El cuento de Juan Sarmiento en Las Pedroñeras | Las Pedroñeras

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lunes, 6 de mayo de 2013

El cuento de Juan Sarmiento en Las Pedroñeras




Amigos, un centenar de cuentos tradicionales (o populares) pedroñeros tengo ya recopilados. Estos me han llegado de las más diversas fuentes, aunque ha sido el ámbito familiar y más cercano, en cualquier caso, la procedencia de la mayoría de ellos. Junto a otro tipo de material perteneciente al folclore infantil, conforman un trabajo de recopilación y estudio (esto en menor medida) que algún día cobrará el formato de libro para que quede impreso, al menos para que generaciones venideras conozcan parte de lo que fue la cultura popular infantil en esta zona de la Mancha conquense. Y digo fue, porque todo este bagaje que encuentra sus primeros referentes en la Edad Media y en el Renacimiento castellano se está perdiendo como de un plumazo. Un fuerte viento ha llegado de improviso y, plaf, todo ello se ha esfumado. Adiós. Bien sé que este tema daría para mucho escribir (de hecho así ha sido), de modo que lo dejo aquí para centrarme en uno de esos cuentos, breves, que la tradición pedroñera ha venido transmitiendo de padres a hijos, y de boca en boca a lo largo del tiempo, y así nos ha llegado hasta aquí. Es el conocido cuento de Juan Sarmiento. Seguro que todos lo habéis escuchado alguna vez.

Este es el cuento 
de Juan Sarmiento,
que se fue a cagar
y se lo llevó el viento.

Nada más se supo del señor Sarmiento. Andará seguro volando por ahí, que es como yo, de niño, me lo imaginaba: cosas de esa tierna edad por la que todos pasamos. En efecto, yo me imaginaba a Juan como alguien de edad no muy avanzada (era más Juanito que Juan), puesto en cuclillas, con los pantalones bajados hasta los tobillos y con los faldones arremangados y cogidos con la mano. En esto llegaba un vehemente viento cargado de mala leche que violentamente lo arrebataba y lo ascendía por los aires para no dejarlo caer ya nunca. ¡Qué imaginación de niños!



Uno dirá que el cuento es pedroñero cien por cien. Pues he de deciros que no, que este cuento de Juan Sarmiento se encuentra muy citado por la Red y, en fin, que pertenece de todas todas al acervo hispano o castellano. La literatura castellana de todo tiempo y lugar siempre tuvo un hueco que hacerle a esta breve narración, de naturaleza más humorística que escatológica.

Dicho esto, lo que sí es curioso (y es conveniente añadirlo) es que este Juan Sarmiento, al menos en los textos clásicos que han pasado por mis manos, al parecer, y en un principio, era hembra, pues en tales obras se menciona, en realidad, como "María Sarmiento". Se asegura en estos primeros documentos que fue esta dama la que sufrió las consecuencias de ese animoso torbellino en actitud tan ignominiosa y natural a la vez.

Fijaos. Gonzalo de Correas, en su Vocabulario de refranes, recopilado a principios del siglo XVII, cita estas palabras: "El viento (sic: ¿será errata?) de Mari-Sarmiento, que fue a cagar y llevola el viento". Y como María Sarmiento la leo en las versiones recogidas, entre otros, por Carmen Bravo-Villasante, José Luis González, López y Ortiz (en su Etnocuentón) o Ángel Hernández (este, en Albacete). Por su parte, Rodríguez Marín lo recopiló con la variante de "Periquillo Sarmiento". Es curiosa la versión escuchada en Minaya: "El cuento de María Sarmiento, que fue a cagar y perdió el tiento". En Criptana se recita otro con el que encontramos concomitancias: "El cuento de pan y pimiento, de cagarruta y sarmiento". No sé si podrían sumarse otros nombres y otras versiones al elenco que, como podéis apreciar, lo que no cambian nunca es el apellido (la rima impone sus leyes de permanencia).

En fin, es el caso que hasta aquí llegó como "el cuento de Juan Sarmiento", se hizo popular, y raro es el que no conoce de su existencia (es tan fácil memorizarlo: en palabras y en imágenes). Y es más, se extendió a otros ámbitos del folclore infantil. En concreto, se incorporó en Pedroñeras -al menos en mis tiempos- a uno de esos juegos "de no hablar" en que uno abría y cerraba su bellota (¿recordáis?). Así:

Juan Sarmiento
se fue a cagar
y se lo llevó el viento.
Hizo tres pelotillas:
Una pa Juan, otra pa Pedro
y otra pa el que hable el primero.
Tengo las llaves del cielo
y puedo hablar to lo que quiero.

Pero esta ya es otra historia. Vendrán más, os lo digo, pues quiero que todo ese material también vaya formando parte, poco a poco, de este blog en el que quiero compartir tantas cosas que han pasado por mis manos sobre Pedroñeras.

Más cuentos, juegos, adivinanzas, retahílas, etc., etc. En este libro (un regalo para siempre)



©Ángel Carrasco Sotos

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