Juego o entretenimiento de niños, este llamado por estas tierras del abejarrón se encuentra totalmente extinto. No obstante, se practicó a lo largo de toda nuestra geografía durante siglos, fijaos, al menos desde el siglo XV, recogiéndolo ya Antonio de Nebrija en su diccionario de 1494 con el nombre de abejón, diciendo de él que es "juego antiguo". ¡Cuántos años o siglos no llevaría usándose entre los niños!
Su explicación es muy sencilla, al menos en la variante pedroñera. Se formaba un corro de chicos cada uno de los cuales se ponían una mano sobre la cara opuesta con la palma hacia fuera. Otro chico, haciendo el supuesto sonido de un abejarrón (uuuuuuuh), corría alrededor del corro y le pegaba un manotazo al que se descuidaba y no tapaba convenientemente su cara.
Como digo, es juego antiguo. De ese modo Sebastián de Covarrubias, en su Tesoro de la lengua castellana o española (1611) recoge de él la siguiente información: "El juego del abejón, que se haze entre tres; y el de en medio, juntas las manos, amaga a uno de los dos que le esperan el un braço levantado y la mano del otro puesta en la mexilla, y da al que está descuydado; entonces ellos tienen libertad de darle un pestorejazo” (s. v. abejón).
También lo registra el llamado Diccionario de Autoridades, el primer diccionario publicado por la RAE, cuyo primer tomo salió en 1726. De él se dice lo siguiente, bajo la voz abejón: “Llámase assí el juego de que usa la gente rústica por entretenimiento, y se executa entre tres personas puestas en hilera. El que está en medio abierto de piernas, y juntas las manos, moviéndose a un lado y otro, hace un ruido con la boca al modo del abejón. Amaga a uno de los dos que están a los lados, que le esperan con un brazo levantado y la mano del otro puesta en la mexilla; y da al que se descuida un golpe en la mano que tiene puesta en el carrillo; y si no hurta y aparta tan presto el cuerpo, recibe otro del que le está esperando”.
Pero el actual Diccionario académico ya lo recoge como en desuso, y María Moliner simplemente como "juego antiguo". En realidad desconozco si en algún pueblo de nuestra España aún sigue practicándose, que lo dudo. No obstante, tuvo que ser la Mancha una de las comarcas donde más tiempo persistió, dado que recogen este juego tanto José Salustiano Serna en su diccionario Cómo habla la Mancha (como abejarrón), Teudiselo Chacón en El habla de La Roda (también con el nombre de abejarrón), Antonio Navarro en su Léxico motillano (como abejarrón), Francisco J. Cócera en El habla de Cardenete (también con el nombre de abejarruco) o Emilio Quijano en su Lexicario paloteño (con el nombre abejorro).
En fin, como veis, un juego interesante por centenario que recojo con el número 1 en la sección que dedico al apartado JUEGOS en mi libro Folclore infantil de Las Pedroñeras. Hala, a jugar.
©Ángel Carrasco Sotos
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