Aprovechamos la tarde del Domingo de Ramos para acercarnos la mujer y uno mismo a coger un puñado de almendrucos verdes (que en casa gustan mucho) hasta una tierreceja que mis padres tienen por la zona del Pozarrón. Hoy en día los chiquetes no suelen subirse a los almendros, como los de mi edad hacíamos de pequeños, que teníamos condenao al hermano León en el Vivero, de modo que pueden verse repletos los árboles y sin muchas manos que acudan a su llamada.
Una vez que terminamos la agradecida faena, acudimos (como siempre hago cuando me acerco por esos lares) a ver el pozo Lorente, que está ya en término de El Pedernoso, pero muy cerca de los límites de Pedroñeras por esa parte de nuestro término. Es rectangular, muy grande y muy antiguo. Los dueños lo mantienen sin enlodarlo, quizá por los derechos de agua o porque le tienen cariño. Eso sí, lo han vallado con una malla para evitar que los conejos salgan de allí para comerse el sembrado. Porque es de admirar (para echarse las manos a la cabeza) la cantidad de de madrigueras que se han creado en sus inmediaciones; todo un juego de bocas.
Es el caso que este pozo centenario, al que no había visto sin agua en la vida (si mal no recuerdo), se mostró ante nuestros ojos más seco que la mojama. A ver si las lluvias de abril remedian este deseaguisado y el pozo Lorente como el resto de estos pozos someros de antaño cogen de nuevo agua y esta hace crecer el carrizo a su alrededor. Os dejo algunas fotejas que tomamos del momento.
NUEVA EDICIÓN
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