Encontramos entre los papeles que nos presta Carlos Martínez Rubio para hacer con ellos "lo que nos dé la gana" (literalmente) este poema escrito a base de redondillas por Eduardo Palomares, en Cuenca, con fecha de 25 de octubre de 1962. Se titula "Canto al ajo" y está dedicado a Aurelio Martínez Ramírez, padre de nuestro informante y hermano del aviador laureado cuyo busto corona el monumento erigido en la plaza de nuestro pueblo.
Según quedamos informador por el amigo Carlos, el señor Eduardo Palomares fue compañero suyo en el Instituto de Previsión, en donde ejerdía de Jefe del Departamento de Afiliación. Al parecer, todos los años durante la comida de hermandad que se celebraba el 27 de junio, día de la Virgen del Perpetuo Socorro, patrona del organismo citado, "mientras desaparecían las viandas y licores, me dedicaba una poseía improvisada". "En el año de 1962 le dedicó esta a mi padre, no recuerdo por qué; quizás porque mis compañeros que lo conocieron le decían que era muy campechano".
Os dejo gustoso el salutífero poema, que recuerda la gracia del publicado por José Manuel González Buendía en 1963, del que dimos contada cuenta en distintas versiones por aquí y por este otro lugar y cuya lectura recomiendo encarecidamente.
Ángel Carrasco Sotos
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