Con este aspecto tiene que quedar.
Es el tiempo. O lo ha sido. Y en mi casa es un plato habitual. Se trata de las patatas con caldo con guías de calabaza. Una delicia. Pero no todos lo conocen. Incluso no lo conocen algunos que tienen sus pequeñas huertecillas en las que cultivan, también, calabazas. A ellos mayormente va dirigido este artículo, pues para hacer unas buenas patatas con guías hay que tener guías y estas solo nacen en las plantas de calabaza, con lo que hay que tenerlas en nuestra huerta. A ver si ahora vamos a ir cortando en huertas ajenas las guías de las plantas de calabaza para elaborar el guiso. En fin, siempre habrá quien nos pueda prestar un puñaete.
Las guías, por cierto, son aquellas que hacen crecer la planta, las que tiran de ella, esto es, las puntas de las "ramas" (digamos) que la constituyen, el final de los tallos de la planta, esas puntas que están más tiernas que el resto y por donde florecen y darán su fruto. Porque, para que puedan comerse, estos tallitos tienen que estar tiernos, y no pasa nada porque con ellos venga alguna pequeña calabacilla recién nacida.
Pero os explico la receta según las elabora mi mujer, que no es manera distinta a como las hace mi madre o cualquiera que sepa hacer unas patatas con caldo en Pedroñeras.
Receta de las patatas con caldo con guías de calabaza
(para unas 4 personas)
Ingredientes:
-Un puñaete de guías de calabaza
-Unos 500 gr. de patatas
-Unos 300 gr. de panceta de cerdo
-Unos 100 gr. de cebolla
-5 o 6 dientes de ajo morado de Pedroñeras
-Media cucharadita de pimentón
-Pimiento rojo (unos 80 gr.)
-Un tomate pequeño
-Aceite de oliva virgen extra
-Sal
-1 hojita de laurel
-Agua
-Agua
Procedimiento:
En una cacerola se vierten 3 cucharadas de aceite. En él se sofríen los dientes de ajo (sin pelar y con una hendidura para que no salten). Después de un rato, se le añade la cebolla y el pimiento rojo troceados. Tiene que quedar todo bien pochado.
Tras esto se le añade la panceta en cuadraditos pequeños y que quede bien rehogada. También, el tomate troceado.
Después, se le añaden las patatas, que ya tendremos cortadas en rodajas de medio centímetro de grosor, y se mezclan con lo anterior: todo se tiene que rehogar conjuntamente. Se le añade seguidamente el pimentón y a continuación el agua hasta cubrir las patatas. También en esta agua se echarán el laurel, la sal y las guías de calabaza.
En fin, todo se pone a cocer a fuego medio-bajo durante el tiempo necesario (media hora o algo más). Las patatas que no queden muy blandas, pero tampoco duras. En su punto. Una vez cocidas, se retira la cacerola (puchero u olla) y se sirven en los platos. Ya solo hay que soplar y comer con cuchara acompañadas de pan del pueblo y un vasete de vino.
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