El pasado año, iniciamos la aventura de ir trayendo a este blog algunos fenómenos fonéticos que se han dado (y siguen dándose) en el habla de Las Pedroñeras. Están, en la mayoría de los casos, relacionados con la creación involuntaria de vulgarismos, ese tipo de palabras no admitidas por la Real Academia Española por entenderse que son deformación de las aceptadas como académicamente correctas. En fin, se podría hablar mucho de este tema, pero no es el momento.
En las ocasiones anteriores hablamos de cómo nos comíamos (entendedme) el sonido D y el sonido B en algunas palabras. Ya tendremos tiempo de ampliar los casos con otros muchos y diferentes ejemplos.
Hoy nos las veremos con el sonido N, y cómo lo hacemos desaparecer de algunas palabras. Esto ocurre en casos en que el sonido está en medio de la palabra (apócope), pero también existe algún caso en que los suprimimos cuando aparece al final. En algunos de estos ejemplos, comprobaremos que hemos superado el vulgarismo o lo vamos haciendo progresivamente pues ya no suele escucharse en el habla de nuestro pueblo. Veamos.
Casos en que ha desaparecido el sonido [n] en mitad de una palabra:
-anucio, por el correcto anuncio. También en el nombre propio: Anucio.
-cansacio, por el correcto cansancio.
-condesada, en vez del correcto condensada. "Leche condesada" se ha dicho en Pedroñeras.
-costancia, en lugar de constancia.
-costante, en vez de constante. También en el nombre propio: Costante, como en el caso de Costantino.
-costipao, por el correcto constipado, así como el verbo: costipase.
-denucia, en vez del correcto denuncia. También el verbo denuciar.
-estituto, por el correcto instituto.
-istante, en lugar de instante.
-estrución, por el correcto instrucción.
-estrumento, en vez de instrumento, que es lo correcto.
-ivierno, en lugar de invierno.
-mejuje o majuje, por en académico y aceptado mejunje.
-reglón, que se decía en lugar del correcto renglón.
-rilera, en lugar de ringlera, que es lo aceptado.
-tie, en lugar de tiene; o vie, en lugar de viene. No tie na. Hoy no vie nadie.
Casos en que ese sonido [n] desaparece del final de la palabra:
-cano, que proviene de canon. Bien lo saben los que arrendaban tierras o viñas "al cano".
-germe, en lugar del correcto germen.
-rejo, por el correcto rejón (punta del trompo).
-zullo, en lugar del admitido zullón.
En fin, como habréis comprobado, muchos de estos vulgarismos van desapareciendo de nuestra habla, que va tendiendo, con el paso de los años y por diversos motivos, a normalizarse. También habréis visto que en algunos ejemplos concurren fenómenos fonéticos aparte del que estamos tratando.
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