Llevaba ya tiempo sin verlos y el sábado vimos dos de estos en la zona de San Blas. Me refiero a los insectos coleópteros llamados aquí, en el lugar, aceiteros, y que he visto que recibe otros nombres en otras geografías hispanas como aceitera, curica, curilla, carraleja o majalera. En fin, aquí siempre han sido aceiteros.
Es, al parecer, el coleóptero más largo del mundo, pues puede llegar a medir 7 centímetros. Los que vimos el sábado no creo que pasasen de 5 cms. La especie que puede verse en nuestros campos tiene el abdomen rayado con franjas de color rojo sanguinolento. Si se ve amenazado, segrega cierta sustancia, llamada cantaridina, que produce irritaciones en la piel. Los nuestros debían de ser pacíficos pues les acercamos la cámara y no les vimos segregar nada.
En Pedroñeras, los aceiteros machacados se usaban para untar las mataduras (rozaduras, heridas) de las mulas como medio para curarlas, o al menos así lo hacía mi tío Luis "Ginche". En fin, que nos ha hecho ilusión ver aceiteros por San Blas y os queríamos dejar las fotografías tomadas.
Este es de mayo de 2014, en el camino de El Provencio.
©Ángel Carrasco Sotos
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