Mujeres trabajadoras de Las Pedroñeras (cavadoras de ajos, años 60) | Las Pedroñeras

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viernes, 30 de junio de 2017

Mujeres trabajadoras de Las Pedroñeras (cavadoras de ajos, años 60)



por Fabián Castillo Molina






Ocho mujeres trabajadoras en los Ajos Morados de Pedroñeras, en primera fila, en una fotografía de los años 60. Hay fotografías como la que da pie a este comentario, que tienen su historia y que no mucha gente conoce, aunque sin duda, sigue habiendo mucha más que no la ha visto nunca, pero que al verla con detenimiento ya no la olvidará. Desconozco si la foto ha sido publicada en la red. Sé que al encontrarme con ella ayer entre mis papeles, por casualidad, pensé que era necesario decir algo y ponerla a disposición del público en general, sea del lugar que sea, porque esta foto es de las que no envejecen.




Desconocemos muchas cosas de esta fotografía, por ejemplo el nombre de la persona que hizo clik después de dar instrucciones a las que iban a “salir en la foto”. Sin embargo, conocemos otras muchas cosas que ignora la inmensa mayoría de las personas que pueda verla ahora en internet. Los nombres de las protagonistas de la primera fila. Parte de sus historias. El trabajo que estaban realizando, dónde, cuándo, por qué, para qué. Qué ha sido de sus vidas. Afortunadamente la mayoría todavía pueden contarlo.




Por ejemplo, un detalle: vemos que todas llevan algo al hombro, es la herramienta que manejan durante toda la jornada. Muchos dirán que es una azada o azadilla, quizás pueda haber alguien que diga que es un azadón, sin embargo en el pueblo nadie nombraba entonces por tal nombre esa herramienta, incluso ahora, medio siglo después seguirán diciendo que es una mocha o mocheja, no un escavillo, para quitar la hierba o escardar, pero realmente su trabajo consistía en “rascar la panza a los ajos”. Sí, así se llamaba a ese trabajo de quitar las hierbas silvestres que nacían y crecían libres entre los hilos de los ajares, aunque también los hombres, con mula y garabato fueran a hacer casi lo mismo cuando decían que iban a “asurcar ajos”. No había entonces herbicidas para evitar que nacieran “las malas hierbas”, que sin embargo eran muy buen alimento para los conejos y las gallinas del corral. Se llamaban malas hierbas a todo lo que pudiera estorbar el crecimiento del ajar; el bulbo entonces de secano, tenía que crecer lo más posible (sobre todo la cabeza) solo con el agua que cayera del cielo. Apenas existía en aquel tiempo el regadío como ahora se conoce. Solamente en las huertas o junto a los ríos podían regarse los ajares. Era frecuente el dicho popular “lo que hace falta es que sean gordos y que valgan caros”, frase que siguió repitiendo Goyo “El Obispo” entre bromas y veras muchos años después.




Las mujeres que vemos en la foto representan a una inmensa mayoría de trabajadoras del campo pedroñero, ya estuvieran “de ajos” o “de vendimia” o en los azafranales y su indumentaria, su herramienta, su porte y dedicación era esa. No había todavía guantes para proteger las manos del insistente roce de la piel con el astil, los callos que adornaban las palmas en el nacimiento de cada dedo era la protección para poder seguir cavando, y así ganar el jornal cada día. Así trabajaron durante muchos años, ¿Sabemos a cuántas daban de alta en la Seguridad Social para luego tener derecho a la jubilación, que parecía tan lejana, como si no fuera a llegar nunca? Tantos trabajos, tantos esfuerzos, tantos arriñonamientos en tantos casos, y al final, por no haber cotizado, a efectos de vida laboral oficial: como si no hubieran existido. ¿Eso es justo? ¿Sigue ocurriendo así en nuestra tierra? ¿Cuánta gente trabaja por un sueldo para ganarse la vida y no cotiza nadie por ellos y ellas? (y por tanto, como si no existieran). Y si la pregunta se extiende a otros países, al conjunto del globo, ¿cuántos millones de manos laboran día tras día creando riqueza y bienes? Y, sin embargo, como si no hubieran existido. 

Dejamos aquí con esta foto esas preguntas, por si pudiera servir de algo.


El último libro de Fabián Castillo Molina


1 comentario:

  1. Gracias amigos y paisanos. Me habéis dado una idea genial. No quedará en rastrojo el artículo Fabian. Espero sacarle el jugo que tiene.

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