Imagino que todos reconocéis el paraje. Efectivamente, es el lugar en donde estuvo enclavado uno de los pueblos (había otros) que existieron en nuestro término municipal. Este fue el más importante, por población y porque su término prácticamente era de una extensión semejante al de Las Pedroñeras. Se llamaba Robredillo de Záncara. Los paerazos que en la fotografía (de 2013) se muestran son los únicos restos de su antigua iglesia, dedicada a la Magdalena, cuyo arco de entrada luce desde principios del siglo XX en nuestra ermita del Santo Sepulcro (merecería una sana y profesional restauración, pues es uno de los elementos arquitectónicos más valiosos que en nuestro pueblo hay). Esas paredes están resistiendo lo indecible (desde que yo recuerdo están igual), hasta que un día hagan ¡plof! y entonces del Robledillo ya no quedará nada.
Robredillo de Záncara, según la cerámica que puede hallarse en su superficie, es de un origen quizá más remoto que Las Pedroñeras. Sin embargo, pocos saben que estuvo despoblado durante la época medieval hasta que a finales del siglo XIII la gente de Záncara (otro despoblado de nuestro término) vino a refundarlo. Por lo tanto, no es cierto, como dicen algunos sin consultar documento alguno que lo certifique, que a Pedroñeras lo fundase gente de Robredillo. La historia entera de un pueblo está sepultada bajo estas "cenizas", ahí y en muy pocos documentos que nos hablen de él.
En fin, datos tenéis a mogollón en el libro Mapa de Las Pedroñeras. Se dice que Robredillo de Záncara (o El Robledillo) es un lugar protegido, pero así como está, sin un vallado adecuado, está expuesto a que los piteros (llámanse así a los que van ilegalmente con un buscametales) se dejen caer por ahí de cuando en cuando en busca de pequeños tesoros con que adornar las estanterías de su casa o jugar a venderlos por Internet.
A decir verdad, lo que a mí, e imagino que a todos, nos gustaría que ocurriese es que se realizase una prospección arqueológica de calado que nos explicase de una vez por todas qué culturas habitaron en un tiempo lejano Robredillo, hacer una acopio de los hallazgos que en estas tierras se encuentren, exponerlos como parte de nuestra historia y hacer de este lugar un espacio visitable en el que nuestra gente (y pienso ahora en los jóvenes) aprendan historia, la nuestra, que forma parte, por otro lado, de la de este territorio que es la Mancha, tan necesitada de esos estudios arqueológicos que todos esperamos como agua de mayo. En fin, cosas mías, supongo.
ÁCS
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