Designamos por estos lares con la palabra calderón al hueco horadado en una piedra, risco o zona pedregosa que retiene el agua de lluvia y permite servir de bebedero a los animales. Los hay de una gran capacidad junto a otros de menor tamaño; algunos son naturales y otros artificiales. En nuestro término podemos señalar algunos significativos, sobre todo en la mitad norte del mismo, que es la pedregosa y quebrada, pues la sur tiende a ser llana, más manchega.
De entre estos calderones hay un par de ellos en la llamada Loma de la Sepultura que los creo interesantes, más aún en época de lluvia como lo es esta de la que no salimos.
Como digo, en esa loma podemos visitar dos calderones. Uno de ellos es redondo, precioso, con un diámetro de metro y medio más o menos, pero una grieta abierta en uno de sus lados hace que ya el agua se retenga en él a duras penas pues se fuga hacia la profundidades por ese resquicio.
Calderon en la loma de la Sepoltura
El otro tiene forma alargada, a modo de pequeña fosa, y es el que da nombre a la loma, de la Sepultura o, más bien (al modo antiguo, la Sepoltura). Aconsejo ir a visitarlos. Vale la pena descubrirlos ahí en la ladera de ese pequeño cerro alargado.
Cómo llegar:
Es fácil siempre y cuando atinemos con el camino correcto y no nos dejemos llevar por el instinto, sino por las indicaciones que aquí os doy. Dos son los caminos que nos pueden llevar hasta La Sepoltura.
Opción A:
Hay que tomar la vereda hacia el norte desde la carretera de La Alberca. Cruzaremos primero el llamado carril de la Sarteneja y a continuación ya vemos cómo cruza hacia la derecha (dirección noreste) el carril de la Piedras Blancas. Es este hacia el que tendremos que desviarnos, y no lo dejaremos hasta que yo os diga.
Mirad, si seguimos por este camino antiguo, cruzaremos el que va de El Pedernoso a La Alberca primero, y más adelante el que lleva de Belmonte a San Clemente. Seguimos hacia delante dejando esos cruces en el camino. Nosotros continuaremos hacia el norte, en dirección a la llamada fuente de la Señora pues es más o menos allí donde el nuestro finaliza.
Dejaremos (para que os sirva de referencia) el llamado chozo de la Bisnieves a la izquierda y un poco más arriba, justo antes de llegar a otro camino que se nos cruza, llamado antiguamente senda del Tornajuelo (que lleva al pozo Morillo) veremos al lado izquierdo del camino, el nuestro, una lomeja junto a unas olivas. Ahí paramos el vehículo. Nos bajamos, cruzamos una tierra en blanco (creo que ya no está de viña) y, ya en la loma, los encontraremos, ambos calderones, sin esfuerzo. Más aún, como digo, en estas fechas de lluvia, pues el agua acumulada en los calderones nos indicarán los puntos que andamos buscando.
Opción B:
La otra opción, también buena y quizá más sencilla, es coger la vereda hasta el camino que se desvía a la derecha hacia la casa Ginche (es el camino del Tornajuelo), que está más allá de los Riscos. Un vez que tomamos tal desviación la seguimos hasta pasar la casa indicada. A la derecha nos va a salir primero un camino a la derecha (es la Senda Garnosa). Seguimos sin tomarla. Un poquito más adelante nos sale otro también a la derecha. Es el Carril de las Piedras Blancas y será el que tenemos que coger. A unos 50 metros está la lomeja con los dos calderones, a la derecha del camino.
[Si tuvieseis alguna duda, ahí tenéis el cuadro de comentarios para preguntar, que luego fastidia mucho volverse sin haber encontrado el destino que teníamos como objetivo].
Opción B:
La otra opción, también buena y quizá más sencilla, es coger la vereda hasta el camino que se desvía a la derecha hacia la casa Ginche (es el camino del Tornajuelo), que está más allá de los Riscos. Un vez que tomamos tal desviación la seguimos hasta pasar la casa indicada. A la derecha nos va a salir primero un camino a la derecha (es la Senda Garnosa). Seguimos sin tomarla. Un poquito más adelante nos sale otro también a la derecha. Es el Carril de las Piedras Blancas y será el que tenemos que coger. A unos 50 metros está la lomeja con los dos calderones, a la derecha del camino.
[Si tuvieseis alguna duda, ahí tenéis el cuadro de comentarios para preguntar, que luego fastidia mucho volverse sin haber encontrado el destino que teníamos como objetivo].
[Extraído de mi libro Mapa de Las Pedroñeras (toponimia histórica comentada)].
©Ángel Carrasco Sotos
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