoy investigando edificios modernistas en Cuenca y provincia y me aparece la Casa de los Zapata como construcción del año 1910. El dato se encuentra en el libro Castilla-La Mancha: el modernismo ligado a la arquitectura de Ricardo Muñoz Fajardo. Por esta razón he llegado hasta esta entrada, por si es de tu interés.
Un saludo
Pues es posible que sea de esos seis. Falta en el pueblo un estudio de los edificios históricos. Gracias.
EliminarQuise decir "años".
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