Salvador Sabater, confidente belmonteño en la Guerra de la Independencia | Las Pedroñeras

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viernes, 10 de marzo de 2017

Salvador Sabater, confidente belmonteño en la Guerra de la Independencia



Miguel Ángel Vellisco Bueno




SALVADOR SABATER, CONFIDENTE BELMONTEÑO, DE LA GUERRILLA, DURANTE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA   DE 1809- 1814

            Durante la llamada Guerra de la Independencia (1808-1814), contra los franceses, surgió en España una red de confidentes cuyo objetivo era informar sobre los movimientos del  ejército francés. Constituía un caudal de datos vital y necesario para el ejército regular  y  los guerrilleros frente a los invasores, así como en ocasiones actuaban como  apoyo logístico.

La información obtenida se transmitía por vía oral o por medio de textos escritos directos, en claves alfabéticas, numéricas, alfanuméricas  y en partituras musicales.
            D. Salvador Sabater (como Manuel Cano, otro confidente), tenía su residencia en Belmonte; fue uno de los españoles que más protegieron a los guerrilleros, más trabajaron y más sacrificios hicieron por la causa de la independencia.
En el año de 1810, decía el Guerrillero D. Francisco Abad Moreno (Chaleco), hablando del Sr. Sabater: «”Apenas salido a campaña para perseguir a los enemigos de la patria y del rey, se puso en comunicación conmigo D. Salvador Sabater, la que continuó hasta que los crueles enemigos evacuaron nuestro suelo, dándome siempre pruebas irrefragables de su acendrado patriotismo para la defensa de nuestra causa, facilitándome muchas noticias, que con espías me comunicaba, y ä las que debí sucesos muy ventajosos”.
            “En las varias veces que frecuentaba el pueblo de Belmonte, me dio de donativo para ir uniformando mi partida 36 varas de paño azul y cinco de encarnado  y algunas armas”.
            “También me sacó de la corte, estando los enemigos en ella, una gran porción de galones de plata, clarines, monturas y demás pertrechos urgentes para mis escuadrones, que importaron más de 25.000 reales
“En fin, era el español en quien tenía más confianza en la Mancha y provincia de Cuenca, dirigiéndome algunas veces por él, que me animaba a ser constante en la defensa de nuestra justa causa, como asimismo ä mis oficiales y soldados”.
            “Él mismo quiso varias veces venir a acompañarme en los combates, pero nunca lo permití, por serme muy útiles sus avisos y porque él propio se introducía entre los enemigos, por lo que siempre le he conceptuado acreedor ä las más grandes recompensas”.».

Informe sobre los movimientos del ejército Francés a su paso por Belmonte, en 1810.


            Al día siguiente del 13 de octubre de 1811, en que fue apresado D. Francisco Sánchez (Francisquete) por las tropas francesas del general D´Armañac, fue sorprendido igualmente su amigo y valedor D. Salvador Sabater, a quien el secretario de Armañac mandó confiscar su correspondencia y libros de caja, entre ellos los últimos oficios y cartas de varios generales españoles; diciéndole:  “que ya estaba informado el general de las comunicaciones que tenía con los jefes españoles,  y que había sido el protector del Francisquete”. [Para saber más sobre Francisquete el tío Camuñas, pincha AQUÍ].
  Sin reparar con el riesgo a que se exponía, corrió D. Salvador a casa de D. Mateo Belmonte (ubicada junto al convento franciscano), donde se hallaba alojado el general  D`Armañac, encontrando tan sólo a la señora doña Jacinta Barcárcel,  la esposa de D. Mateo,  y a una amiga que la acompañaba, doña Ignacia Ramos; pues D´Armañac se hallaba fuera presenciando el fusilamiento de Francisquete y de sus guerrilleros, realizado  junto al torreón conocido como la Tronera, donde actualmente se encuentra el cementerio municipal..
            Aprovechando la ocasión rogó a doña Jacinta le permitiese entrar en el cuarto del general; una vez en él, registró sus libros y documentos, que estaban sobre la mesa; sacó de ellos las cartas y oficios de varios jefes españoles, pero al llegar a la antesala sintió los pasos del general y no tuvo tiempo más que para guardar precipitadamente los citados documentos.





Entró el general, y apenas le vio se dirigió a él y le dijo:
— ¿Usted es sin duda Sabater?
—Sí, señor, —contestó D. Salvador.
—Pues aguarde Vd. aquí; voy en busca de ciertos papeles, y antes de quince minutos va Vd. a ser fusilado—dijo, —y desapareció.
En tal apuro, D. Salvador imploró el favor de doña Ignacia, la cual, guardando los papeles que este le entregaba en su pecho, desapareció de la casa.
Tras un largo rato de espera, apareció D´Armañac, pero no habiendo hallado  los documentos que inculpaban a Sabater, las pruebas que sin duda esperaba para realizar su detención, se contentó con despedirle; amenazándole de muerte si continuaba protegiendo a los guerrilleros y comunicándose con los generales españoles como hasta entonces.
Salvado de este peligro, el Sr. Sabater,  continuó su obra patriótica como siempre, mereciendo los mayores elogios de guerrilleros y generales, y haciéndose digno de las más altas recompensas.
            Entre las acciones realizadas por D. Salvador Sabater, cabe destacar:
 El aviso que dio a D. Francisco Abad (Chaleco), el 24 de Marzo, de que en Villafranca de los Caballeros había un escuadrón de dragones franceses del número 13 (120 caballos), en situación y modo de sorprenderlos, como lo hizo Abad el día 25, no escapando más que cinco.
El apoyo que, según certificación firmada por D. Juan Martín  (El Empecinado), prestó a los guerrilleros de su mando al aproximarse a la ciudad de Cuenca y villa de Tarancón, enviándole por medio de espías seguros cuantas noticias le era posible adquirir, así de sus fuerzas como de sus movimientos, por lo que aquel héroe dice le tributó las debidas gracias.
 El envío que hizo de granos a la división del mariscal de campo, D. Luis de Bassencourt, comandante en jefe de la provincia de Cuenca, a petición de este general, sin temor de hallarse en medio de las tropas enemigas, mereciendo de Bassencourt varias cartas reconociéndole merecedor de las mayores gracias, y añadiendo que se valió del Sr. Sabater para lograr que un secretario español del general D´armañac volviese, como lo realizó, a las banderas de su patria y ejecutase un importante proyecto que Bassencourt le encargó.
El servicio que prestó al brigadier D. Bernardo María de Guendalain, salvando sus fuerzas, que se hallaban en Belmonte, de ser copadas por dos columnas francesas que salían cautelosamente de Manzanares y Cuenca a perseguirlas;
El fijar en la ciudad  de Cuenca, unas proclamas que el citado brigadier le dio invitando a los españoles que habían tomado puesto en los ejércitos franceses a que los abandonaran y volvieran a luchar en las filas Españolas.
            El 19 de Diciembre, Francisco Abad (Chaleco), sostuvo el empuje de una columna enemiga en la villa de Miguel Esteban, del cual resultaron nueve de sus guerrilleros heridos, que mandó a D. Salvador Sabater a Belmonte, quien se encargó de su curación y de proporcionarles cuanto necesitaban.
            El Sr. Sabater continuaba siendo un insigne patriota. Véase en prueba de ello una certificación del general D. Enrique O'Donnell, conde de La Bisbal, perteneciente a la Regencia: «Certifico: Que hallándome en la plaza de Cádiz de Regente del Reino, D. Salvador Sabater me comunicaba continuamente todas las noticias concernientes a la fuerza y movimientos de los enemigos, e igualmente el patriotismo que reinaba en las provincias por donde transitaba para no sufrir el yugo francés, reanimando con la esperanza de que al fin la victoria quedaría a favor de las armas españolas, ofreciéndose gustoso a tomarlas, manifestando el amor más acendrado para la defensa de la justa causa de España y de los sagrados derechos de S. M.».

Estas son las últimas noticias que he podido encontrar sobre nuestro personaje:

El Diario de las Cortes en su Sesión Extraordinaria, de la noche de 20 de junio de 1820, Recoge lo siguiente: “ A la comisión de guerra se pasó también una exposición de don Salvador Sabater, vecino de la villa de Belmonte, en que hacia presentes sus servicios patrióticos así como personales como pecuarios, tanto en la guerra de la independencia, como en el restablecimiento del sistema constitucional, los cuales recomendó con toda eficacia el señor  Diputado  Marín Tauste, como que le eran conocidos; por los que pedía se le recomendase al gobierno que le atendiese en su destino análogo a sus circunstancias”
            En La Gaceta de Madrid del viernes 21 de junio de 1821 se puede leer sobre la Sesión extraordinaria del día 20: “A la comisión de guerra se mandó pasar una consulta del Señor Ministro de la Guerra…sobre don Salvador Sabater, vecino de Belmonte manifestando que fue uno de los que más arriesgaron su vida en la guerra de la independencia, llevando las noticias de una parte a otra para que le empeño tuviera un feliz éxito; en cuya consecuencia pedía se le recomendase al Gobierno para que le confiriese un empleo”…
 Y en El Diario de las Cortes en su Sesión Extraordinaria, de la noche de 23 de junio de 1823: “Se dio cuenta y del mismo modo aprobaron otro dictamen de la comisión de guerra opinándose se recomendase al gobierno a don Salvador Sabater, vecino de la villa de Belmonte, para que lo atienda en sus solicitudes conforme a sus méritos y sacrificios.”


Bibliografía:

-Los guerrilleros de 1808 de E. Rodríguez Solís  1887.
-Centro Superior de Estudios de la Defensa (CESEDEN).
-Museo iconográfico Histórico del centenario de la Constitución de 1812 y Guerra de la Independencia de la Nación Española, 1912
-Gaceta del gobierno de México

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