En mi libro (en dos tomos) Cancionero popular de la Mancha conquense (aún queda algún ejemplar de sobra por casa), recogía yo esta pequeña poesía popular que mi abuela Victoriana Pérez Cabeza recordaba escucharlo de su padre, Paulino Pérez López, cuando pastoreaba en tierras de Pedroñeras y El Pedernoso allá a principios del siglo pasado. Era poemilla que todos los dedicados a este oficio del pastoreo conocían, y se solía recordar en el día de San Matías, esto es, el 24 de febrero, o, a lo más, en días inmediatos. Parte de un conocido refrán: "Por San Matías, se igualan las noches y los días".
Los dos últimos versos son de especial emotividad recitados o cantados con el tono lastimero que merecen, aunque muestran, en cierto modo, la avaricia del pastor que quisiera tener ahora vivas tantas ovejas como se le han muerto o ha sacrificado durante no sabemos cuánto tiempo. Es un deseo, en cualquier caso, algo quimérico y para nada denostable en aquel que vivía en la pobreza y sin pensamientos de medrar, como ocurría antaño.
Santo Matías
Santo Matías,
cuando se igualan las noches
con los días
y cantan los pastorcillos
sus gallerías:
"¡Quién pudiera igualar
las muertas con las vivas!"
Ángel Carrasco Sotos
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