por Fabián Castillo Molina
La semana pasada, en el breve resumen del vídeo en el que los jóvenes pedroñeros, y algunos no tan jóvenes del mismo pueblo o venidos de los alrededores, mostraban su fuerza y su maestría en el lanzamiento de la barra, un nutrido grupo de paisanos y paisanas asistían al espectáculo como espectadores, todos tranquilos, silenciosos, en armonía. Citábamos un posible comentario posterior en el que al menos se advirtiera de la verdad y mentira del cine o del audiovisual. Ese comentario era para advertir que en aquel corto vídeo se había introducido un truco que se usa mucho tanto en cine como en televisión: vemos a gente mirando y pensamos que están viendo lo que nosotros vemos y sin embargo, realmente quienes han hecho el montaje o lo han ordenado hacer, lo que quieren es que esas personas sean vistas por los que ahora miran la pantalla y que parezca que están mirando lo mismo que los espectadores: en ese caso a los lanzadores de barra. Lo vemos y así lo entendemos y, sin embargo, lo que miran algunas personas realmente, en el momento de ser grabadas, es otra cosa totalmente distinta.
Nadie en sus comentarios hizo mención al truco descubierto. Quizás sí lo notaran, pero nadie le dio importancia. Eso ocurre continuamente con normalidad en casi todas las películas, programas televisivos grabados y montados, incluso en los que estamos viendo en directo. Hay una mezcla de verdades y mentiras contra las que debemos estar prevenidos. ¡Cuántas cosas parecen improvisadas y han sufrido un largo proceso de ensayos, estudios y previsiones! La verdad esencial de estos vídeos ahora, y películas cuando se grabaron, está en ver cómo era la gente que estaba ahí tan natural, tranquila, viviendo esas fiesta. El tiempo pasa, pero las imágenes quedan tal como se grabaron. Toda la vida que había en cada persona en aquellos momentos sigue igual.
En el vídeo que esta semana traemos aquí, no hay trucos, salvo los cambios en el ritmo de la gente o las detenciones puntuales para resaltar algún grupo o personas que por la razón que sea queremos que se vea o destaque un poco más. En este caso queremos resaltar y agradecer el espíritu colectivo y de hermandad que se aprecia en esta celebración. Un gran número de personas se afana en preparar sus guisos con todos los sentidos. Lo harán lo mejor que sean capaces, con el único fin de que sus allegados disfruten y estén a gusto. Hay alrededor de cada perola, mientras se cocina, una o dos personas responsables; luego, llevándolas hacia la comida, también una pareja se hace cargo del transporte. Finalmente, esas perolas y grandes sartenes se ven rodeadas de comensales invitados de manera abierta, el pueblo en general, y también quienes vienen de fuera. Todo hecho por los organizadores del evento con la intención de que la gente lo pase bien. Hubo años en que los invitados o participantes pasaron de quinientos. No había camareros ni servidores preparados expresamente, y aquello funcionaba gracias sobre todo a la buena voluntad de quienes estaban dispuestos a poner de su parte lo mejor al servicio de los demás. Todo por amor al arte o amor al prójimo. Sirva esta breve muestra y entrañable recuerdo como deseo de hermandad y buenas relaciones entre las gentes para esta navidades y año nuevo que comienza. Así estaría bien el mundo, pienso yo y traigo aquí la frase de un paisano sencillo, Gabino: “Señor, que tol´mundo coma”; ese era su dicho.
¡Feliz Navidad 2017 y próspero año 2018!
Muchísimas gracias tío, por acercarnos de nuevo, un ratito a una GRAN FIESTA nacida de la hermandad de un GRAN BARRIO. Tod@s los que vivimos esos años los disfrutamos y hoy día la añoramos. Muchos recuerdos de momentos y personas que ya no están.
ResponderEliminarMe encanta y les felicito a todos los Pedroñeros.En sus fiestas del Pozo Nuevo.
ResponderEliminarCuántos años de celebró la fiesta del pozo Nuevo
ResponderEliminar16 años de 1980 a 1986
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