A c c i
d e n t e
Muchos
puestos de socorro
llamados
de la Cruz Roja
donde
prestan sus servicios
los
voluntarios de ahora.
Ayudan
a accidentados,
sobre
todo en carretera
y
en esos trances dramáticos
la
vida de desdichados
hácenla
más llevadera.
Un
día con o sin razón
comentaba
un motorista
la
poca preparación
de
soldados socorristas.
Accidente
inesperado,
choque
entre coche y camión,
hierros
retorcidos, sangre,
huesos
rotos, amasijos, un montón.
La
gente que va parando
se
acerca a curiosear
al
ver sangre, aunque no mucha,
corriendo
se echan atrás.
Avisan
a motoristas
que
pronto llegan
después,
vienen ambulancias
deprisa
con sus sirenas.
Una
mujer hay gritando
a
las doce de la noche
presa
de ataque de nervios
y
de las chapas del coche.
¡Ay, mi cabeza, Dios mío!
!Ay, mis piernas y mis brazos
mi
cuerpo tengo partido,
y la sangra goteando!
Siente
un poco de esperanza
al
ver jóvenes soldados
con
la Cruz Roja en sus gorras
dispuestos
y preparados.
Soldados
con las camillas
y
conductores mirando
todos
quieren ayudar
sin
saber cómo ni cuándo.
No
llevan a ningún médico
ni
entendido en medicina,
solo
buena voluntad
los
coches y las camillas.
Por
fin el más decidido
decide
intentar sacarlo
al
parecer al más grave
al
del volante clavado.
Ya
lo echan en la camilla,
sin
duda va respirando,
lo
meten en la ambulancia
también
su mujer, más leve
junto
a él la traen a su lado.
Un
coche con familiares
que
venía un poco detrás
se
incorpora en este instante
tras
de la ambulancia van.
El
conductor es recluta,
pero
sabe conducir,
con
la sirena ululando
pronto
llegará a Madrid.
En
Villatobas y Ocaña
hay
colas interminables
la
ambulancia por la izquierda
poco
tarde adelantarles.
El
coche de los parientes
tiene
que quedarse atrás,
control
de guardia civil
no
le ha dejado pasar.
Cruza
Aranjuez y Seseña
Valdemoro,
Pinto, Getafe,
por
medio los Villaverdes
y
la Ciudad de los Ángeles,
si
todo termina bien
ya
está acabando el viaje.
⏤¡Dese
prisa, por favor!
¡Mi
marido va muy mal!
⏤Tranquilícese, señora,
hemos
de estar al llegar.
Piensa
el conductor novato
“A
Madrid ya hemos llegado,
ahora
al Primero de Octubre.
Preguntemos
a esta gente
a
estos que tienen la lumbre".
Junto
a la lumbre hay un guarda
en
un edificio en obras:
⏤Lo
siento, yo no lo sé-.
Dice
inclinándose un poco
mientras
se quita la gorra.
Un
transeúnte que va andando
se
acerca a curiosear
⏤Si
me suben en el coche
yo
allí les puedo llevar.
El
guía que los acompaña
al
cabo de un cuarto de hora
dice:
⏤Para, para aquí,
que
ya le indico de sobra:
Ahora
siga por la M-30
y
continúe por el carril izquierdo
y
por el segundo puente
al
hospital va derecho.
¡Dese
prisa, por su vida!
¡Que
mi marido no llega!
¡Que
ya apenas si respira!
El
conductor va nervioso
esto
se está complicando,
le
habían dicho que el hospital
estaba
en Madrid entrando.
Ya
sube el segundo puente
y
el hospital no lo ve
la
boca se le reseca
y
le tiembla un poco el pie.
Para
un momento y pregunta
a
uno que la acera sube:
⏤Por
favor, sea tan amable,
¿El Primero de Octubre?
¿Van
al Primero de Octubre?
¡Si
está usted en Chamartín!
Justo
todo lo contrario
de
Madrid, tiene usté que ir.
¡Ay, Dios mío de mi alma!
¡Mi
marido se me va!
Y
el conductor de ambulancia
sin
saber al hospital!
El
conductor va aturdido
goteando
sudores fríos,
se
da cuenta que en Madrid
ahora
mismo está perdido.
Él
jamás en su vida
hubiera
podío
pensar
que
le iba a ser tan difícil
encontrar
el hospital.
De
nuevo vuelve hacia atrás
con
la sirena gritando
y
a una gran velocidad.
La
mujer desesperada
en
un ataque de histeria
a
él le amenaza de muerte
si
su marido muriera.
El
soldado conduce bien,
pero
los nervios le aprietan
grandes
gotas de sudor
le
chorrean por las cejas.
Ve
difícil solución
a estas horas de la noche
él
no conoce Madrid
y
todavía no llevan
emisoras
en el coche.
Apartados
en la orilla
ve
con la sirena puesta
un
coche de policía.
Los
que otras veces temió
hoy
parece le dan vida.
Para
brusca y secamente,
sin
dar las intermitencias
y
les cuenta brevemente
la
angustia que lleva a cuestas
El
coche de policía
rápido ya va delante
con
la sirena silbando
se
le dilata el gaznate.
Allí
en la entrada de URGENCIAS
esperan
hace una hora
la
familia que venía
y
quedó atrás en la cola.
Llorando,
desesperados,
dando
a su padre por muerto
se
lanzan al conductor
con
intención de comérselo
Gracias
a los policías
que
hasta aquí le han conducido
se
libra de gran paliza
el
soldado desconocido.
El
pobre ¿qué culpa tiene
de
no conocer Madrid?
Y
de que sus superiores
todavía
funcionen así.
El
herido viene mal.
Pero
tras la intervención,
dice
el médico de guardia
que
trae afectado un pulmón.
Que
está fuera de peligro
gracias
que han llegado a tiempo,
con
unos días ingresado
vendrá
el restablecimiento.
El
soldado vuelve solo
con
su ambulancia
hacia
el pueblo
va
pensando seriamente
¿Por
qué le ha ocurrido a él esto?
Este trabajo no llegó a leerse en público y ha permanecido inédito hasta la fecha de hoy.
Siempre tan realista, pues aunque el tiempo ha pasado sigue siendo real como casi todo lo que sale de su puño y letra. Mi hijo fue uno de esos de los que izo la mili en esas condiciones.
ResponderEliminarGracias Fabián.