por Vicente Sotos Parra
Tenemos que volver a la infancia de nuestro personaje.
En aquel entonces los días lectivos era de lunes a sábado dejando el jueves por la tarde de fiesta y descanso. Perdonarme que no dé la fechas. Al tiempo que ha pasado le añadimos el alemán alzhéimer y ambos son los culpables de la pérdida de mi memoria.
A lo que vamos.
Esas tardes nuestro personaje lo dedicaba al holgazanear el tiempo no sin antes como era normal y de obligado cumplimiento cantar el "Cara al Sol". Y salir en el mes de mayo cantando…con flores a María que madre nuestra eeees…muy propio de los tiempos que corrían.
Son tiempos de obedecer y callar. Y sagrada obediencia a quienes ostentan autoridad. Viviendo con leyes y tribunales de Orden Público.
De esto nadie se escapaba, si te gustaba bien, y si no también. Al igual que el control de ir a misa, bajo el castigo del maestro que se encargaba de cumplir lo que la catequista de turno le informase. No se debe interpretar ni en positivo ni en todo lo contrario, y en descargo de esto mismo sucede en la actualidad, ocurre en los países del signo comunista, pongo ejemplo a Corea del norte.
Nadie puede suponer que unas criaturas a edades tempranas puedan gozar de ideología de un signo o de otro, con el paso del tiempo es cuando nos decantamos y tomamos partido, y somos contaminados por gente que la mayoría de las veces nos alinean a su redil sea cual o pascual.
Es por lo que se le debe dar valor a su inteligencia natural al llegar a su edad siendo tan independiente, y dando siempre ejemplo de solidaridad y altruismo sin pensar en recompensa que no fuese la de sentirse bien consigo mismo.
Una de esas tardes en lo que hoy se diría excursión, Felipón se alejó del grupo dejándose llevar por la atracción de la sana naturaleza alejándose un poco más de lo que se consideraba necesario. Cuando se incorporó con el jersey a la altura de la barbilla lo traía lleno de collejas que había ido recogiendo en su paseo ambulante por el camino andado. Las risas primero del grupo y el cabreo de la catequista fueron de órdago.
Al día siguiente lo primero que don Aurelio hizo fue llamarlo a la mesa y delante de todos le preguntó: "¡Dime por qué te fuiste a coger collejas!" Encogiéndose de hombros, no le contestó…y dándole una hostia que sonó en el aula como cuando tocaba Juan Tomás las campanas, ¡le repitió la pregunta! Y... recibió la misma respuesta.
Su cara era de un color tomate maduro por los dos lados, sin un quejido, ni mal gesto por su parte.
Aquel día por la noche su madre le hizo una tortilla de collejas con una docena de huevos y las acompañó con un pan entero. Durmió toda la noche como un lirón, relamiéndose los labios y olvidándose de las hostias de don Aurelio.
No sabemos qué pasó con las collejas, pues ya apenas si quedan en el término del lugar donde crecían ¿Por qué? ¡Felipón acabó con ellas!
Entre collejas y hostias como panes,
este pedroñero fue el más grande.
Cada vez que alguien me ha ofendido,
trato de elevar mi alma tan alto que
el delito no pueda alcanzarme.
(Rene Descartes)
Colleja. Silena vulgaris… la colleja una de las plantas nutritivas autóctonas por excelencia en todo el mediterráneo. Que es consumida como verdura y se encuentra en sembrados y en terrenos de poca labor, en bordes de caminos, y lindes. Puede emplearse en guisos, en ensaladas o incluso en tortilla, bastando con sofreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario