Avefría en el entorno del Taray (Las Pedroñeras-Las Mesas).
por Job Moya Peraira
Tras un invierno moderadamente lluvioso -por fortuna-, algunas tierras arcillosas y vegas se cargan de agua, quedando anegadas durante semanas e incluso meses. Dichas llanuras encharcadas y más bien frescas, constituyen el hábitat ideal para una de las aves más llamativas de La Mancha conquense, el avefría (Vanellus vanellus), mayoritariamente invernante, aunque probablemente se quede a criar este año, si la primavera se muestra también generosa en precipitaciones.
Pollo de avefría en la vega del Toconar (Tresjuncos, 2013).
En pleno invierno, especialmente si nieva, forma grandes bandos, que se desplazan de vega en vega, prospectando el légamo de barbechos en busca de lombrices, pequeños moluscos y larvas de insectos: su alimento favorito. Hace el nido en el suelo –a primeros de abril-, con la simple protección de una macolla de hierba o mata de juncos. Pone 4-5 huevos y sus polluelos corren buscando refugio en el barrizal o el agua, nada más romper el cascarón.
Avefría en Manjavacas (Mota del Cuervo. Marzo, 2018).
No hay diferencias significativas entre el macho y la hembra. Su plumaje es inconfundible y realmente hermoso. Destacan el penacho de largas plumas negro-verdosas metalizadas que sobresalen del moño. El dibujo, en general es blanco y negro, con el dorso pardo-verdoso tornasolado. Las alas son anchas y redondeadas, y el vuelo, aunque corto, es llamativamente acrobático. Generalmente no teme al hombre y es un ave muy sociable, pues convive perfectamente con patos azulones u otras aves, llegando a formar grandes bandos mixtos con los chorlitos dorados (Pluvialis apricaria), habitantes de la tundra nórdica que vienen a pasar el invierno.
Manjavacas (Mota del Cuervo. Marzo, 2018).
El canto es igualmente singular, siendo emitido sobre todo durante el vuelo; recuerda vagamente al extraño ruido “marciano” que producían las viejas radios al sintonizar emisoras de onda media, aunque ligeramente aflautado. Sus principales amenazas son los perros asilvestrados, pero sobre todo, la desecación de humedales por sobreexplotación de los acuíferos, así como el cambio climático (calentamiento global).
En Cuenca no es muy habitual fuera de La Mancha. Por el norte llega hasta la Laguna de Hito, así como las vegas de Montalbo y Villar de Cañas. Nidificó en la vega del Toconar (Tresjuncos) en 2004 y 2013, es abundante en Manjavacas (Mota del Cuervo) y el entorno del Taray (Las Pedroñeras-Las Mesas), viéndose en años muy lluviosos en las inmediaciones de la laguna que se forma junto al Záncara, cerca del Santiaguillo.
En Cuenca no es muy habitual fuera de La Mancha. Por el norte llega hasta la Laguna de Hito, así como las vegas de Montalbo y Villar de Cañas. Nidificó en la vega del Toconar (Tresjuncos) en 2004 y 2013, es abundante en Manjavacas (Mota del Cuervo) y el entorno del Taray (Las Pedroñeras-Las Mesas), viéndose en años muy lluviosos en las inmediaciones de la laguna que se forma junto al Záncara, cerca del Santiaguillo.
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