por Job Moya Peraira
Octubre está siendo generoso en observaciones de aves poco comunes. El pasado domingo ,18 de octubre, en El Taray, en término de Las Pedroñeras, pudo observarse una garceta grande (Egretta alba), de paso en esta zona. Es un ave conspicua, tanto por su tamaño, como por su color blanco impoluto.
Se diferencia muy bien del resto de garzas por ser completamente blanca; su gran tamaño permite distinguirla de la garceta común, más pequeña y más abundante. El pico, grande y a menudo completamente amarillo, también es diferente del de la garceta común, que lo tiene más pequeño y mayoritariamente oscuro. Muestra un cuello larguísimo, para lanzarlo como un arpón sobre sus presas, que suelen ser peces, ranas, insectos acuáticos, pequeños mamíferos o pollos de otras aves. Puede medir un metro de altura, y 1,70 m. de envergadura.
Aunque su población va en aumento, muy pocas parejas se reproducen en España, casi todas en extensas zonas húmedas protegidas como el Delta del Ebro. Las mejores poblaciones, al igual que en el caso de la recientemente observada cigüeña negra, se encuentran en Europa del Este, delta del Danubio, Turquía, en marismas y humedales próximos a los mares Negro y Adriático. No es frecuente observarla en los humedales manchegos, sin embargo, es habitual como invernante en marismas del litoral mediterráneo, incluso en arrozales de La Albufera o Doñana.
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