Estijeras antiguas.
Hay que comenzar diciendo que la prótesis es un fenómeno que consiste en añadir uno o varios sonidos al inicio de una palabra anterior, dando esto lugar a un vocablo nuevo que si bien suele considerarse, en principio, un vulgarismo (o dialectalismo o vulgarismo dialectal si se da en una zona determinada), con el tiempo puede ocurrir que ese nuevo término se consolide en el idioma y desplace al anterior. las lenguas han ido evolucionando fonéticamente de esta manera, en realidad, por este y otros fenómenos fónicos de similar naturaleza. Dicho esto, la prótesis de la sílaba ES- ha dado lugar a la creación en nuestra habla de determinadas palabras que por aquí quisiera dar cuenta. Son palabras que, poco a poco, van alejándose del uso más pulido de nuestra actual habla que tiende a abandonar no solo los vulgarismos de antaño, sino también las palabras dialectales que ha definido históricamente nuestro particular modo de emplear el castellano. Es lo que hay y a ese mar es muy difícil ponerle diques.
Chiquete pequeño estraspellao.
Entre tales palabras a mí me hacen especial gracia tres: estijeras, estenazas y estrébedes. Todas ellas son vulgarismos en claro retroceso de uso, si bien la primera ha perdurado a mi entender durante un tiempo, e incluso considero que todavía habrá personas que utilicen estijeras para llamarle al conocido instrumento.
ESTIJERAS es palabra que se registra a nivel regional, recogida por Calero en La Mancha y en la Serranía conquenses, por Cócera en el pueblo de Cardenete (Cuenca), del Real en la provincia de Ciudad Real, Sánchez en el habla toledana o Tirado en Pedro Muñoz (Ciudad Real). Es raro, por contra, que no se registre en el ALECMAN (Atlas lingüístico de Castilla-La Mancha) salvo en un punto de la encuesta. El uso excede los límites comarcales y autonómicos, pues es registrada en Aragón (Andolz), Salamanca (Lamano), La Rioja (Pastor), Valencia (Tabarca) o Extremadura (Viudas). [Entre paréntesis van, en este último caso, los apellidos de quienes han estudiado el habla de esta zona y publicado en sendos trabajos].
Estijeras de cortar ajos, usadas también para vendimiar.
ESTENAZAS es palabra que, a nivel comarcal, es recogida por del Real (en Ciudad Real), Zamora (en la provincia de Albacete), Sánchez (en Toledo) o Tirado (en Pedro Muñoz). Tampoco se registra en el ALECMAN, aunque sí en otras áreas dialectales como Andolz (en Aragón), Alcalá (en Andalucía), Mott (en Huesca) o Viudas (en Extremadura).
Antiguas estenazas para la lumbre.
ESTRÉBEDES es palabra recogida también a nivel regional en Ciudad Real (por del Real), en Pedro Muñoz (por Tirado) y en Tomelloso (por Pérez). Es voz registrada en gran parte de la península Ibérica: Lamano (en Salamanca), Alcalá (en Andalucía), Andolz (en Aragón), Mott (en Huesca), Pastor (en La Rioja), Rodríquez (en Cabra, Córdoba), Sánchez (en Toledo), Viudas (en Extremadura), González (en León) y es registrada por otros en pueblos del Pirineo aragonés.
Unas estrébedes (dicho al modo castizo)
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Este fenómeno de prótesis de la sílaba ES ha dado lugar a otros vocablos usados en nuestra peculiar o particular habla: esclarificar (de clarificar), escomenzar (de comenzar), esflorear (de florear), espelechar (de pelechar), espelecer (de perecer), estraspellao (del también dialectal traspellao) o eszalear (de zalear). A mí son términos que me resultan simpáticos y muy castizos, y a uno le da pena que vayan desapareciendo así tan de repente.
A algunos les resultará extraño, como a mí en un principio, conocer que espelecese provenga del académico perecerse, y a ninguno le parecerá que será hora de comenzar a pronunciarlo de forma correcta. Otros -estoy seguro- se estarán preguntando que será eso de eszalear, verbo que creo casi casi en desuso ya en nuestra habla, aunque hasta hace unos décadas se usaba como sinónimo de 'zarandear al alguien intentando provocar riña o pendencia'.
Y tan raras se van haciendo ya a las nuevas generaciones estas palabras de nuestra pedroñera habla que si uno las pronuncia en clase comprueba que cada vez menos chicos las conocen, pues les suenan a chino mandarín. Y de ahí mi afán por recoger esta terminología en un diccionario. Será al fin y al cabo el único testigo que dé cuenta de cómo se hablaba en este pueblo no hacía mucho tiempo. Y todo lo que voy registrando sigue ese romántico ideal que algunos lo considerarán una pérdida de tiempo. Quizá lleven razón desde su bendita ignorancia.
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