MNEMOTECNIA,
Método práctico,
sencillo y científico
para
adquirir memoria artificial.
por Fabián Castillo Molina
Dice el autor en el
comienzo de su libro: “Las primeras
noticias que se poseen de la existencia de la Mnemotecnia se remontan al siglo
V a. de J.C. y se refieren a Simónides de Ceos.”
Desconozco el número
de personas que pueden adentrarse en este artículo y que anteriormente hayan
leído algún libro que trate de Mnemotecnia o técnicas encaminadas a adquirir
memoria artificial, que permitan recordar lo que deseamos que no se olvide, sin
tener que recurrir a anotarlo en agenda, en papelillos sueltos o en
otros medios electrónicos.
Soy consciente de la
importancia de la memoria organizada y la cantidad de tiempo perdido y
sinsabores que producen los olvidos y la desmemoria. Ahora que desgraciadamente
tan bien conocemos casi todos el nombre de Alzheimer que nos lleva de inmediato
a las personas atacadas por esta
enfermedad, parece que el temor a la pérdida de memoria en las personas mayores
ha aumentado.
La desmemoria, los despistes y olvidos permanentes se achacaban con anterioridad a la aparición de el nombre citado a la “demencia senil”, y esto se relacionaba casi siempre con el envejecimiento prematuro. La pérdida de memoria hasta llegar a no saber ni quién es uno mismo, hasta ni conocer a sus propios hijos; era considerada ya como el fin de la vida. El hablar tanto de este mal, ha hecho que se aprecie con más fuerza la necesidad de conservar la memoria y ejercitarla de diversas formas, para alejar en lo posible ese peligro.
El propósito de este trabajo no es únicamente dotar a las personas de un método científico para ejercitar la parte del cerebro que se ocupa de la memoria, sino también ayudar a incorporar técnicas que contribuyen sin ninguna duda a mejorar la vida de quien lo incorpora a su conocimiento y lo utiliza, sea cual sea su edad e independientemente de su profesión o actividad. Las técnicas científicas para mejorar la memoria sirven tanto o más a los jóvenes estudiantes como a las personas con edad madura.
Partiendo del libro de José María Sierra de Luna, titulado Mnemotecnia, Método práctico, sencillo y científico para adquirir memoria artificial, que era uno de los pocos libros que conservaba mi tío Nicolás Molina Pérez, junto con un ejemplar del Quijote de 1911 y que me legó y he conservado siempre con cariño, he decidido actualizarlo y subir aquí al menos los primeros ejercicios para ver cuántas personas se interesan en seguirlos. Lo hago porque desde los primeros años setenta hice uso de algunas de sus técnicas para memorizar los nombres de las líneas y las estaciones de metro de Madrid entre otras cosas porque lo necesitaba en mi trabajo, y este método me ayudó mucho. Tengo que reconocer que nunca llegué a completarlo por diversas razones aunque me quedé con las ganas. Quizás ha llegado la hora de ponerlo en práctica en toda su dimensión, o al menos darlo a conocer incorporando posibles mejoras que en otro tiempo no estaban a mi alcance.
Para no desvirtuar la
esencia del libro nos atendremos a las recomendaciones de su autor y a las
pautas que marcaba insistentemente sobre la importancia vital del ejercicio de
la imaginación y las visualizaciones por parejas de las palabras que iremos
viendo hasta completar lo que él llamó el Alfabeto Mnemotécnico.
Algo que me ha
llamado especialmente la atención y que me ha animado a emprender esta tarea es comprobar que una de las primeras palabras empleadas en este alfabeto para crear lo que él llama
“visualizaciones”, ha sido AJO, y a esta visualización que pronto explicaremos,
he añadido, como no podía ser de otra forma, una hermosa cabeza de ajos
morados de las Pedroñeras consiguiendo con ello afianzar esa frase del
producto estrella de nuestro pueblo en la memoria de todos los que sigan el
método, haciendo que al repasar el
alfabeto frecuentemente hasta afianzarlo, la utilice y por tanto no olvide
jamás nuestros ajos y nuestro pueblo.
En primer lugar y la primera palabra de este alfabeto es TEA. Con ella encendida como una antorcha la visualizaremos de gran tamaño, ardiendo y en movimiento la veremos acercarse a un gran carro de HENO con el peligro que ello conlleva. Tendremos claro desde el primer momento que las visualizaciones son libres y cada uno puede crear con su imaginación la escena que más le guste a condición de una vez creada mantenerla inalterable. Siempre iremos aprendiendo las visualizaciones por parejas de manera que cuando veamos la TEA encendida estemos viendo el carro de HENO,
En primer lugar y la primera palabra de este alfabeto es TEA. Con ella encendida como una antorcha la visualizaremos de gran tamaño, ardiendo y en movimiento la veremos acercarse a un gran carro de HENO con el peligro que ello conlleva. Tendremos claro desde el primer momento que las visualizaciones son libres y cada uno puede crear con su imaginación la escena que más le guste a condición de una vez creada mantenerla inalterable. Siempre iremos aprendiendo las visualizaciones por parejas de manera que cuando veamos la TEA encendida estemos viendo el carro de HENO,
hasta que aparezca una nueva palabra del alfabeto que en este caso
será… HUMO.
También como norma inalterable, cuando entre una nueva palabra crearemos al mismo tiempo otra visualización con la anterior y se descolgará o quedará fuera de cuadro la primera; formando así una nueva imagen en movimiento. Por tanto, al entrar ahora en juego el HUMO, este puede deberse con cierta lógica, al incendio producido por la TEA y el HENO. Ahora ya no veremos la tea sino el HENO y el HUMO.
En las siguiente secuencia la imagen que veremos será un enorme ARO,
rodeando la columna de humo que sube y sube hasta que va pasando por este, dejando atrás y fuera de la visualización el
HENO. Así que ahora tendremos en imagen clara, en movimiento la columna de humo
pasando por el aro. Esta será la cuarta palabra del alfabeto mnemotécnico.
A continuación el ARO y el HUMO darán paso a una nueva imagen, el ARO y la espuma de una enorme OLA que se fundirán con las nubes a través del susodicho aro.
La gran ola y la cabeza de ajos en movimiento serán la visualización
número cinco, sin embargo la palabra AJO ya es la sexta que incorporamos del
alfabeto Mnemotécnico. El siguiente paso consiste en dejar atrás la ola y ver cómo aparece una gran OCA que picotea y desgrana la cabeza de ajos desparramando los dientes entre la espuma y
la arena de la playa.
Así, la imagen del AJO y la OCA intercambiando acción se nos quedará grabada para permitirnos pasar a la
siguiente visualización. En esta, desaparece el ajo cuando la oca se aparta y
se coloca en posición de poner un gran HUEVO. Vemos como lo pone y lo deja en
la playa destacando sobre la arena.
Ahora ya tenemos la sexta visualización viva, OCA y HUEVO y debemos
recordar nuevamente, una y otra vez, que la misión
primordial de la visualización es dar movimiento a los cuerpos inertes
como puede ser un huevo, pero hacer que se muevan y se enlacen con la imagen
anterior y con la siguiente, sin perder de vista que siempre deben formar
parejas dejando atrás la imagen precedente.
Así nos encontraremos entrando en escena un gigantesco PIE avanzando
hacia el huevo hasta que lo pisa y lo revienta y veremos como la yema reboza de
amarillo el blanco pie marmóreo.
Tras lo indicado, ahora tendremos en esta novena visualización un pie gigante
desmesurado y visiblemente manchado con la yema de huevo y clara viscosa. De
esta forma tendremos una imagen imborrable. El avance siguiente nos llevará a la
décima y última visualización de este primer capítulo.
El PIE izquierdo y su compañero inseparable para
toda la vida, el pie derecho, han avanzado
por la arena y se encuentra una enorme taza y debido a la molestia que le ha
causado el huevo que ya hemos perdido de vista, pega una patada a la TAZA como
si se tratara de un balón y vuela lejos
pero no la perdemos de vista. Aquí, con esta acción que no olvidaremos termina
la primera lista de diez visualizaciones.
En la siguiente entrega, veremos cómo la taza vuelve a posarse en la
arena de la playa y pronto veremos aparecer en su interior una hermosa pieza,
inanimada pero que se agitará en su interior y que cuando la hayamos visto la
incorporaremos a nuestra memoria para ya no olvidarla. Pero esto será como
hemos dicho, en la siguiente entrega la próxima semana.
A modo de resumen:
Ahora se trata
de repasar las diez visualizaciones en
sentido de avance y retroceso. Desde el principio hasta el final y desde el
final hasta el principio, para ir familiarizándonos con las palabras clave
hasta que seamos capaces de repasarlas sin error como quien repasa el abecedario
o cuenta sin pensarlo del uno al diez. Por ejemplo pongo aquí una forma de
hacerlo para coger soltura y seguridad hasta conseguir ver las palabras de un
golpe de vista sin necesidad de la visualización: Una TAZA es lanzada de una
patada, por un PIE gigante manchado de HUEVO que puso la OCA, que había desmenuzado, que había desgranado una
cabeza de AJO morado de Las Pedroñeras, que venía envuelto en la espuma blanca
de la OLA (recordemos, todo gigantesco), salida de un ARO como una especie de luna
llena, que antes de envolver a la ola, lo que realmente rodeaba era una enorme columna de HUMO procedente del
fuego del gran carro de HENO que había prendido la enorme y llameante TEA, tan
grande como cada seguidor de este curso sea capaz o quiera hacerla.
José María Sierra de
Luna, no se cansa de insistir en lo que
yo acabo de representar más arriba: La secuencia de imágenes formadas entrelazándose en ambos sentidos, no
harán más que confirmar que esa ligazón no se rompe y dará igual en la manera
que las veamos a la hora de recordarlas. Una irá ligada a la siguiente y a la
anterior, y cuando nos pregunten por AJO siempre recordaremos la OLA que lo trajo
a la playa y la OCA que vino a desgranar o “esgorollar” como decimos (o decíamos siempre) la cabeza. Esto ocurrirá
con todas las secuencias que iremos aprendiendo semana tras semana.
Como ya hemos
reiterado, es muy importante recordar que el principio de la exageración y el
movimiento ayudarán tanto que deberemos siempre usarlos sin limitaciones.
Además, debe quedar claro que las imágenes aportadas aquí y las secuencias
sugeridas han sido incorporadas para
este trabajo, pero cada uno es plenamente libre de crear sus propias imágenes y
visualizaciones que surjan de su imaginación (recordemos la frase de Buñuel: “Querido amigo, el pensamiento no delinque”), partiendo siempre de respetar las
palabras clave que venimos colocando en mayúsculas ya que estas constituyen el
Alfabeto Mnemotécnico.
Las diez primeras palabras del alfabeto Mnemotécnico son:
TEA, HENO, HUMO, ARO, OLA, AJO, OCA, HUEVO, PIE, TAZA.
©Fabián Castillo Molina
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